Cat Stevens: "Catch Bull At Four – 50th Anniversary Remaster”


Por: Txema Mañeru

Muhammad Ali fue tan grande o más que Cassius Clay, Kareem Abdul-Jabbar llevó su “Gancho del cielo” más arriba aún con dicho nombre que como Ferdinand Lewis Alcindor. Yusuf nunca será tan grande como lo fue cuando se hacía llamar Cat Stevens, sobre todo en esos años mágicos entre finales de los sesenta y comienzos de los setenta que supusieron una ascensión imparable, de crítica, pero también comercial.

Steven Demetre Georgiu tuvo la reciente buena idea de publicar como Yusuf / Cat Stevens su “Tea For The Tillerman 2”. Para mucho ese es su más grande disco junto a “Teaser And The Firecat” y ese gran debut titulado “Matthew And Son”. En los últimos tiempos ha habido chulas y merecidas reediciones por su 50 Aniversario a cargo de Island Records / Universal) de 3 de sus discos clave, “Mona Bone Jakon”, “Tea For The Tillerman” y “Teaser And The Firecat”.

Ahora le ha llegado la hora a este, para mí, genial “Catch Bull At Four”, que igualmente ha sido remasterizado digitalmente a 24 bits/96 kHz a partir de los masters de producción originales de Island, con los artes originales completamente reconstruidos. Puestos a hacerte un regalo único te recomiendo la edición en vinilo "gatefold" de 180 gramos tanto en vinilo negro como en naranja de edición limitada para rizar el rizo. Este último estará disponible exclusivamente en www.CatStevens.com y Universal Music Online. 

Por su parte, la cuidada edición en compacto trae un nuevo libreto de 16 páginas con fotos, ilustraciones y las cuidadas y siempre interesantes letras de las canciones. Fue el gran Paul Samwell-Smith quien volvió a encargarse de la mágica producción del álbum: el guitarrista de confianza, Alun Davies, también estuvo allí, además de su batería Gerry Conway. A ellos se unió un gran bajista como Alan James y la guinda la puso con el piano y teclados varios, más protagonistas que nunca, Jean Roussel. Y es que Cat estaba decidido a vestir más sus canciones para llegar a cotas que antes no había sido capaz de aproximarse. Por algo fue el disco con más éxito de Cat con tres semanas en el número uno del Billboard, Registro que cosechó en Canadá y solo puesto en por detrás se colocó en Reino Unido y Países Bajos, además de alcanzar el cuarto  puesto en Francia. También hubo varios singles de gran éxito que han aparecido en recopilatorios posteriores del artista, quien decidiera retirarse poco tiempo después del mundanal ruido. Mientras alcanzaba la cima, él profundizaba en su sincero viaje espiritual. Por eso el título de este disco hace referencia específicamente al desafío y la fuerza que uno debe convocar mientras busca la iluminación. Estudió la forma de añadir elaborados arreglos a algunas de sus canciones y dio en la diana.

Así el disco lo abría el hit single "Sitting", con su maravillosa melodía, el órgano de Roussel y hasta el sintetizador del propio Cat. Siguió otro éxito regresando al más cálido folk de sus comienzos como "Boy With A Moon & Star On His Head". Deliciosos arreglos, esa voz y sus cálidos silbidos. Más folk, pero con arreglos modernos y lleno de vida en un "Angelsea" en el que le acompañaba en la voz Linda Lewis. "Silent Sunlight"  es una preciosidad con la lucha de pianos entre Cat y Roussel. La cara A la cerraba el otro gran éxito del disco. Un "Can’t Keep It In" de mágico estribillo con combinación de guitarras, piano y un gran órgano a cargo de Cat.

La cara B seguía con el riesgo de "18th Avenue (Kansas City Nightmare)", que comenzaba cálida como el folk de sus comienzos, pero que luego añadía cuerdas y teclados que le acercaban a los Genesis de Peter Gabriel. Sorprendía, para bien, cantando en latín en "O Caritas" y añadiendo el bouzouki de Andreas Toumazis y las impecables voces del C.S. Choir. Ya aquí se intuían sus pensamientos metafísicos y sus nuevas creencias religiosas. En "Sweet Scarlet" no necesitaba más que su piano y voz para elevarnos del suelo. Eso justo antes de acabar con los atmosféricos arreglos y embelesadora magia de "Ruins". 

Hemos empleado, quizás, demasiadas veces la palabra magia, pero es que este gran disco sigue desprendiéndola. Al año siguiente llegaría el también recomendable “Foreigner”, del que esperamos también cuidada reedición 50 Aniversario, pero ya comenzaba su declinar, cosa que no importa si nos dejó discos y canciones tan grandes como las contenidas aquí.