Por: Txema Mañeru.
A la tercera ha sido la vencida. Lo demostró hace 3 años con "La Virgen del Patrocinio" y lo había hecho algún año atrás con un “Extractos de Naturalia”, que tengo pendiente de oír al completo. Lo ha vuelto a hacer ahora con un "Libélulas" (Satélite K) más etéreo, más introspectivo y más experimental, pero siempre moviéndose dentro del terreno del flamenco fusión, pero con una personalidad propia avasalladora. Antes estuvo en el recomendable grupo Fondo Flamenco, pero lo que está haciendo como Antónimo son palabras mayores. En los medios hablan de Veneno, Bola de Nieve, Pata Negra, Manuel Molina, Devendra Banhart o Albert Pla. Todas ellas me parecen referencias más que apropiadas y más que válidas, pero su nuevo LP (mejor en su versión en vinilo) va más allá.
El disco se pasa como una leve exhalación por sus 7 temas y rondando (solo) la media hora de duración. Abre con un "Sana" que lógica y sanamente fue elegido como single previo con razón. Hermoso tema lento con un teclado de aromas eclesiales. Su increíble voz tiene algo, sí, de Albert Pla o de Kiko Veneno, pero también te puede recordar al mejor Zenet o a Chet Baker, lo que redunda en un extraordinario estribillo en una especie de tango sadcore ralentizado. Desde luego es un tipo y un sonido más que original y personal.
En otro de los singles (ambos y alguno más con curiosos videoclips), como "Cachita", son indiscutibles sus aires flamencos, pero siempre muy a su bola. Espectacular piano y precioso violín, luego rematados con unas percusiones que parecen sacadas de una procesión de Semana Santa. "Estornino 2"’ viaja del flamenco al blues y de nuevo te viene a la mente la voz de Albert Pla. Suena triste y desesperado con exquisitos coros y una limpia guitarra acústica. Destacan también el bajo y las percusiones así como su “quejío” flamenco en la voz cuando el tema va avanzando. Cierra la cara A "Todo Está Bien" con buena guitarra española y un órgano muy chulo que impregna el tema de melancolía y nostalgia. Luego aparece un acordeón brillante y hasta un buen estribillo melódico sobre un órgano que recuerda al de Booker T & The MGs. A eso hay que añadir sus historias siempre emotivas y brillantes, aquí con frases como “Bonita cuando te enfadas… nadie va a joderme este momento te lo juro por todos mis muertos”.
La cara B arranca con otro single impepinable. Te hablamos de un "Caballo de Triana" con la buena colaboración especial de la fina guitarra flamenca de Diego Pozo “El Ratón” (Los Delinqüentes). Hermosa tristeza y más melancolía con ricas percusiones y una guapa guitarra eléctrica ácida que tiene un toque a los Smash. Más ternura y desnudez en la íntima "De Mí Para Ti" con un tono de voz combinando a Devendra Banhart o Jimmy Scott, pero con el toque flamenco propio de Antónimo. Finaliza el disco con otro tema desnudo y delicado titulado "El Último Melómano". Alma y pasión en la historia que nos vuelve a contar y guapos teclados psicodélicos finales.
En general es más que llamativo y atractivo que una propuesta tan minimalista albergue emociones tan maximalistas y melodías que no dejan de embriagarte. Estoy muy de acuerdo con aquellos que dicen que estamos ante un artista muy singular lleno de creatividad y magnetismo. Ganas locas de poder gozar de esta propuesta en unos directos que tienen la pinta de que serán muy especiales.