Santi Campos: “Desnudarse en cada verso es narcisista, masoquista y terapéutico”


Por: Javier González. 

Que un artesano de canciones como Santi Campos cumpla treinta años en el mundo de la música siempre es un hecho a celebrar. Tres décadas donde siempre se ha movido a su aire, trazando un camino propio, repleto de dignidad en cada paso, las cuales ahora recoge en una representativa porción en el recopilatorio “Ruinas de Interior” (1995-2025), un trabajo de bella facturación que ve la luz bajo el manto de Rock Indiana

En estas semanas el bueno de Santi anda inmerso en una gira sin red de seguridad, recorriendo parte de nuestra geografía, agarrando el volante de día y parapetado tras las seis cuerdas de noche, demostrando que su relación con la música es tan profunda y sincera como cada una de las canciones que escribe. Días atrás nos pusimos en contacto con él para celebrar estos primeros treinta años de trayectoria con una charla tan cercana y emotiva como siempre acostumbra a concedernos. Brindamos copa en alto por muchos años más de grandes composiciones. 

¿Cómo estás, Santi? ¿Qué tal va la vida? Y sobre todo, ¿dónde andas ahora? Sabemos que has ido cambiando de residencia y la última vez que hablamos, de lo que hace bastante tiempo, estabas residiendo en Barcelona. 

Santi: Me mudé de Barcelona a Castelló, justo después de la pandemia, y en parte empujado por los efectos que esta catástrofe tuvo en mí... Si estás interesado en saber más detalles de cómo afectó todo aquello a mi música y a mi estado de ánimo, hay un documental que puedes encontrar en YouTube, que hice con mi móvil, que se llama “No somos zombis”. Llevo cinco años en Castelló y estoy contento con la decisión tomada.

Cumples treinta años en este negociado de la música, efeméride que celebras de la mejor forma posible con la publicación de un recopilatorio y una gira que te llevará a recorrer las principales ciudades del país. Vayamos por partes, si te parece. ¿Qué sientes al comprobar una cifra tan redonda y potente? 

Santi: Siento que soy más viejo de lo que me creo... Además, ten en cuenta que cuando empecé a publicar discos ya había cumplido los 25 años. De cualquier manera, estoy más que orgulloso de mi discografía y creo que ha envejecido muy bien. 

¿Es la tuya una demostración palpable que la independencia y el compromiso artístico son posibles en una tierra tan ingrata como esta? 

Santi: Es la demostración palpable de que el empecinamiento mueve montañas, y de que más allá de la vocación está una cosa que se parece más a una adicción que a algo realmente sano. (Risas) 

¿Qué ha sido lo más complicado de toda esta andadura? Y al contrario. ¿Qué ha sido lo que más has disfrutado en este caminar de tres décadas?

Santi: Lo más complicado ha sido ir poco a poco dándome cuenta de que mi música no iba a llegar a un número relevante de gente, lo que hace todo el proceso mucho más duro. Lo que más he disfrutado, todo lo demás. Me encanta componer, grabar, tocar en directo... También he disfrutado mucho la amistad y la hermandad que me han ofrecido mis compañeros de viaje durante todos estos años, ya sean Malconsejo, Amigos Imaginarios, Herederos, Hijos, 4rbre o Back to the Hills; todos ellos son mucho más que músicos que comparten escenario y estudio conmigo... Es como tener varias familias a las que acudir y ser comprendido. 

“Estoy orgulloso de mi discografía, creo que ha envejecido muy bien” 

¿Cómo es eso de llevar 30 años desnudándose emocionalmente en cada verso? 

Santi: Narcisista, masoquista y terapéutico. También te digo que cuando hago la canción no estoy valorando nada, solo intento contar de una forma bonita algo que me importa en ese momento. 

Si tuvieras que definir las siguientes etapas en pocas palabras cuáles elegirías. 

-Malconsejo. Santi: Mi familia más antigua y mi escuela, con ellos lo aprendí todo menos a cantar, que por entonces se me daba fatal. Seguimos estando muy unidos, intentamos ensayar al menos un par de veces al mes. 

-Amigos Imaginarios. Santi: Fueron mi universidad, con ellos aprendí a cantar (Ester me enseñó, con la ayuda de Charlie). Grabamos un puñado de discos buenísimos. También son mi familia, nos vemos menos porque viven en Madrid. 

-Herederos. Santi: Asunto serio. Perdona que me repita, pero también son mi familia, esta vez la de Barcelona. Ten en cuenta que ninguno de estos grupos se ha disuelto, el hecho de que no estén en activo tiene más que ver con la distancia geográfica que con motivos personales y musicales. En directo, Herederos somos una apisonadora, y también hemos grabado un buen puñado de grandes discos. 

-Santi Campos aquí y ahora. Santi: Aprendiendo. Estoy grabando el disco más importante de mi vida, se va a llamar “Áprie”. Está escrito a raíz del fallecimiento de mi padre, y habla de ser hijo, no haber sido padre y nuestra relación con la muerte. Musicalmente es muy íntimo y frágil. 

¿Cómo se plantea la posibilidad de hacer un recopilatorio al estilo de “Ruinas de Interior” (1995-2025)? 

Santi: Me lo propuso Pablo Carrero y me encantó la idea. Me costó mucho reducirlo a 40 canciones, se quedaron muchas canciones fuera, también un buen puñado de inéditas. 

“Rock Indiana me ha sentirme importante y valioso” 

Imagino que gran parte de la culpa la tiene la gente que hay detrás de Rock Indiana, una familia para ti que siempre ha creído ciegamente en lo que has hecho. ¿Qué puedes decirnos de una relación que sabemos va más allá de lo profesional? ¿Hubiera sido posible la carrera de Santi Campos sin su presencia? 

Santi: Rock Indiana, Pablo, es otro de esos hermanos que tengo por elección y no por sangre, nos queremos mucho. Como he dicho antes, soy un empecinado, así que sí que creo que no habría habido forma humana de que yo no hubiera hecho música durante estos años, pero Rock Indiana me ha hecho sentirme importante y valioso, y siempre ha confiado ciegamente en los pasos que he ido dando. Además, me gusta mucho la música que publica, hay discos gigantes en Indiana. Por otra parte, nunca le perdonaré a Pablo que no fuera él quién inicialmente fichara a Malconsejo para el sello, si no Fito, su socio, quien claramente tiene mucho mejor gusto musical. (Risas) 

Volvamos al recopilatorio, el álbum incluye 40 canciones que recorren todas o casi todas tus épocas. ¿Qué criterio se sigue a la hora de seleccionar cuáles serán los temas incluidos? 

Santi: No lo sé muy bien. Consulté a Pablo y a Rogelio Enríquez, alguien que conoce muy bien mi repertorio, y luego no les hice mucho caso. El problema básico era la duración de los CDs, esa fue la razón por la que se quedaron fuera algunas canciones, pero también fue un handicap que me ayudó a centrarme un poco. También quería que tuviera un buen número de inéditas que representaran a todas las épocas. Sí que me sorprendieron las inéditas, algunas de ellas creo que son realmente buenas y no recuerdo la razón por la que se quedaron fuera... Lo más sorprendente es que todavía hay muchas canciones inéditas. La única canción que no podía faltar era “Cleopatra, reina de África”... La que me dolió dejar fuera es “Arder”, pero ahora me alegro, porque es la única que –en formato físico- solo existe en un single de vinilo de 7”, y eso la hace muy especial. 

Del álbum se podría hablar largo y tendido, pero creo que dado que es un recopilatorio lo ideal es que la gente escuche todo lo bueno que has incluido. Sin embargo, quiero pararme en las seis canciones que incluyes por primera vez en formato físico, algunas de ellas versiones de gente como Townes Van Zandt o Elliot Smith. ¿A qué se ha debido este hecho? 

Santi: Siempre me ha gustado traducir al castellano canciones de músicos anglosajones que me han influenciado, tengo un montón... Podría hacer un disco entero de versiones de ese tipo. 

También incluyes “Los torpes” con Jero Romero, otro de nuestros grandes autores de canciones pop con sensibilidad y estilo propio. ¿Qué tal salud goza nuestro colectivo de grandes escritores de público relativamente minoritario? ¿Por qué no es posible romper la barrera del gran público salvo en contadas excepciones? 

Santi: Creo que Jero, que en mi opinión es un genio, no tiene un público minoritario, desde luego no tiene la repercusión de Dani Martín, pero podría llenar una sala de 200 o 300 personas en cualquier ciudad del país. Tiene un estatus muy cómodo y que envidio... creo que él está exactamente en el lugar que quiere estar, porque no me da la sensación de que quiera ser un artista masivo (yo tampoco querría). Sobre el acceso al gran público, creo que si mi música rompiera esa barrera significaría que algo estaría haciendo mal. No quiero eso, envidio el estatus de Jero, de Josele Santiago y de Tulsa. Gente que hace lo que le da la gana y sin embargo gusta a una cantidad suficiente de público. 

Al escuchar otra vez “De qué sirve”, cuya letra está basada en “Contra Jaime Gil de Biedma”, sobre versos del fenomenal autor barcelonés, he vuelto a sentir tu cercanía con otro maestro que ya no está como Rafael Berrio. ¿Cómo de grande era Berrio? 

Santi: Enorme. No llegué a conocerle, de hecho, me enganché a su música muy poco antes de su muerte, pero ahora me acompaña siempre. 

Los próximos dos meses estarán más que ocupado con la gira que comentábamos más atrás. ¿Qué tal se plantea esta celebración en vivo? 

Santi: Estoy en plena gira. Está siendo intensa, dura y emocionante... Habría sido un gran documental: un cantautor de 56 años metido durante semanas en un coche de 25, tocando casi todos los días, con un repertorio de 160 canciones de las que el público selecciona las que van a ser tocadas. 

Estamos de celebración y con un recopilata recién salido del horno, no queremos quemar la fiesta antes de empezar, pero ya sabes que esto no para. ¿En qué andas trabajando con visos a un futuro más o menos cercano? 

Santi: El disco de mi padre, “Áprie”. Estoy estrenando algunas de estas canciones durante la gira y creo que no soy el único que piensa que va a ser algo verdaderamente importante.