Entrevista: Eric Jiménez

“No hay ficción más real que mi vida” 

Por: Javier González 

Nadie puede negar el desbordante carisma de Eric Jiménez ni su enorme calidad, contrastada en proyectos brutales como Lagartija Nick, Fuerza Nueva y Los Planetas. Lo que muchos ni tan siquiera sospechábamos es que tras esa personalidad desbordante se escondieran peripecias vitales que ahora desgranada en “Cuatro Millones de Golpes” y “Viaje al Centro de mi Cerebro”; dos libros repletos de tintes autobiográficos donde con sana ironía nos presenta diversos capítulos de una vida dura a la que el granadino ha decidido mirar con un particular prisma repleto de humor. 

Alejando su relato de los focos deslumbrantes y del esnobismo que se presupone a la vida de un músico estrella, invitándonos a un viaje mágico por sus vivencias, recuerdos y anécdotas donde hay espacio para el dolor y la empatía, consiguiendo despertar en el lector la sensación de estar compartiendo kilómetros junto a un gran tipo, con muchas enseñanzas de vida que bien haríamos en descubrir. La experiencia es un grado y de experiencias Eric va sobrado. 

¿Cómo estás? ¿Cómo va todo? 

Eric: La verdad es que ahora estamos empezando a ver la luz después de un largo tiempo donde veía todo negrísimo. Empieza a haber espectáculos y movimientos. Hay algo de esperanza al final del túnel. 

Después de “Cuatro Millones de Golpes” llega el turno de “Viaje al Centro de mi Cerebro”. Da la sensación de que le has cogido el gusto a la escritura. ¿A qué se debe?

Eric: Estamos en un país donde generalmente se triunfa en lo que uno no tiene ni puta idea. Prueba de ello es que yo triunfo sin tener ni puta idea de escribir, lo que demuestra que realmente no triunfan los especialistas en la materia. Preparando el primer libro me lo pasé de puta madre, tanto yéndome de promoción y escribiendo, empapándome de otra disciplina diferente a lo que hago habitualmente. Para la continuación decidí seguir con cosas que se quedaron en el tintero en el primero porque no quería hacer un libro tan gordo como los de Ken Follet, hubiera sido insoportable un primer libro con tantas páginas. Me encuentro a gusto porque para mí es algo nuevo, estoy disfrutando muchísimo de la experiencia. 

¿Cuál fue la génesis de este nuevo “Viaje”?

Eric: Veía que había cosas que contar y me apetecía seguir, además no quería dejar de vivir la experiencia de escribir el libro. Propuse un anecdotario a la editorial, pero luego cogió otro camino. Todo ocurrió en mitad de la pandemia. Aquí se mezclan anécdotas y reflexiones. Primero quería hacer un libro de ficción, pero no hay ficción más real que mi vida. Comencé a recordar anécdotas de muchos años, mezcladas con reflexiones producto de la pandemia y de estar en casa, así salió el libro. Todo de manera pandémica. También me apetecía reírme mucho de la industria. Debo decir que respeto mucho a las personas que se dediquen a cualquier expresión artística o que trabajen en medios de comunicación, son profesiones valientes, no son trabajos fáciles de desempeñar si no hay vínculo emocional. Pero también hay mucha gilipollez en ellas. Es un homenaje a la gente que respeto, pero sacando nuestros Mortadelos y Filemones. Tratamos de sacar de nuestras profesiones el lado glamouroso, pero no las gilipolleces que se cuecen en los bastidores. Me apetecía reírme de vosotros y de mí también. He sacado muchas coletillas que hay en la industria con todo el cariño del mundo. Es una licencia que me he tomado. 

Me gusta ese enfoque. Un buen amigo repetía mucho que esto de la música lo movían cuatro titiriteros y unos cuantos que por unos pases o unas pocas perras, daban sustento a la historia. Es un poco la filosofía que muestras en el libro. 

Eric: Hay gente que mueve de verdad la industria, pero el que vive de ello es un afortunado. Tiendo a mirar todo con humor, soy muy observador y me fijo en lo ridículo. Igual que hay gente que se fija en lo glamouroso, yo miro lo ridículo. Me permite tener un prisma con humor de las cosas, beneficia mucho en cuanto a salud mental. No concibo nada serio sin sacarle una chispa de humor. 

“El libro es un homenaje a la gente que respeto, pero sacando nuestros Mortadelos y Filemones” 

Personalmente me he quedado con la sensación de que el primero nos enfoca más a conocer al personaje y sus orígenes, mientras que este nuevo nos acerca a tu yo más actual. ¿Tienes la misma sensación? 

Eric: No tenía planteamiento inicial ni final de ninguno de los dos. Si fuera compositor contemporáneo, te diría que esa era la cuestión. Mentira. No tenía ni puta idea de nada. El primero era mi biografía, quería decir quién soy y de dónde vengo. Se ha llegado de forma natural a lo que tú comentas. Manifiesto qué soy y qué he vivido. En el segundo hablo acerca de cómo veo las cosas a día de hoy. Si te das cuenta veo las cosas con edad adulta pero como las ve un niño. De niño viví como un adulto y ahora me puedo permitir hacer lo contrario, pero con las responsabilidades de un mayor. Ha salido así sin más. 

Por cierto. ¿Eric o Ernesto?

Eric: Me he acostumbrado a Eric. Lo de Ernesto me lo pusieron porque tenía cara de gilipollas y en aquella época los galanes de fotonovela se llamaban Ernesto. Creo que tenía que ver con las ganas de mis padres de tener un niño guapo y no con cara de rana. (Risas) 

Hay feos muy exitosos y que han quedado como el prototipo de feos. Mira el de los Calatrava. 

Eric: Sabes que una vez me encontré al feo de los Calatrava y le confundí con Mick Jagger, casi le pido un autógrafo. El cabrón era igual. (Más Risas) 

Si hay una palabra que define el libro son los “Viajes”, los de la furgoneta, los que se hacen en avión, los que están marcados por el silencio en la furgo, la falta de sueño y los otros viajes… 

Eric: Y los que se hacen sin transporte... Totalmente. Aquí he descubierto todos los medios que he tenido para viajar. Desde el interior a lo más alto. Por carretera y avión. Y sin vehículo. Define mucho lo que soy. Es una “road movie”. La gente se conoce mucho cuando viaja. Cuando viajas con un gilipollas, te das cuenta de que es un gilipollas. Probablemente tengas amigos desde hace años que descubras que son gilipollas en un viaje. Piensas que son afines, pero no quieres verlos más. Este libro es una manera de invitar a la gente a que viaje conmigo, para que decidan si soy un gilipollas o no. (Carcajadas) 

Eres un tipo que cae bien, la cara amable de Los Planetas. 

Eric: Ser la cara amable de Los Planetas no es difícil. No porque ellos sean desagradables, pero tienen una personalidad distinta a la mía. Ellos tienen una personalidad más seria. Es otro talante. Es como coger a Nick Drake y Keith Moon. Keith se parece más a mí y ellos a Nick Drake. 

Pero por encima de todo el libro es música, música y más música. 

Eric: Hay un “leiv motiv” que es una carrera paralela entre mi vida y lo que hago a nivel musical. La música me ha acompañado y nunca me ha abandonado en muchas partes de mi vida. Me he sentido defraudado y abandonado por gente, pero la música siempre ha estado ahí. No me declararía melómano, pero tengo que decir que desde hace años trabajo entre doce y catorce horas al día, en mil cosas. Soy un culo inquieto. Si tuviera un grupo como Dr. Feelgood que gira tres años, sin bajarse de la furgoneta, no tendría tantos proyectos, los tengo para sentirme vivo haciendo cosas. La música ha estado siempre. No he sido muy melómano porque desde muy chiquitito he tenido que trabajar mucho para poder vivir de la música, algo que me ha hecho no tener mucho tiempo para el ocio, al menos no todo el que yo quisiera. No concibo la vida sin música, pero no soy un melómano. 

En el libro hablas de que perdiste tu colección, algo que jamás consentiría un melómano. 

Eric: Te tengo que decir que la colección que perdí era una colección de mierda. Cualquiera declararía que perdió una gran colección, no es el caso. La tenía cariño, sí, pero porque era la colección de mi infancia. 

Es emocionante descubrir como un hombre, un mito como tú, es capaz de romperse con total franqueza al hablar de su hija y de la lejanía, eso te humaniza y genera empatía contigo.

Eric: Lo que tiene el libro es que pasas del llanto a la risa en una página. Es difícil, pero en mi vida me ha pasado muchísimo. Soy una persona que ha procurado que la multitud de masas no haga que levite sobre el suelo. Si lo he hecho ha sido por los psicotrópicos, no por los apoyardamiento ni por creérmelo. Por regla general a partir de las 15 mil copias vendidas, aparece tras el artista un halo de gilipollez que lo eleva sobre el suelo unos centímetros y levita. Se pierde el contacto con la realidad. Durante años he estado con artistas que metían miles de personas en un recinto y a la vez con grupos que no metían más de veinte en una sala, acabas tomando un tacto real de lo que es la música. A día de hoy, por ejemplo, este fin de semana tocaré ante casi dos mil personas y el Martes estaré poniendo cañas en mi bar. Y lo haré por necesidad. 

Otra cosa que me ha flipado es la cantidad de personajes extraños y las anécdotas que te brindan. Me has recordado a mi padre que es un crack; de hecho mi madre le dice que “tiene imán para los tontos”. 

Eric: No jodas. Qué bueno. Sí, es cierto, lo tengo. Si tú por ejemplo te vas a Constantinopla, no te saludará nadie, pero llegará uno que te salude y será de esa clase. Los freaks y la gente rara se saludan unos a otros. No creo en las energías, ni tan siquiera en las renovables, pero hay gente con magnetismo. Enrique Morente lo tenía. Tenía magnetismo para la gente peculiar. Es gente de verdad. Son así. El mundo nos tiene acostumbrados a una doble cara. Está lleno de veganos que comen carne y sordos que escuchan música. Ciegos que leen y escriben. No somos lo que vemos, somos lo que queremos que vean. Por eso me siento muy bien al contar en mis libros lo que la gente no ve. Y también me refiero a mí. La gente es funcionaria de sí misma y en muchos casos están hipotecados. 

¿Habrá tercera entrega? 

Eric: Nunca hago, ni pienso qué voy a hacer a largo plazo. Ahora mismo estoy con esto y quizás no vuelvo a escribir más en mi vida. O sí, si tengo algo que contar, lo contaré. Escribir dos libros no quiere decir que haya continuidad. No voy a forzar la máquina. Ni escribir otro por tener aceptación. Si veo que es interesante, adelante, si no lo es, estaré callado, tocando la batería. 

Musicalmente hablando, sigues con Los Planetas, Fuerza Nueva y Lagartina Nick. ¿Cuál será el siguiente paso?

Eric: Venimos de tocar en Conde Duque con un espectáculo sobre la generación del 27 donde Buñuel es protagonista. Es algo que en un futuro probablemente se acabará convirtiendo en disco. 

Este Antonio Arias nunca deja de sorprendernos, espero que ande centrado. 

Eric: Estamos con un Antonio de altos vuelos, está con lo cósmico. Está muy tranquilo, como nunca, concentrado y haciendo grandes cosas.