Fin de gira Amaral

Circo Price 24/10/2009 Madrid
Gran trasiego de coches en la madrileña Ronda de Atocha. Los aledaños del Teatro Circo Price son un hervidero de gente. Personas de diferente edad y condición se agolpan apresuradamente a las puertas del recinto. Algo se está cociendo en el interior… más bien, algo lleva cociéndose las últimas cuatro noches en el interior. Sin embargo hoy no es un día más. Hoy es un día especial.

Hoy ha llegado el gran día.. Nunca mejor dicho el sábado 24 es el día D. Es el día de la despedida, del “Hasta pronto”. Al menos en el caso de Amaral y de nuestra ciudad. Tranquilos no se van para siempre, simplemente se van a otros lugares, a explorar otros terrenos, otros sonidos, se van para descansar, pero han prometido volver. Nosotros les hemos tomado la palabra. Sin embargo, y a pesar de la promesa. Hoy no puede ser un día más. Todos los que hemos llegado hasta aquí lo sabemos.

Accedemos al recinto, amenizan la espera las canciones de Hendrix, Stones, Who, etc, hasta que de manera repentina, apagaron las luces del circo Price, comenzaron a sonar las primeras notas del All tomorrow’s parties de los míticos y malditos Velvet Uderground, el volumen se alzó de manera notable, para que el ritmo obsesivo de Moe Tucker y la voz de Nico llenaran el recinto, tenues luces amarillas colorearon el circo hasta que a mitad de canción para locura de los congregados irrumpieron en el escenario Juan, Eva y compañía.

Continua sonando el tema de los neoyorkinos, mientras, todos toman posiciones y bajo la tenue luz amarillenta deslumbran los flashes de los allí presenten tomando instantáneas de la banda, los Amarales miran desde el escenario al público. Silencio. Comienzan con Concorde. Un tema que no es habitual que abra las actuaciones de los zaragozanos, pero esa noche no era una noche cualquiera. Era el final de gira, el punto y final a cinco noches consecutivas en el Price (Madrid) y el punto y final de Gato negro. Dragón rojo, al menos en lo que a nuestro país se refiere.

A continuación de Concorde sonó de manera consecutiva Kamikaze, Tarde de domingo rara, El universo sobre mí y Toda la noche en la calle, tras la cual, dieron las buenas noches a los presentes, y Eva avisó, “Espero que vengáis con fuerza porque no nos vamos a dejar nada en el tintero”. Después de ver la parte baja del Price saltar y cantar con la sucesión de temas que hasta el momento habían tocado, claro quedaba que el público madrileño se había presentado con ganas de pasarlo bien, entrega absoluta por parte de los más de 2000 gatos que abarrotaban el Price. Después Eva presento la que iba a ser la siguiere canción de la noche. Deprisa. Con la que dieron paso a un breve repaso a canciones como Perdóname, La barrera del sonido o Las puertas del infierno.

Este último tema dio paso, sin pausa, a una brillante revisión de uno de los temas de su primer álbum No se qué hacer con mi vida, en uno de los momentos estelares de la noche, cuando Eva, se colocó al borde del escenario, entre “shhhh” mandó callar al público y a los músicos para hacer enloquecer a la parroquia con la grandeza de su voz pasando del más delicado susurro a la exhibición de más majestuosa, ante el emocionado silencio de asistentes y los músicos. Tras este gran momento llegó el turno de Resurrección, con la que volvieron a hacer saltar y cantar a todos los allí presentes.

Tras ella una pausa para agradecer al publico su entrega, y de paso hacer una mirada al pasado, Eva dijo “quíen me iba a decir hace unos años que tocaría esta canción en Madrid”. Con esta alusión la zaragozana quería hacer su particular homenaje a Días de Vino y Rosas, banda con la que Juan Aguirre comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la música. Tras esta presentación, cómo no, fue el turno de Biarritz.

Acto seguido todos excepto Juan abandonaron el escenario para que este, de manera acústica, tocara también una vieja canción de Amaral, Tardes. Sin duda la sorpresa de la noche, mientras Juan tocaba su guitarra y cantaba la canción de manera repentina empezamos a escuchar a Eva que sin que nadie lo esperara, apareció en una de las gradas del circo cantando a dúo con Juan. El momento de más belleza de la noche, Eva cantaba desde la grada a escasos metros del escenario y Juan tocaba la guitarra, Tardes supuso el momento más hermoso, la interpretación a dúo, distanciados pero sin dejar de mirarse los dos. Alerta y Siento que te extraño continuaron con el concierto, en esta última, Eva hizo un inciso para presentar el tema y explicar que hacía mucho tiempo que no la tocaban, que era una canción que le dolía cantar. Brillante, momentos mágicos, momentos preciosos. Quizás una de esas joyas ocultas que posee la discografía de Amaral.

Pero la emoción no termina ahí, ya con la banda de vuelta al escenario, quedaban dos temas para recuerdo de Antonio Vega, Como hablar, tema que en su día compartieron con el desaparecido compositor y una versión de los míticos Nacha Pop, Atrás. Fue curioso observar las caras de la gente. Casi todos los asistentes permanecían estáticos y apenas unos pocos nos lanzábamos a corear este auténtico hit. Qué lástima que las nuevas generaciones se estén perdiendo la grandeza de algunas bandas de nuestro pasado más reciente. Malditas radiofórmulas…

Retomando su repertorio habitual, llegó la hora de Estrella de mar, con una introducción simplemente espectacular, donde se hace evidente una deuda con The Cure y el sonido de canciones como A Forest, tras ella Marta, Sebas, Guille y los demás y el Blues de la Generación perdida. Tras este tema Eva abandonó el escenario y Juan tomó la posición central del mismo para dar paso a Es solo una canción en la que a mitad del tema mando un mensajito a una ministra presente en el Circo. Lo cierto es que con el bullicio y la emoción del momento no pudimos escuchar de quién se trataba, lo cierto es que eso no es lo importante. Juan le pidió que cuidara las salas de conciertos que están pasando muy malos momentos y la cultura hay que cuidarla. Días de verano y En sólo un segundo dieron paso a los bises.

Mientras esperábamos la vuelta de la banda veíamos que se estaba preparando en el escenario, algo fuera de lo normal. Un cojín en el suelo, y un micro a medio metro de altura. Al aparecer en escena, Eva dijo, bueno yo al llegar a mi casa me descalzo, tras quitarse los zapatos y sentarse en el cojín. Muchos de los allí presentas esperaron el segundo acto de la vuelta a casa. Si señores, más de unos esperaba que Eva se lanzará a quitarse el vestido, pero esta, extendió un pañuelo con el que tapo sus piernas, para evitar un descuido y que se pudiera ver más de lo debido. Tras esto uno de los técnicos que acompañan a la banda apareció de uno de los laterales con un sitar que entregó a Eva. La cantante explicó al público que aunque no tiene una técnica demasiado ortodoxa de tocar el instrumento iba a cometer el pecado de hacerlo. Pero nada más lejos, la interpretación de Carne y hueso acompañada con el sitar sonó de manera sublime, ello supuso otro de los momentos mágicos de la noche, Eva sentada en el centro del escenario haciendo sonar de maravilla el instrumento hindú mientras cantaba. La gente de la sala alucinó literalmente.

El tiempo se estaba convirtiendo en nuestro enemigo y el final de fiesta se acercaba a pasos agigantados. Para la despedida eligieron tres temas. El primero de ellos enérgico, se trataba de Revolución. Con un circo Price, entregado y una Eva, simplemente exultante mientras gritaba aquello de “Este es el día de la Revolución”. Tras ella una novedad. Aprovecharon este último concierto para presentar una canción que en su día se quedó fuera de Gato Negro, Dragón Rojo por no estar acabada. Su titulo, Madrid, una declaración de intenciones de los chicos de Amaral, cuya letra es un paseo por algunos de los rincones emblemáticos de la capital. Para cerrar el show, como viene siendo habitual en esta gira, una emocionante versión de Sin ti no soy nada.

Tras ella una cerrada ovación por parte del público asistente. Eva, en un alarde de humildad dijo, “Nos vais a dejar que nos hagamos una foto con vosotros” y así fue. Todos los chicos de Amaral, incluidos técnicos y demás colaboradores se agacharon para fotografiarse con el Price a su espalda. Después entrega de obsequios en forma de ramos de flores y de una banda para Eva. Suponemos que la declararía Miss Rock and Roll. A la salida caras de satisfacción por parte de todos los asistentes, no es para menos el espectáculo había sido grandioso.

Texto: Javi & Vanvan
Fotos J.B. Gurú