Ilegales: La eterna violencia sonora


Sala La Riviera, Madrid, 21 de Octubre de 2023 

Texto y fotos: Javier González 

La noche del pasado sábado fue la elegida por Ilegales para culminar en territorio nacional la gira conmemorativa de los 40 años desde la edición de su primer y homónimo trabajo, una memorable colección de canciones que aún hoy permanece entre las mejores obras rock editadas en nuestro país, sin haber perdido un ápice de vigencia y efectividad pese al evidente paso del tiempo. 

Ni qué decir tiene que desde esta web hemos seguido un buen puñado de esas noches de celebración con dulce regusto en nuestro paladar, pues la banda asturiana siempre es una apuesta segura cuando lo que se busca es una descarga efectiva de violencia sonora. Y es que aunque uno haya acudido a un buen puñado de shows de la misma gira, los mismos nunca defraudan ya que sus textos urgentes, reflexivos y escritos a corazón abierto hacen enardecer al más pinturero como aquella primera vez que te volaron la cabeza. 

Y allí nos encontramos una vez más, de hecho sería harto complicado recordar el número exacto de veces que quien suscribe ha visto a la banda en directo, observando la ceremonia por la cual la madrileña Riviera iba cogiendo color gracias a un público veterano, donde no faltaban rockers con chupa de cuero, punks de cresta y mods despistados, quienes no dudaron en corear al unísono clásicos como “Have you Ever Seen the Rain” o “Ace Of Spaces”, temas que ayudaron a caldear un ambiente que subió un par de grados pasadas las 20:40 de la noche, momento en que el cuarteto astur asomó por un lado del escenario ante de acometer los acordes de “Tantas veces me he jugado el Corazón que lo he perdido”. 

A partir de dicho momento comenzó un intenso intercambio de clásicos por novedades, con parada obligatoria en sus álbumes más míticos y en canciones que caldearon sobremanera al público madrileño, quien una vez más pudo disfrutar de una ceremonia gamberra e intensa, defendida con vehemencia por la poderosa base rítmica que conforman Jaime Beláustegui y el mítico Willy Vijande, entre el punk y el jazz, bien repleta de graves, sobresaliendo la elegancia y pegada a la guitarra de Jorge Martínez, al que cada vez emociona más ver cantar al borde de quebrar su voz, mientras proclama incendiarias soflamas vitales acerca de luchas sociales, conflictividad vecinal o puro afán de supervivencia, sonando siempre creíble y lúcido, y la cada vez más sobrada capacidad para dar su apoyo en los teclados y guitarra de Toni Tamargo

No faltaron a su cita, aunque no precisamente por este orden, todo sea dicho, temazos como “Ella Saltó por la Ventana”, la primera que nos puso a botar, “Agotados de Esperar el Fin”, “Soy un Macarra” y “Destruye”, con su inseparable pogo en unas primeras filas convertidas ya en una pura celebración. La más reciente “Todos los Peligros me conocen”, en contraposición con “Princesa Equivocada”, con alguna pequeña variación en su arreglo original que le sentó a las mil maravillas en vivo, “Te Prefiero Lejos”, “El Bosque Fragante y Sombrío” o “Divino Imbécil”, donde nos regaló la invitación de Carlos Tarque, convertido ya en un Ilegal de pleno derecho, quien en estos días acaba de presentar el segundo trabajo de su proyecto solista, “Vol.2”, al que recomendamos dar más de una escucha por lo atinado de sus textos y lo afilado de sus guitarras, el cual no pudo mostrarnos del todo las virtudes de su voz por no andar seguro con la letra de la canción, suerte que un papelito con los versos de la misma le salvó la vida. 

También sonaron “Regreso del Vacío”, “Si no luchas te matas”, “Nunca lo Repitas en Voz Baja” y la genial “Ángel Exterminador”; el techno punk de “Juventud, Egolatría”, la no menos mítica y disfrutada en primeras filas “Dextroanfetamína-No quiero ir a la Mili” y otras joyas que no necesitan presentación alguna como “Chicos Pálidos para la Máquina”, “El Norte está Lleno de Frío”, “Enamorados de Varsovia”, una de las grandes joyas de nuestro rock, “Eres una Puta”, donde las voces femeninas se impusieron a las masculinas en el coro, por si alguna feminista se nos ofende, y las colosales “Bestia, Bestia” y “Hacer mucho ruido”. 

Los bises sirvieron para volver la vista cuatro décadas atrás, al fenomenal debut de nuestros asturianos favoritos, colosal desde la potada de Ouka Leele, del que rescataron canciones que nos helaron el alma como “La Casa del Misterio”, uno de nuestros cortes favoritos de toda su enorme discografía, “Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes”, donde cerramos nuestros puños y nos preparamos para lo que pueda venir; la potencia y belleza de la colosal “Yo soy quien Espía los juegos de los Niños”, y el cierre, con “La Riviera” botando de arriba abajo, que supusieron “Hombre Solitario”, “¡Hola Mamoncete!”, otra de las que nos pone a morir, “Caramelos Podridos” y “Problema Sexual”, en la que intentaron compartir dueto con Carlos Tarque, quien hizo lo que buenamente pudo, cuestión que no resto ni un ápice de grandeza al cierre, como pudimos comprobar con luces encendidas, mientras atronaba por la megafonía “Canción Obscena”, y se realizaban la habitual foto familiar donde todo eran sonrisas. 

El tiempo, inexorable y perro enemigo, acabará un día con Ilegales, pero Jorge Martínez ha decidido que el final le pillará encima de un escenario, parapetado tras su instrumento y cargado de la mejor artillería posible, la que le otorgan unas letras mordaces y afiladas que son pura y acertada violencia sonora. Ilegales deben seguir siendo catalogados cuarenta años después como “No aptos para todos los públicos” algo muy de agradecer hoy en día donde los artistas son cada vez más acomodados y dados a  no querer molestar a nadie con su arte. Ahora bien, dicho esto, cuidado de aquel que les descubra aunque sea tarde, caerá rendido ante su hechizo de deslenguada voz.