Olivia De Happyland: "Hiperia"


Por: Txema Mañeru. 

Una pena que la extremeña afincada en Madrid, Olivia, nos haya brindado una carrera tan guadianesca, porque la verdad es que cada uno de sus discos han sido más que destacados. De hecho, cuando prácticamente la teníamos olvidada, nos ha brindado su mejor LP hasta la fecha. Ella empezó en la primera década de este milenio con su Casio PT10, iniciando su trayectoria, estando ya en Madrid, siendo teclista del gran Santi Campos (Amigos Imaginarios) y The Happy Losers.

Pronto se animó a componer sus propios y muy originales temas y movió su maqueta recibiendo muchos elogios de cracks de la música como Jesús Ordovás o Julio Ruiz. Finalmente debutó en 2010 con "Casi Feliz", un LP que la hizo casi feliz, sí. Todavía tuvo más repercusión un "Antibiografía" que definió mucho más su personalidad tanto en sonido como en sus muy personales letras.

Tras muchos años en el olvidó ha vuelto a resurgir con su indie folk-rock con un “Hiperia” que marca un punto de inflexión en su vida. Combina poesía y rock como Patti Smith, pero también al igual que Beth Gibbons o Bon Iver. Se nos descubre ante sus fantasmas interiores y nos cuenta todo lo que le ha sucedido en la última larga década con total honestidad y consiguiendo un sonido muy personal muy bien ayudada por un gran y amplio conjunto de buenos músicos. Su decepción por la raza humana le llevó a refugiarse en la naturaleza, los animales y las obras de otros muchos artistas inadaptados. Ahora, ella también quiere llegar con su nuevo trabajo al interior de muchas almas perdidas como la suya. 

El disco suena más introspectivo que nunca acercándose al modelo de cantautora. Nos gustó mucho cuando escuchamos el gran single de adelanto "Apocalipsis Meow". Un tema nostálgico con un punto hasta de resignación. Melódico y muy folkie con un claro punto a los Picnic de Jeanette hasta en la voz. Eso sí, sus crudas guitarras arañan y suenan muy actuales alrededor de un precioso estribillo melódico y con un punto PJ Harvey, pero otro a M. Ward. Todo esto con referencias poéticas a Bécquer y Byron

Antes de eso abre con un "Cuchara" muy experimental con guitarras funk al estilo de las de Talking Heads y una narración al estilo de El Hombre Burbuja (Julio De La Rosa). al que rodean unos sintetizadores locos. Por cierto, dichos teclados y, además, guitarras, bajo y batería corren a cargo del músico de Georgia, Beqa Minadze, que ayuda en la producción a la propia Olivia. Pero hay más canciones realmente poéticas para dar imágenes a una íntima y melancólica película. Para ello le ayudan instrumentistas provenientes de Polonia, México, Inglaterra, Sudáfrica o Berlín. Protagonistas de la popera "Sin Encajar" o de los tonos western en las guitarras de "Zig zag,, además de más teclados ácidos. Cierra la cara A "La Bengal", un precioso lento con mágicos ambientes, deliciosos teclados y finos punteos de Adam Health.

La cara B comienza con "Dama y Vagabundo", un tema que recuerda, como algunos otros momentos, a la mejor Christina Rosenvinge . La bonita y emotiva voz melódica de Olivia comanda una "De Parte De Marilyn" en la que destacan el bajo y las guitarras de Beqa, además de un piano que todavía destaca más en la versión acústica final del mismo tema. Los cuidados arreglos de la preciosa "Vuela El Gas" anteceden a su única canción en inglés, una "Horse Vampire", que cuenta con su campestre videoclio, grabada como quien escribe una carta y donde se suman las referencias de Joana Serrat, Nuria Graham o, incluso, a Maika Makovski. Los Teclados y el misterio se adueñan de un tema cinematográfico como "Fuego" al que añadirá elementos flamencos que nos recuerdan a Soleá Morente. 

Otro más que posible single sería "Mil Hogueras Después" y su bella melodía hecha de acústicas hermosas, una steel guitar genial y sentenciosas y destacadas frases como: “La historia está escrita por hombre…, los hombres enjaulan canarios…”. Ejemplos de un trabajo que puedes conseguir en Discos Poloholadiscospolo@gmail.com o a través de la propia Olivia, escribiendo a oliviahappyland@gmail.com. Destacar también como merece la preciosa portada y el diseño en general del vinilo de Spencer Robens Designs. Como bien dice la propia autora, este disco es tanto un refugio como un grito, una despedida cargada de nostalgia y una invitación a soñar. ¡Sueña con ella!