Manos de Topo: Revisión

Este cuarteto barcelonés son uno de los grupos más controvertidos de nuestra escena estatal, y lo son más que nada por el perfil de su público el cual se divide en un grupo que los aman y otro que los odian, sentimiento éste volcado sobre todo en la forma de cantar de Miguel Ángel Blanca: histriónica y en tono “lloroso” que nos narra sentimientos de desamor, pérdida y fracaso emocional, pero todo barnizado con ese característico estilo irónico que convierte a estas historias en algo único y muy original. 

Y qué mejor manera de realizar una pequeña revisión de este grupo, ahora que están inmersos en la grabación de su nuevo trabajo, Caminitos del deseo, que se editará durante el mes de Noviembre

De Ortopedias bonitas (Sones, 2007) lo primero que llamaba la atención era su mezcla bastarda entre El Niño Gusano, Golpes Bajos y algunos detalles de los primeros discos de Sr.Chinarro…..y la voz, claro, ese tono que tira para atrás durante las primeras escuchas, pero que al cabo de un tiempo le vas cogiendo el gustillo y más si las canciones están tan bien ornamentadas de detalles y matices como por ejemplo El Cartero, Morir de celos o Es feo, por poner sólo tres ejemplos de lo que nos podemos encontrar en este disco.

En 2009 vuelven con El primero era mejor (publicado de nuevo por Sones) con 12 nuevas composiciones que siguen el patrón ya iniciado en su referencia anterior, pero otorgando a los temas una mayor riqueza instrumental al introducir elementos de viento y cuerda, a lo que se suma estructuras más complejas en los temas y que junto a las estupendas letras (con unas cuantas frases memorables que ya son parte de nuestra memoria colectiva) hacen de éste segundo disco uno muy a tener en cuenta. 

En el 2011 publican el que es hasta ahora su tercer y último disco, Escapar con el anticiclón, para el que contaron con Ramón Rodríguez en las tareas de producción, consiguiendo sin lugar a dudas su disco más maduro, en el que dejan paso a historias más cercanas y cotidianas en detrimento de las letras histriónicas y “marcianas” que gobernaban sus dos anteriores álbumes. 

Las nuevas canciones se antojan emocionantes, con un mayor protagonismo del violín de Sara Montán y una bajada de revoluciones con respecto al estilo de su cantante, más centrado en acompañar a los temas de la mejor forma posible, incluso ganando en matices vocales que quedan de maravilla. Su trabajo más completo hasta la fecha y por el cual el grupo podría abrirse nuevos caminos en su música. 

Contando los días hasta que llegue el mes de Noviembre

Francisco José Arcos Serrano.