Bety-Lucinda Madrid

Fin de semana elegido para la celebración del 2º Festival Bety-Lucinda, organizado por el sello Lucinda en el coqueto local "La pequeña Betty", uno de esos garitos con encanto del centro de Madrid, buena cocina, magnifica decoración y una condición que pocos lugares reúnen en nuestra capital y es que allí siempre se programa el mejor rock.

Empezaron SWEET OBLIVION, los de Getxo vinieron como dúo en formato acústico, Alfonso Arana (Cujo, Cancer Moon) un histórico del indie hispano y Ce desgranaron canciones de sus dos Lps “Wasted Lovesongs” y “Black sheep Serenade”. No faltaron a la cita canciones como "Dilexic Heart", "Black sheep Serenade", "Dead Time" o la preciosa "Walk you Home" con la que terminaron su actuación.

Tras ellos llego el momento de los madrileños ORLEANS. Jugaban en casa, con su rock sincopado y nueva olero elevaron la temperatura de la sala, letras en castellano que hablan de noche, chicas y alcohol. Interpretaron casi todo su primer álbum "Ciudad / Tonight" y se atrevieron con temas nuevos, una estupenda "El peligro de ser yo", terminaron con "Malasaña Tonight" dedicada al cercano barrio madrileño. A destacar la labor de su bajista Ernesto Vena, quién puso la emoción en su forma de tocar el bajo y en su buen hacer a los coros.

Por último el plato fuerte de la noche. Una vez más en Madrid, el gran IÑIGO COPPEL secundado por su habitual banda de acompañamiento y en esta ocasión con la colaboración de nuevo del increíble Ignacio Garbayo guitarra y vocalista de Zodiacs. Empezaron con el "Rock and roll Mama" de los Burning, en lo que sería una autentica declaración de intenciones. Sobre las tablas pudimos presenciar puro rock and roll clásico “hecho con el espiritu de los 50” como le gusta afirmar al propio Iñigo.

El repertorio del concierto fue una variedad de canciones de su primer trabajo en solitario “Perdón por Existir” aderezadas con nuevas canciones que saldrán a la luz después del verano en lo que será el segundo larga duración del vizcaino. Entre las novedades destacar canciones como "Madrid", "Nostradamus no me Jodas", o una tabernera "Stalingrado", momento que aprovecharon para brindar con unos chupitos con el publico asistente.

El éxtasis llegó con una apoteósica "Fuera de mi" composición del propio Iñigo cuando militaba en los Zodiacs, en ese momento no dudo en bajarse del escenario y dar un paseo entre el publico mientras hacia sonar su guitarra en un duelo con Ignacio que maravilló a los presentes.

De esta manera se cerró la segunda cita anual de artistas del sello Lucinda. En una última noche en la que no podemos pasar por alto el éxito total de un artista que dará mucho que hablar en los próximos meses. El gran Iñigo Coppel


Por Jorge Bravo y Javi.
Fotos Jorge Bravo.