Galileo Galilei, Madrid, viernes 16 de octubre de 2015
Por: Sandra Sánchez
"Duelo", el único tema instrumenal del nuevo disco de Txetxu Altube, Cuestión de intensidad, planeaba en Galileo Galilei de Madrid el pasado viernes para ir caldeando el ambiente entre el público que llenó la sala.
Salió el cantante al escenario, chaqueta oscura y guitarra en mano, para interpretar dos canciones bien conocidas, "Skyline" y "Juego sucio". Intenso y entregado desde el minuto uno, fue impregnando poco a poco el escenario de un ambiente musical fantástico que fue in crescendo a medida que se desgranaban las canciones y Altube se mostraba más relajado.
A partir del tercer tema fueron incorporándose músicos que hay que pararse a citar. El primero en hacer su aparición fue Nacho Mur, brillante en "Pies de barro", el tema que cierra el nuevo disco, íntimo y con una letra y una melodía muy románticas y claro aire sureño. "Llévame, guíame, ve delante. Mira el reloj, es hora de dar el salto. Cambios de luz, luciérnagas en los labios (...) Se hace tan difícil avanzar con pies de barro".
Junto a Mur fueron sumándose artistas, a destacar sin duda la banda Street Wings, con su rotundo y a la vez delicado sonido celta que se respiró en gran parte del concierto llegando a su clímax musical al final del mismo al interpretar "Rondarás por aquí", según comentó el mismo Txetxu la canción más importante del disco, y cuyos coros fueron seguidos por el público. A destacar, el buen hacer de Javier Celada tocando de fábula todo tipo de instrumentos de viento, gaita incluida.
Y fabuloso también el baterista, Karlos Arancegui, que pudo lucirse a tumba abierta principalmente en la parte central del concierto, en la que se brindaron los temas más rockeros, como "Para verte bailar". Un lujo absoluto oírle y verle tocar.
En algún momento llegaron a estar sobre las tablas de Galileo ocho músicos. A ellos se unió Jorge Marazu, amigo y colaborador de Altube, con el que ha escrito dos temas de este álbum ("Señales de stop" y "Recompensa"), para cantar juntos "Escandinavia", canción que da título al nuevo disco de Marazu, quien hace menos de un mes también ofreció un exitoso concierto de presentación en la misma sala.
La noche se iba moviendo de la música celta al rock de forma natural, sin estridencias y envolviendo al público, que se fusionó perfectamente en el ambiente. Txetxu se animó incluso a cantar a capella (no estaba previsto, pero salió perfecto) con y hasta sin micro y al final de los bises el público le despidió puesto en pie.
Había presentado todas las canciones del álbum "Cuestión de intensidad" (destacamos "Señales de stop", piano y voz, que resultó simplemente emocionante) más algunos de sus temas más conocidos, como "Horas contadas" o "Compás de espera". Dos horas exactas que volaron. Y tras el concierto no pude evitar pensar que nunca el título de un disco había reflejado tan fielmente lo que acabábamos de vivir en la sala.