Johnny B. Zero: "Birds"

Por: J.J. Caballero

El rock valenciano tiene aún militantes que transforman la nueva hornada en un grupo de alumnos aventajados de la clase de rock sesentero a cuyas lecciones añaden incipientes lecciones propias cada vez más interesantes. Johnny B. Zero vienen grabando buenos discos desde hace algunos años, y es una pena que el anterior a éste, el logrado "Crystal totems", no lograra una repercusión que sin duda merecía. Ahora vuelven al ruedo con espíritu melódico y buenos apuntes de pop tradicional en "Birds", una colección de canciones digna y aseadísima en la que incluso se atreven a incorporar apuntes electrónicos para demostrar que siguen pendientes a su manera de la vanguardia de la escena. 

Las raíces de la banda siguen intactas, y al respecto podríamos hablar del pulso que entablan con la mejor época de los Kinks en un tema como "Badlands" o de la vena sureña que recorre el esqueleto de "Honey brown". No se debe pensar en Johnny B Zero como un grupo unidireccional o escasamente abierto a nuevos vientos de procedencia a priori ajena, y para ello suena el saxo desbocado de "Mother" en uno de los mejores temas grabados hasta ahora por los levantinos. Escuchando la sucesión de canciones se puede llegar a la conclusión de que lo difícil en los tiempos que corren es mantener la coherencia sin que se noten tus ganas de salirte del guión, y eso es algo que parecen tener muy claro al grabar un disco de estas características. Sobre todo si lo cogemos por el lado de la psicodelia, a la que también se muestran receptivos en "Mess around", esta vez contando con unos grandes arreglos de cuerda que no por inesperados resultan menos apetecibles. Por cierto, que algunos amigos han echado un cable para que "Birds" viera la luz como el trabajo sólido y ambicioso que es, y ya que ha quedado citado, el violín de Marta Domingo –miembro de los cercanos Odd Cherry Pie- le sienta como un guante. 

 No se ha de pasar por alto la sensación de puertas abiertas, de acogedora libertad, que se respira por los cuatro costados de un trabajo sencillo pero trabajado al mínimo detalle de principio a fin. Desde la militancia clásica de base al jugueteo modernista con teclados y otro tipo de inspiraciones (en "Charles B" realzan otra buena canción), la jugada de Johnny B Zero, esta vez sí, no debería pasar inadvertida. Sobre todo por si significa el origen de otras que bien pudieran ser mucho más efectivas.