Hablar de Julio de la Rosa, es hablar de un grande del panorama pop-rock nacional. Fue cantante y guitarrista del grupo “El Hombre Burbuja” hasta el año 2002. A partir de ese momento decidió comenzar una carrera cómo solista, para ello no dudo en utilizar su propio nombre. En esta nueva etapa hasta el momento ha publicado tres trabajos “M.O.S.”(2004) , “Las Leyes del Equilibrio” (2006) y “El Espectador” (2008). Por el camino, nos ha regalado “Los Amores Ridículos”, con el grupo Fantasma #3, así cómo sus composiciones para las Bandas Sonoras de películas cómo “Siete Vírgenes”, “Una palabra tuya” o “After”. Músico, cantante y también escritor cuenta en el mercado con un par de libros editados.El Giradiscos se ha puesto en contacto con él para mantener una animada conversación. Música, literatura y cine, se conviertene en uno, se funden en una agradable conversación que nos muestra a un tipo amable, sincero. Una vez vistos los resultados de la entrevista podemos afirmar que estamos ante uno de los cara a cara más apasionante y productivos de toda nuestra andadura cómo web musical. Señoras y señores, con ustedes un grande, con ustedes “Julio de la Rosa”.
Cuál sería la carta de presentación para aquellos, cada vez menos afortunadamente, que desconocen quién eres. ¿Quién es Julio de la Rosa?
El que responde esta entrevista. Se me dan muy mal este tipo de explicaciones, aunque ya me gustaría a mí responderte como es debido.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos musicales? Sobre todo en el sentido de que tipo de música fue la que te acompaño durante tu infancia.
Soy el menor de cuatro hermanos, así que oía sus discos en casa. La primera vez que me subí a un escenario fue en mi primera comunión, vestido de marinerito, escoltado por tres adolescentes greñudos con vaqueros deshilachados. Creo que hicimos un tema de Elvis. Por entonces ellos oían los Rolling Stones, Sex Pistols, etc, pero los discos que yo me ponía cuando ellos no estaban eran los de Radio Futura, Tequila, Golpes Bajos, La Dama Se Esconde, Siniestro Total y hasta Miguel Ríos: todo lo que pudiera cantar en castellano, que era la única lengua que conocía.
¿Cuál fue la música que escuchaste durante tu adolescencia?
Punk y afterpunk, sobre todo. Por un lado The Clash, los Pistols, Dead Kennedys, etc, y por otro The Cure, Echo & The Bunnymen y así. También todos los nacionales que te he comentado, por entonces incluso entendiendo algo de lo que querían decir.
Sabemos que comenzaste tu andadura con "El hombre burbuja". Un grupo magnifico que en 1998 firma por POLYGRAM . Grabasteis un primer disco que no se llegó a publicar. ¿Que pasó y como terminasteis publicándolo al año siguiente con “EVERLASTING”?
Bueno, es una historia larguísima, tendríamos para toda una entrevista. Básicamente, caímos en un carrusel de vaivenes contractuales por el que pasaron cuatro discográficas y un par de editoriales. Éramos jóvenes, talentosos, y sobre todo muy ingenuos, así que nos engañaron varias veces y tuvimos que hacer varios apaños tampoco muy legales para resolverlo todo.
Tras "El hombre burbuja" (1998) y "Nadando a crol" (2000), os despedisteis en el 2002 con el sublime, " La paz está en las matemáticas". Que puedes comentarnos de estos tres trabajos ahora que ha pasado el tiempo.
El primer disco fue el de tres chicos emocionados haciendo música sin pensar en nada más. Con el segundo pensamos que nos comeríamos el mundo, así que el tercero se convirtió en el de la decepción… Curiosamente el primero es el que menos me gusta, además de por la producción, enlatada, así que supongo que pensar es bueno.
Con "El hombre burbuja" estuviste desde el año 1995. A día de hoy sigues interpretando esas canciones en directo. Ha habido alguna reunión puntual después, como en el día de la música del 2008. ¿Por que se pone fin al proyecto? ¿Que pasó?¿Os cansasteis de no recibir el reconocimiento que merecíais?
Éramos cuatro personas, cada uno con su vida. Y llegó un momento en que sí, la falta de reconocimiento, y el hecho de tener que ganar dinero, empañó el asunto. No era mi caso, yo por entonces hacía una revista, el Yuzin, para pagarme el alquiler a duras penas. Pero el resto del grupo seguía en casa de sus padres y aquello no tenía salida. Cuando estás en un momento así, las relaciones también se resquebrajan. De hecho, durante los ensayos del último disco casi los tenía que arrastrar al local.
¿Existe alguna posibilidad de que el Hombre Burbuja pueda volver a reunirse de forma estable, de nuevo?
El Hombre Burbuja nunca fue algo estable, así que lo dudo mucho. Pero quién sabe.
En el año 2004 sacas tu primer disco como DE LA ROSA "M.O.S.". Sigues con tu propuesta arriesgada, pero esta vez la crítica se rinde. Supongo que para ti sería toda una sorpresa. ¿Cómo recibes ese aluvión de reseñas positivas? Sobre todo, después de llevar tantos años luchando.
Bueno, al hombre burbuja la crítica siempre nos trató bien, lo que pasaba es que el público no sabía que existíamos, pero, ¿piensas que M.O.S. es un disco arriesgado? Casi todo el disco se sostiene con un formato de guitarra bajo batería, todas las canciones tienen dos estrofas, dos estribillos, la mayoría tatareables. Sí, era un disco crudo, dramático... pero, ¿arriesgado? No sé, un sector de la crítica siempre se ha portado muy bien conmigo, y eso ayuda mucho. Pero es curioso lo de la prensa: fíjate que, si alguien dice que eres muy bueno, aparecerá otro diciendo que eres muy malo, horrendo. Y todo por mantener la suscripción de lectores.
Un inciso Julio, es durante este período cuando surgen tus primeros contactos con el cine. Colaboras en “Astronautas”, de Santi Amodeo. A partir de ahí empiezas a hacer B.S.O, por ejemplo, “7 Vírgenes”. ¿Cómo llegan a tus manos las diferentes propuestas?
Estudié Comunicación Audiovisual en Sevilla, así que musiqué algún corto. Un buen día Alberto Rodríguez, entre cervezas, me dijo que estaba preparando un largo, 7 Vírgenes, y que quería que yo pusiera la música. Él ni siquiera había visto esos cortos que yo había hecho, y la peli decía que iba de canis de barrio. Alberto, ¿por qué me lo pides a mí? Me quedé con la duda, pero el caso es que acabo de terminar After, su última película.
¿Qué supone para ti la realización de bandas sonoras? ¿Cómo afrontas esa labor? Me refiero a cuáles son los pasos que guían tu acción. (Ejemplo: Lectura del guion, decidir si o no, temas más luminosos, canciones más oscuras).
Para mi, hacer bandas sonoras es tener la posibilidad de explorar nuevos caminos que no suelo probar en mis discos. Mientras que el trabajo de creación de tus propias canciones exige un proceso de introspección, en las bandas sonoras hay un punto de extroversión altamente estimulante: no tienes que decidir qué quieres contar, alguien ya lo ha pensado por ti. Así que te quitas de encima la parte más engorrosa, ésa que lo estropea todo, siempre: el ego.
Estás al servicio de una historia, y la limitación que implica esa historia es en realidad una puerta abierta a nuevas formas de expresión. Así que procuro divertirme todo lo que puedo y probar cosas que nunca se me ocurrirían hacer en un disco propio, cosa que, por otro lado, permite el hecho de que la música, en una película, no es la protagonista.
También ayuda el hecho de no estar limitado al formato canción. A veces trabajo incluso desde antes del guión, leyendo alguna obra relacionada con la película. En 7 Vírgenes me leí Peter Pan, la novela, en Una Palabra Tuya me leí la novela homónima de Elvira Lindo. Después, la primera lectura del guión es solo para disfrutar de la historia. En la segunda van apareciendo momentos musicales y en la tercera se me ocurre incluso algo de la instrumentación a usar.
A partir de ahí, hablas con el director o la directora en sucesivas reuniones, vas componiendo y vas jugando con los pegados de montaje que te van pasando. Del guión a la película hay siempre un salto abismal. Puedes ir pensando lo que quieras durante el proceso, pero hasta que no ves un par de planos pegados no terminas de aclararte. Después, sigues discutiendo con el director o la directora, luego discutes con el productor, después con el otro productor, y después con tu pareja, si la tienes, que no te ve el pelo en tres o cuatro meses.
¿Qué puedes decirnos del proceso de creación de la B.S.O de “After? Recordemos que está película aún no ha sido estrenada, nos puedes adelantar algún detalle de la misma.
Ha sido la b.s.o. más difícil que he tenido nunca, y lo peor es que eso luego no se nota, ya que además de parte de la incidental he hecho la música que suena en los locales, no hay un score al uso: está por un lado mi música incidental, luego un par de temas de Smog y Micah P. Hinson que funcionan también de incidental, una canción de Jeanette que suena en un coche, y toda la música de los locales. Para que te hagas una idea, es una peli de 115 minutos y tiene 78 de música… Ha sido divertido porque he podido hacer música de baile, música árabe, música infantil, tecno duro, fondo de restaurantes, la incidental, prácticamente todo. Pero han sido casi seis meses de trabajo. Por otra parte, la película creo que es una de las mejores que se ha hecho en este país en mucho tiempo, y algo así no lo digo a menudo. Ah, sí, habla de treintañeros perdidos, bueno, vayan a verla.
¿Dónde te sientes más cómodo en tus discos o realizando bandas sonoras?
Actualmente necesito las dos cosas… Después de una banda sonora nada como aporrear la guitarra y hacer una puta canción. Después de hacer una canción nada como coger una película y bucear en ella.
Perdón por el salto temporal, retomemos la senda de la entrevista. En 2005, sacas tu segundo disco ya firmando con tu nombre completo “Julio de La Rosa”. El Lp lleva por título, "Las leyes del equilibrio". Estamos ante un disco mucho más hermético y oscuro. ¿Qué sentías en esa época?
Estaba frustrado de los resultados del disco anterior, creía podía haber llegado más lejos, así que hice este disco con muy mala leche. Y para mi propio divertimento. Funcionó. Quería probar nuevas texturas, supongo que también el experimentar en bandas sonoras me llevó a ello. Y estaba solo, por cierto, nada más lamentable que un romántico incurable sin nadie a quien poder querer.
En 2006, junto con Sergio Vinadé y Pau Roca, sacas adelante Fantasma 3, con quién publicas “Los amores ridículos”. ¿Cómo se gesto el proyecto? ¿Tendrá continuidad el mismo? En el podemos encontrar algunas de tus mejores canciones, “Vivir” o “Aguafiestas” .
Coincidimos los tres varias veces en Zaragoza, en el bar que tenía Sergio, y entre copas, hablamos de hacer algo juntos. Curiosamente, acabamos haciéndolo. Por ahora los tres estamos en muchas cosas, dudo que volvamos a hacer algo próximamente. Lo pasamos realmente bien haciéndolo, y eso supongo que se nota.
En 2008 sale a la venta el que hasta ahora es tú último trabajo. "El espectador" que supone un cambio radical en tu propuesta. Observamos un nexo de unión con la canción francesa.
Ay dios, qué manía que si la canción francesa, que si el aroma mediterráneo. En este país metes un acordeón y ya está puesta la etiqueta. Cada disco que hago suele ser un cambio radical en mi propuesta, soy un culo inquieto, me aburriría enormemente hacer lo mismo continuamente, la música es tan grande, y nosotros tan pequeños, que no puedo conformarme con hacer lo que ya sé. Para mí, muchos de los mejores dejaron de hacer buenos discos cuando dejaron de explorar. De Beck a los Cure, de Tom Waits, que ya hace años que no busca -aunque se quedara al otro lado, menos mal-, a… no sé, David Byrne, por ejemplo. Qué bueno por cierto su concierto del último año, claro que solo tocó sus canciones del 77 al 83. El espectador, vuelvo. Ha sido mi último disco, y he salido muy contento con él porque lo hice con muy poco esfuerzo, de hecho llegué a grabarlo y mezclarlo en un solo día, y ha dado muy buenos resultados. Gustarme a mi no me gusta especialmente, pero bueno, allá cada cual. Me gustó en su momento, supongo, pero siempre me pasa que cada vez que hago un disco nuevo odio el anterior.
Por otro lado consideramos que es un disco en el que tus letras se vuelven mucho más luminosas y hasta nos da la sensación de que un tono feliz empapa todo el álbum. ¿Seguirás esa línea en el siguiente trabajo o quizás nos sorprenderás con un nuevo rumbo?
Me alegra que digas que El Espectador te parece un disco feliz, porque mucha gente opina que es muy dramático. Yo también lo veo más feliz que dramático, con sus peros. Lo que estoy preparando ahora es mucho más pop. Canciones alegres, canciones tristes, pero siempre en clave pop. Bueno, aclarar que yo entiendo por pop desde los Violent Femmes a gran parte del repertorio de los Clash, a los que por cierto les he robado una idea para una línea de bajo. Hay humor, y hasta chistes, pero también una tristeza que riega todo el álbum. Probablemente se llamará La Herida Universal. Todas las canciones son de amor, desamor, y esas cosas tan cercanas. No habrá palabras complicadas, nada de filosofía, no juegos espectaculares de palabras. Sólo sentimientos, historias de relaciones y las múltiples variantes de esa herida universal que es el amor.
Hablando de letras. Sabemos que has publicado un par de obras, “Tanto rojo bajo los párpados” y “Diez años foca en un circo”. ¿Cómo has llegado hasta ahí? Supongo que sería algo que andaría desde hace tiempo rondando por tu cabeza. ¿Qué pretendes transmitir con tus textos?
Pretender, apenas nada. Voy escribiendo cosas que se van quedando en el cajón, bien porque son simples ideas que no acaban en ningún sitio, bien porque son textos que por su longitud o complejidad no pueden convertirse en canciones, bien porque directamente son relatos cortos. Tuve una época que me dio por escribir cada cosa que veía y me punzaba, pero sabía que nada de eso iba a poder convertirlo en canción. Así que un día me ofrecieron publicar lo que tuviera por ahí y acabé editando un par de libros, un par de libros cajón de sastre, digamos. Muy entretenidos de leer, por cierto.
¿Qué libertades encuentras en la literatura?¿ Es muy distinto enfrentarse a una obra literaria que hacerlo al texto de una canción?
Con las canciones ayuda mucho la música, yo suelo escribir las letras en función de lo que transmite la música de por sí, para mí lo primero son los acordes. Así que cuando escribes sin una melodía debajo estás un poco como un funambulista sin red. Hombre, te permite olvidarte de la esclavitud de la métrica, y de la rima, por muy asonante que ésta sea. Además de que puedes exponer más de una idea en un solo texto, cosa a menudo complicada en una canción.
Julio, sabiendo que en ti se concentran dos pasiones, como son la realización de bandas sonoras y la labor literaria. ¿Te has planteado en algún momento el hecho de poder escribir un guion?
Yo empecé haciendo canciones, las canciones se componen de música y letra, así que hasta cierto punto tiene su lógica que la música acabe en películas, como bandas sonoras, y también que las palabras acaben en libros, como prosa, poesía, como lo quieras llamar, para mi todo es lo mismo. Escribiría un guión, claro que sí, pero también escribiría una novela, y pintaría cien cuadros, y haría fotos sin parar, y hasta haría películas si supiera hacerlas. Crear, creer y amar. Ojalá pudiera.
En el ultimo concierto en el Costello te metiste entre el público para interpretar “Caradura”. ¿Hasta qué punto es importante para ti la comunicación con el público?
Me temo que es fundamental. Una vez escribí bromeando que el público es el cáncer del arte, pero la putada es que sin público no existiría el arte. Yo necesito saber que el que viene a un concierto mío está sintiendo algo, es mi obligación como buena foca del circo hacer que esa persona sienta algo. Para eso ha venido. Así que si con los focos no veo a la gente, si el silencio o el ruido me impide saber qué está pasando, tengo que averiguarlo. Por otro lado es muy divertido ver la cara de la gente cuando estás a un palmo de ellos cantando una canción, sobre todo en mi caso, que suelo cantar con los ojos cerrados.
Por último y para terminar…¿ Por donde pasa el futuro más inmediato de Julio de La Rosa? ¿Estás preparando nuevas canciones? ¿Sigues de Gira?, etc…
Ya por fin se estrena After, y en el teatro Alfil programan La Felicidad de las Mujeres, también con música mía. Ahora preparo este nuevo disco que te comento. No sé cuando se va a grabar, ni tampoco cuando saldrá editado, así que tampoco sé cuando volveré a salir de gira. Bueno, el 2 de noviembre participo en un homenaje a Nick Drake en la Sala Galileo Galilei, y algún que otro concierto esporádico tengo a la vista. Por otro lado voy a hacer la música del corto de una amiga, un corto que me motiva especialmente porque tendré que musicar objetos cotidianos, desde unos cubiertos al roce de una sábana. Así que estaré entretenido.
Entrevista: Javi, Jorge. B. "Gurú", Vanvan.
Fotos Jorge Bravo "Gurú"
El FIZ como trinchera
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*Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Sábado 28 de septiembre de
2024. *
*Texto y fotografías: Javier Capapé *
Un año más y un *FIZ* que pasa, pero...