El esperado nuevo trabajo de los escoceses llega a las tiendas, después de haber levantado mucha expectación, debido a las ya pasadas habladurías de una posible disolución de la banda y a las declaraciones de los integrantes, anunciando un sonido distinto a los anteriores trabajos.
Editado en -Domino-, producido por Dan Carey y grabado entre Glasgow y Londres, esta tercera entrega no dista demasiado de los pasados ”Franz Ferdinand” (2004) y “You could have it so much better”(2005), este último es más pesado y a ratos se hace más aburrido. Sí es cierto, que es un sonido más de discoteca, más nocturno que los otros dos, es más cercano a los sintetizadores, en temas como “Bite hard”, “Live alone” o “Can't stop feeling” se puede comprobar esta aproximación.
También de manera muy acertada, aumenta la presencia del bajo, más duro, más seco en cortes como el primer single“Ulisses”(lo mejor del álbum), deja patente la fuerza y la importancia que obtiene el instrumento, también en esta misma canción se puede comprobar que la fórmula de fuertes guitarrazos y frenéticos ritmos, continúa siendo la de siempre.
La gran sorpresa es “Blood”, un segundo disco, obsequio, que se incluye en las primeras copias en edición limitada. El sonido de este, sí es realmente sorprendente, contiene ocho canciones de corte DUB, que recuerdan a Depeche Mode o Massive Attack.
En definitiva, un disco que se asemeja mucho a otras terceras entregas que pasarán a la historia sin pena ni gloria, como "Our love to admire" de Interpol o "First impressions of earth" de The Strokes.
Por Vanvan "EG"
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