Entrevista: Ingresó Cadáver

"Mezclar lo histérico y lo zen, unir a Eros y a Tánatos, ha sido una constante en nuestra carrera musical"

Por: David Marsé

Como surgidos de esos lugares oscuros de los que nadie quiere saber de su existencia, esta, ya veterana, banda alicantina regresa tras siete años de silencio con un nuevo trabajo, "La enfermedad perfecta". Un espacio de tiempo que sin embargo no les ha alejado, más bien al contrario lo ha perfeccionado, de ese punk-rock siniestro, pero anclado en un fuerte valor melódico, con el que expresar desde diferentes vertientes historias y miradas que inciden en esa parte a veces fantasmagórica, a veces catastrofista pero siempre atinada a la hora de rebuscar en el alma humana. Hablamos con Ingresó Cadáver precisamente para conocer más y mejor  su atractiva y poco convencional aptitud..

Han pasado siete años desde vuestro anterior disco, un espacio de tiempo muy grande, ¿qué ha sucedido durante este largo intervalo en la banda? ¿Ha sido un tiempo conscientemente tomado o se ha alargado el lanzamiento por diversos motivos? 

Ingresó Cadáver: Bueno, pues aquí nos toca agarrarnos al mito de los siete años del perro, a aquello de que cada año humano equivale a siete años perrunos. En ese caso sólo existiría un año de diferencia entre “La enfermedad perfecta” y “El hombre comestible”, nuestro anterior trabajo. La verdad es que, bromas y excusas aparte, el proceso de elaboración y grabación del disco no ha sido el habitual. Por momentos, parecía que el disco se había quedado atrapado como los personajes de “El ángel exterminador” de Buñuel y era imposible que saliera a la luz, pero bueno, lo importante es el resultado final y que ahora podamos estar felices y orgullosos de presentar este nuevo trabajo. También hay que decir, no obstante, que a lo largo de todo este tiempo, hemos ido llevando a cabo otros proyectos artísticos paralelos: Cycle Rock, Doble Elefante, Banda Jachís, Chunga Fe, o tributos a bandas como The Cult y Jane’s Addiction, son algunos de ellos, que también nos han servido para hacer más corta y liviana la espera.

Y en un momento como el actual, en el que todo va muy deprisa y todo se olvida con facilidad, ¿os creaba miedo o algún tipo de complejo haber dejado tanto tiempo sin dar señales de vida, o no es algo que os preocupara?  

Ingresó Cadáver: La verdad es que dentro de la cultura de la velocidad y la inmediatez, en la que todo se mueve ahora, donde el precio del tiempo nos lleva a una sociedad acelerada e hiperactiva, preferimos practicar la “filosofía slow”, tomarnos las cosas con la mayor calma posible. Hay una frase que también forma parte de nuestra filosofía, que juega con el tiempo y que siempre nos gusta decir: “Lo difícil no es llegar y mantenerse. Lo difícil es mantenerse tanto tiempo sin llegar”.

Musicalmente es un disco que sigue reflejando vuestra esencia pero en el que destaca un sonido más acorde con vuestra personalidad, donde sin perder energía resulta más envolvente y oscuro, ¿habéis buscado trabajar ese aspecto?  

Ingresó Cadáver: Sí, desde luego. En ese aspecto la responsabilidad ha corrido a cargo de Juanjo Reig. Él ha sido el encargado de conseguir una producción de la que estamos muy satisfechos. Además, hemos tenido la suerte de poder contar con los medios técnicos de Estudio Silencio, precisamente los estudios de Juanjo en Madrid, de donde están saliendo excelentes producciones.

En ese estilo característico vuestro de un punk-rock decadente y gótico que manejáis, sin embargo también cuidáis mucho el aspecto melódico, dándole un papel muy importante, diría que esencial, en el resultado final para aportar algo de delicadeza a una propuesta cruda...  


Ingresó Cadáver: Es cierto que esa mezcla de crudeza y delicadeza, es algo que siempre nos ha acompañado en los textos y en las melodías. Mezclar lo histérico y lo zen, unir a Eros y a Tánatos, ha sido una constante en nuestra carrera musical, tanto a nivel instrumental como lírico. Pensamos por ello, que son canciones hechas a base de sentimientos antagónicos y universales que cualquiera puede ser capaz de sentir.

También en el disco se percibe un abanico de tonalidades muy amplia, desde ambientes románticos (“Las puertas de la percepción”) a otros mucho más rotundos (“El ataúd de Ikea”). Sois una banda que os gusta abrazar muchos matices..  

Ingresó Cadáver: Siempre hemos sido muy eclécticos y pensamos también que en la variedad está el gusto. La definición que en ocasiones se nos otorga de practicar una especie de caos rock, puede tener que ver con esa variedad de estilos y matices. Nos gusta autodenominarnos como un grupo de cuatro músicos flotando en la misma placenta. Realmente hemos nacido y crecido en la misma época y en el mismo lugar y la aportación de cada uno de los miembros del grupo enriquece lógicamente el conjunto. No hace mucho descubrimos que existe un insólito mamífero denominado equidna, parecido a un erizo, cuyo pene tiene cuatro cabezas juntas. Nos resultó también como muy identificativa esa imagen. Ingresó Cadáver bien podría ser comparable al pene de ese animal.

“La enfermedad perfecta” suena a oxímoron, y más si atendemos a la canción que toma su nombre..¿Hay enfermedades que pueden llegar a ser beneficiosas?  

Ingresó Cadáver: De haberse denominado el álbum “El amor perfecto”, sí que habría sido un oxímoron en toda regla. Enfermedades beneficiosas, curiosamente, sí las hay, estando además científicamente demostradas. Si investigas un poco en ese aspecto, puedes encontrar muchos artículos relacionados con el tema. La gota por ejemplo previene del Alzheimer. Las hay también que te pueden quitar el miedo, prevenir de la malaria o el ébola o hacer que tu memoria se conserve intacta. Padeciendo una determinada enfermedad, no se padecen otras.”La enfermedad perfecta”, no obstante puede tener varias lecturas e interpretaciones. La peor de todas es la que hace referencia a cuando el dolor se convierte en negocio. En nuestro caso, la música es esa enfermedad perfecta, que ha pasado a ser crónica y que nos hace inmunes a otras.

Hay una temática que se me hace recurrente en varios de los temas del disco y es la de señalar la influencia de las marcas, de la publicidad, ¿es uno de vuestros objetivos esa conversión en objeto de consumo que se hace de nuestras vidas? 

Ingresó Cadáver: Es cierto que se trata de un tema recurrente, que suele aparecer en buen número de nuestras canciones. La influencia de las marcas y la publicidad, el culto al cuerpo y a la estética...Viajes al Centro Comercial del Universo, ataúdes de IKEA, una muñeca a la que le sobran cinco kilos para ser feliz, los perfumes de Coco Chanel y Carolina Herrera o que un ángel anunciador se presente a través de la pantalla de un televisor, son cosas que te puedes encontrar si prestas atención a “La enfermedad perfecta”. Desde siempre hemos pretendido ayudar a que el público que nos escucha o acude a vernos en directo, esté libre de complejos físicos y psicológicos, que sea feliz, que se quiera y no ansíe parecerse a los modelos predominantes.

A pesar de que vuestras letras tienen ese calado existencialista y crítico creo que un elemento importante en ellas es el de cierto uso de la ironía, ¿lo sentís así vosotros?  

Ingresó Cadáver: Sin duda. La ironía, el doble sentido, los juegos de palabras son un elemento que aplicamos no sólo a nuestras letras, sino también a lo cotidiano. El problema de todo esto proviene cuando la gente piensa que todo lo que dices lo dices de forma irónica. Hay veces, que lo único que pretendes es hacer poesía.

En “Punkis de verdad” utilizáis algunas de las frases más relevantes de dicho movimiento, ¿ya el punk solo ha quedado para repetir slogans o son un juego de palabras que utilizáis en la canción?  

Ingresó Cadáver: La canción, en parte, es un homenaje a alguna de las primeras bandas del movimiento punk que marcaron nuestra juventud y a aquellos viejos slogans que escribíamos en las paredes o en los pupitres de la escuela, junto a los nombres de nuestros amores platónicos. En el fondo, siempre hemos tenido algo de punkis con piel de cordero, sobre todo a nivel musical. La filosofía del movimiento puede ser atractiva, pero es demasiado utópica y difícil de cumplir. Lo del cadáver bonito, además, nos es imposible ya a estas alturas. Creemos que hoy apenas queda nada de esa contracultura, de ese desprecio hacia las modas y la sociedad de masas. Hoy perfectamente te puedes encontrar a aquellos outsiders vestidos de Armani o imaginarlos convertidos en ejecutivos, compartiendo un kalimotxo de Vega Sicilia.

Fue hace mucho tiempo ya pero formasteis parte de la BSO de la una exitosa película como “Tesis”, visto desde el momento actual, ¿qué creéis que supuso ese hecho? ¿os ayudó? ¿no fue más que una anécdota? 

Ingresó Cadáver: Lo de “Tesis” lo vivimos y lo recordamos con muchísimo cariño. Es algo que siempre formará parte de nuestra biografía. No se nos puede olvidar el momento en el que Fele Martínez, quien ya por entonces era seguidor de la banda, se nos presentó con el guión en la mano de una película de un tal Alejandro Amenábar, para la que había sido escogido como actor. Nos comentó que había un par de escenas en las que participaba, en las cuales tenía la libertad de escoger la música y ahí acabó incluyendo “máquinas en celo” y “terrorismo sentimental”. Asistir al preestreno de la película y vivir la emoción de aquella gala, en la que los premios Goya se iban sucediendo uno detrás de otro se nos ha quedado dentro para siempre. Aunque no tuviera mayor relevancia, hay gente que sí que nos ha conocido gracias a eso..

¿Tenéis la sensación, y dado que tenéis una personalidad y unas características muy identificativas, que vuestra propuesta se reduce a un público concreto o creéis que tiene un alcance de un mayor rango de público?  

Ingresó Cadáver: La sensación, dadas las reacciones que nos llegan, es que con este disco podemos abarcar un mayor rango de público, como dices. Ciertamente, partiendo desde el mismo nombre, Ingresó Cadáver nunca ha sido un grupo predestinado a formar parte de la música popular. Podemos decir, haciendo analogías, que somos como un Bitter Kas. Una bebida que resulta extraño y casi exótico ver pedir en un bar, pero que tiene un sabor muy peculiar, que mantiene su fórmula secreta y que contiene un toque amargo, como prácticamente todas nuestras canciones. No se trata de un producto de excesivo consumo, pero tiene sus adeptos y ahí sigue.

Desde que empezasteis, hace ya 25 años, ha cambiado mucho el mundo de la música, siendo ahora muy importante la visibilización en redes sociales y la necesidad de buscar feedback directo con el oyente, ¿como lleváis esa adaptación a las nuevas formas? 

Ingresó Cadáver: En ocasiones nos cuesta trabajo. Hay que reconocer que somos una banda proveniente del siglo XX y que hace tan sólo 25 o 30 años era impensable lo que estamos viviendo. Ha sido toda una revolución y evidentemente, nos hemos tenido que adaptar en la medida de lo posible. En este aspecto, tenemos que resaltar el trabajo realizado por Band & Tour, nuestra agencia de Booking y Management y el de una agencia de comunicación de la talla de Red Shoes, que están desarrollando un papel muy importante a la hora de promovernos y darnos visibilidad. El listado de apoyos y colaboraciones, no obstante, es enorme y quedará reflejado en la edición física del disco dentro del apartado de agradecimientos. Agradecimientos que extendemos también a El Giradiscos, por supuesto, por vuestro interés y por cedernos este espacio.