Un día con Ilegales

Discos de diamante, cajas especiales y “Alternativas en Concierto”
El pasado Jueves nos embarcamos en una de esas aventuras que tanto gustan a los redactores de “El Giradiscos”. Una mañana de frío, lluvia y nieve, marcó el comienzo de lo que sería nuestra particular jornada “Ilegal”.

A las doce de la mañana estábamos citados a las puertas de la Sala “El Sol”. El motivo no era otro que asistir a la entrega del disco de diamante a Jorge Martínez, mítico cantante y guitarrista de Ilegales, por la venta de más de un millón de copias a lo largo de toda su carrera.

Gran cantidad de medios se agolparon en el interior de la céntrica sala, lo cierto es que no era para menos. La temperatura exterior no invitaba a permanecer en la calle y por otro lado, en un país en que el rock vive en permanente estado de crisis, hay días señalados en el calendario y este era uno de ellos. No todos los días se nos invita a poder celebrar la trayectoria de una banda como Ilegales, los cuales llevan la friolera de treinta años al servicio del rock en castellano. Quizás por ello en el interior del local de la calle Jardines, no faltaban caras conocidas como las de D. Manrique, Jesús Ordovas y el que sería el conductor del evento, el Gran Wyoming.

La mañana del pasado Jueves tenía un protagonista claro, sobre él reposaban todas las miradas. El personaje en cuestión no es otro que Jorge Martínez, un tipo que a simple golpe de vista no pasa inadvertido. Grande como él solo, cabeza totalmente afeitada, polo Fred Perry gris, tres décadas al frente de Ilegales, casi 130 canciones a su espalda y sobre todo, una personalidad arrolladora que no deja indiferente a nadie, casi nada.

Tuvimos la oportunidad de charlar con él y felicitarle por su trayectoria, a la par que comentábamos que por fin se hacía justicia con su carrera. Inquieto mientras clavaba su mirada en nosotros francamente, soltaba verdades como puños “A nosotros no nos daban premios porque no éramos comerciales” “¿Qué voy a hacer después de tocar? Pegarme una fiesta enorme”. Tras nuestro breve cara a cara, dio comienzo el acto.

El Gran Wyoming subió al escenario e improvisó unas palabras sobre Ilegales antes de hacerles entrega del disco de diamante. Aprovecharon la ocasión para presentar en público una completa caja, editada por Popup, en la que se recogen todos y cada uno de sus trabajos. Una recopilación, que según reconoció el propio Jorge todavía no conocía, “Yo aún no la he visto”, fueron sus palabras exactas. Peculiar este asturiano, sin duda.

Tras ello, dio comienzo un breve concierto en el que Ilegales interpretaron algunos de sus clásicos, en lo que a priori sería un anticipo del show de esa misma noche. No faltaron clásicos de su repertorio como “Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes”, “Soy un Macarra, Soy un Hortera”, para la que contaron con la colaboración a la guitarra y voces de El Gran Wyoming y “Yo Soy Quién Espía los Juegos de los Niños”, entre otras. Con estas canciones pusieron de manifiesto que Ilegales goza de una estupenda salud. Su potencia en directo es extraordinaria. Un pequeño aperitivo que puso de manifiesto que con solo bajo, batería y guitarra, se puede seguir sonando de miedo. Tras este breve adelanto quién más, quién menos esperábamos con impaciencia el concierto de la noche.

Nos marchamos del Sol con la sana intención de volver pasadas unas horas…esta vez al concierto propiamente dicho, enmarcado en las Jornadas de “Alternativas en Concierto” que se organizan en diversas salas de la capital.

La escena nocturna era distinta a la vespertina. Una gran cola sorprendía nuestra llegada. La expectación era máxima. Al instante surgió la primera sorpresa, “Ilegales” serían los encargados de abrir la cita, por lo que algunos de sus fans accedieron al recinto una vez comenzado el concierto.

Después de bajar las escaleras a toda velocidad, nos encontrábamos otra vez en escena al trío, con Jorge desempeñando su papel de “frontman” a la perfección. Repitieron algunos temas de los ya citados anteriormente y en esta ocasión los intercalaron con otros trallazos como “Hola Mamoncete”, “El Norte Esta Lleno de Frío” o “Enamorados de Varsovia”.

El directo tan sólo duro cuarenta y cinco minutos, para decepción general del público asistente, en su inmensa mayoría congregados allí para ver a Ilegales. Se despidieron con “Destruye”, otro clásico de su discografía, no sin que antes Jorge nos dejara claro que daban “La alternativa como los grandes toreros a San Miguel, no os lo perdáis, porque allá donde va, triunfa”. Se despidieron con una gran ovación por parte de su público. Muchos de los cuales se preguntaban a la salida el motivo de la corta duración del show. Lo cierto es que después de la actuación pudimos volver a charlar con Jorge para preguntarle en primera persona el motivo de tan corta actuación. Nos confesó, que él sólo iba a interpretar “Tres canciones, pero una vez arriba a mí no me echan tan fácilmente”.

Tras Ilegales, llegó el turno de San Miguel y el Ejercito del Amor. He de confesar que algo había oído de ellos. Saltaron al escenario para divertir y divertirse, lo consiguieron sólo a medias. Gran parte del público fue saliendo a medida que avanzaba su concierto en una procesión sin fin, dejando claro que la mayoría de gente había venido a ver a Ilegales.

Sinceramente, su propuesta es una más de esas que se basan en el “buenrrollismo”. Tiendo a desconfiar de estas propuestas. No me agradan, no me llenan. Destilaban un sonido que por momentos nos recordó a Delincuentes, Melendi y ciertos toques de Manu Chao. Una amalgama que no convenció a los enviados de esta redacción.

De esta manera acababa nuestro día “Ilegal”. Una de esas jornadas que permanecerán en nuestra memoria. No todos los días nos invitan a la entrega de un disco de diamante a uno de los grandes grupos de nuestro país, por eso en días como estos te sientes un privilegiado. Larga vida a Ilegales y larga vida al Rock and Roll.

Texto: Javier González
Fotos: Jorge Bravo Crespo “El Gurú”