Entrevista Jordi Skywalker

“Nunca me pude imaginar volver a la música con un disco así”
De sorprendente puede calificarse el debut de Jordi Skywalker después de su huida hace doce años de Buenas Noches Rose. No este álbum, no tiene nada que ver con aquello, sólo tiene en común con el grupo madrileño la voz del protagonista. "Corazón de Padre Atómico" es un disco en su casi totalidad acústico que ha sido producido por su ex-compañero de banda Rubén Pozo, ahora estrella gracias a Pereza y que aquí firma bajo el pseudónimo de Rick Ruben.

El disco empieza fuerte con el rock campestre de "Burriquita", las historias cotidianas se reflejan en "Héroe de mi Casa", ahora Jordi se ha hecho mayor y es padre de tres retoños. "Babylon" y "Amor Cósmico", revindican el espíritu hippie que recorre todo el disco. "Muerte Súbita" por su parte fue grabada tras su salida del grupo y es un alegato al destino que quiere correr cuando pase a mejor vida, sin dudas una de las grandes joyas del disco. "Simple" y "Circulo", también son grandes temas en la línea y temática de todo lo que se esconde dentro de la carta de presentación que ha hecho Skywalker. Quizás por poner algún pero, lo más flojo del disco sean las canciones en francés –Jordi ha pasado parte de los últimos años viviendo allí y su compañera sentimental es de el país vecino, por lo que algo se pega- pero ni por esas podemos hablar mal de este trabajo.

Había ganas de que Jordi volviera a la actividad y desde aquí le recibimos con los brazos abiertos. No contentos con escuchar su nuevo trabajo, decidimos acordar con él una cita en Madrid para que nos hablara de su nuevo proyecto.

Concertamos la cita con él en un caro restaurante de la plaza de Oriente. Era curioso el contraste de ver a nuestro entrevistado en un entorno así. Tras unos cordiales saludos con Pablo Camuñas, nuestro enlace, podemos estrechar la mano al señor Jordi Skywalker. Cuando era casi un adolescente, dinamitó la escena de mitad de los 90 en España, como “frontman” y cantante de Buenas Noches Rose. Grupo de culto del Madrid de la época, conocieron esa extraña fama que surge en pocas ocasiones dentro del “underground”. Rozaron el éxito y cuando estaban a punto de alcanzarlo, poco después de grabar su segundo disco, Jordi abandonó la banda para cambiar por completo de vida.

Jordi es un tipo afable, cercano, que mira a los ojos con ojos de niño travieso. Transmite mucha paz interior, cree en lo que hace y contagia su entusiasmo, ese que ha plasmado en su primer disco en solitario. Disfrutamos de una amena charla con él que ahora hacemos vuestra.

Pues vamos a empezar por el principio si te parece Jordi. Por el momento en que te plantas y dices “esto se para y se acabó la historia de Buenas Noches Rose”. Explícanos un poco los motivos por los que abandonas el grupo
El detonante principal es que empecé a ver una lucecita y unas ganas de revivir una vida mejor, por decirlo de alguna manera. Esa lucecita me hizo darme cuenta de muchos males, muchas angustias que estaba viviendo en aquel momento. Había más factores, desde que el show-bussines era una puta porquería, al hecho de entrar en una multinacional, lo que lleva a la profesionalización del concepto del rock. Todo eso se estaba cargando lo que en realidad éramos o por lo menos, la esencia. Esa esencia la vuelvo ha encontrar ahora y de la manera que lo estoy haciendo. Creo que estoy realmente libre y a gusto. Luego también estaba medio abrumado. Estaba en la oscuridad y no veía salida ninguna, estaba muy enganchado. No enganchado en si a una sustancia determinada, sino muy enganchado a muchas cosas personales. A mis gilipolleces y no podía romperlas si no era realmente cortándolas y desafortunadamente había que romperlas. La única forma era romper ciertos nudos y entre ellos estaba el dejar el grupo.

¿Cómo se desencadenaron los acontecimientos de la ruptura de Buenas Noches Rose?
Yo recuerdo que en ese periodo unos seis meses antes de que ocurriera yo ya no estaba bien. Lo iba soltando en las reuniones con el grupo. Era como si estuviese diciendo es que me apetece un “break” o un descanso, antes de realmente estuviese pasando nada entre comillas. Llevaban ya muchos años pasando cosas y realmente entramos en el periodo en el que pasan cosas de “verdad”. Te empiezan a reconocen los medios, la gente, empezamos a dar bolos muy importantes o a grabar un disco con un gran productor, cambiamos de manager y entramos en una especie de mal sueño, donde te aparecen los personajes y tú dices, si a este pavo no lo conozco, a ese tampoco (Risas). Veníamos de un mundo donde estábamos trabajando con gente de nuestra confianza. Luego dentro del grupo con tus compañeros empieza a haber roces, diferentes puntos de vista, cosas que dicen en una entrevista que a uno no le parecen bien, al otro si y a nivel de concepto musical. Llega un momento en que dices “¿merece la pena seguir?”, pienso que depende de lo que cada uno busque.

¿Eres consciente de que tu historia, la de Jordi Skywalker, es una de las más paradigmáticas dentro del panorama underground de nuestro país?
Sí, si lo ves desde un punto de vista más exterior, alguien puede pensar “porque cojones este pavo lo deja en este momento que han pegado un pelotazo y que eran un grupo que sonaba muy bien”. Pero eso pasa en la vida, a mí me paso con Buenas Noches Rose y ha quedado un poco anecdótico, como un personaje publico que desaparece y…pero bueno eso ha permitido también que ocurriesen cosas que yo soñaba. Con Buenas Noches Rose yo veía que teníamos un origen underground y que tenía que continuar siendo así.

Hemos insistido mucho en el tema Buenas Noches Roses por una cuestión. Personalmente creemos que ese momento es el que marca el nacimiento de este disco. Creo que en “Corazón de Padre Atómico” se refleja muy bien esa necesidad de encontrarte contigo mismo, de encontrar la felicidad. Esos doce años son determinantes. Te has estado dedicando a ir de un lado para otro, a encontraste contigo mismo y siendo feliz con tu familia, tu pareja, teniendo críos. ¿Nos gustaría conocer el proceso hasta llegar aquí?
Lo que dices es muy interesante. Si yo no hubiese tenido esa trayectoria o no hubiese ido por ese camino, quizás no hubiese sacado un disco hoy en día. Estaría dedicándome al campo y a mis cosas, a lo mejor por azares tocaría un poco la guitarra o escribiría o pintaría. Buenas Noches Rose fue mí escuela, pero en un momento dado de mí vida me dije “Tío, tu camino esta ahí”. Me refiero al proceso de crear, no a sacar un disco. De la manera en que lo he hecho me siento muy bien. A Buenas Noches Rose le agradezco todo lo que he pasado en mi juventud, siendo un fan del Rock and Roll y de lo que es la música rock y popular. Eso me ha aportado tanto de chaval, que haber pasado por ahí y ahora mismo verme en la posición que yo estoy. Buenas Noches Rose es como mi familia, son mis amigos de juventud y es lo que ha hecho que hoy en día este sacando un disco.

Y durante este tiempo en estos doce años de silencio, ¿como iban surgiendo las canciones? Da la impresión de que hay temas que son mucho más antiguos que otros. Algunas nos aventuraríamos a decir que son de la época inmediatamente posterior a dejar Buenas Noches Rose.
Sí, nada mas dejar el grupo hice algunas. El resto las he ido haciendo según me venían. Había periodos. Yo en Buenas Noches Rose empecé cómo “frontman”, pero luego en mi casa con Rubén hacía mis cosas paralelas, hacíamos unas paranoias intragables, pero guapas. Rubén una vez incluso me decía "no se puede hacer música así, tío" porque yo era muy flipado de grupos como Fugazi. Bandas que hacían música en un garaje. Ese lado mío en Buenas Noches Rose no lo podía desarrollar, lo desarrollaba con Rubén en casa.

Durante aquella época apenas tocabas la guitarra.
Bueno rasgaba la acústica de vez en cuando en "Hermana”.Aunque hoy en día tampoco toco muy bien. Se podría decir que me defiendo.

Bueno, en determinadas ocasiones lo importante es el sentimiento. ¿No crees?
Me desenvuelvo bien y tengo ritmo (risas). Lo que quiero decir es que ese lado ya existía. Al tomar una vía más personal al margen del grupo, me encontré mas conmigo mismo, empecé a componer y a expresar las cosas que siento. Quizás llegó un momento que no me identificaba al 100% con lo que hacíamos y luchaba por defender las cosas que hacia en directo a niveles estratosféricos. Intentaba que aquello fuese la espectacular.

Nosotros recordamos cosas alucinantes de tu etapa con Buenas Noches Rose. Recuerdo momentos en que te lanzabas al publico, te llevaban hasta el final de la sala y te devolvían al escenario
Sí, sí. Hacíamos cosas de esas habitualmente.

Había momentos apoteósicos. Cuando te tirabas la cerveza por encima. En aquella época yo flipaba. No había nadie que hiciera lo que tú hacías.
Claro era muy guay. La verdad es que era la “caña” y a nosotros nos parecía que éramos un grupo cojonudo. Yo me creía el cantante más grande del planeta tierra pero bueno los años te enseñan. Para mí lo que hago hoy en día creo que es de puta madre y a mi me vale. También el concepto personal ha cambiado y te ves a ti mismo de otra manera. Te ves tranquilo, sin ambición, sin histrionismo y disfrutas ¡joder!

Yo creo que esto que comentas se refleja mucho en el disco. Habla de los sentimientos de una persona y su percepción del mundo. Hay pocos discos tan sinceros como este, luego gustará o no gustará, pero la sinceridad está ahí.
Sí claro, eso ya da igual, eso es el mundo el que lo juzga. Es como si alguien viene y dice “hay gente que piensa que Jordi es de puta madre”. Mucha gente piensa que Jordi es gilipollas, pero da igual. Jordi o cualquier persona tienen su camino. El mío es este.

Jordi, en qué momento te ronda la cabeza la idea de grabar las canciones en una maqueta.
Lo cierto es que tengo mucha relación con Mario Torralba, él está muy metido en la música y en el tema del sonido. Siempre tenía la intención de que grabáramos algo. Me decía "Joder, me encantaría grabarte estos temas tío". Un día ordenador en mano, con una tarjeta y dos micros, en Aragón nos lanzamos. Tardamos tres días en grabarlo allá por 2009.

¿Qué ocurre con esa maqueta? ¿Se envía a compañías por si interesa o simplemente se la pasas a tus amigos?
Yo grabé esa maqueta y se la mandé a mis amigos. Dentro de mis amigos está Rubén. De vez en cuando me he visto con él. Ha habido periodos de tres y cuatro años sin vernos. Entonces un día Rubén me llamó en plan colega, y me dijo "tío me encanta, las canciones en francés son la polla, me encanta como cantas". Pablo Pinilla consiguió mí teléfono a través de Rubén, porque iba a sacar un libro de 30 años de su carrera y quería un recuerdo, él me dijo "joder tío que hay de tu vida, cuantos años sin saber de ti". Le dije que había grabado una maqueta me dijo "mándamela porque estoy montando un sello nuevo". Se la mandé y me llamó a las tres semanas para decirme que le encantaría editarla con su sello. Yo le dije que genial. La maqueta quedó muy...la grabamos dentro del carromato donde yo he vivido. La historia es que la gente flipo con el sonido era un sonido calido, un sonido que molaba, no había que perder esa esencia.
De hecho dije, “si grabo un disco lo grabo en el carromato”. (Risas)

El culpable de que hayas vuelto a grabar ha sido Pablo Pinilla.
Pablo Pinilla ha sido el mecenas. Él ha puesto los tres mil “pavos” que hacían falta para tirarnos un mes grabando. Del carromato nos pasamos a una casa de madera, una vieja bascula de carros y camiones, ahí es donde finalmente lo grabamos. Nos molaban como quedaban los ruidos de fondo.

¿Qué ha aportado a los mandos de la producción Rubén?
Rubén estaba allí desbocado y al mismo tiempo súper concentrado haciendo su tarea de productor. A nivel musical lo ha enriquecido enormemente. Yo con la persona que más a gusto me he sentido tocando ha sido con Rubén. Siempre me he entendido muy bien. Tenemos los mismos gustos musicales y además toca cómo Dios.

Podríamos decir que entre unas cosas y otras has encontrado el perfecto equipo de trabajo.
Todo fue casual. Le dije estoy haciendo un disco y Rubén me dijo “yo te ayudo”. A Pablo le gusto mucho la idea, pero no pone Rubén de Pereza en ningún sitio, ni queríamos hacer un reclamo de ello. Luego está Pablo que ya me conocía a mí. Él ha hecho producciones muy comerciales que no se adaptan a mí. Él fue el productor del primer disco de Buenas Noches Rose. Yo no creo que nadie me hubiera grabado un disco si no me conoce. Él me dio confianza para que hiciera lo que me diera la gana.

Independientemente del barniz comercial que puedan aportar los nombres de Rubén y de Pablo, evidentemente este no es un disco de “40 principales”, no es un disco de melodías sencillas, no es un trabajo de estribillos fáciles. Volvemos a lo que decíamos antes, es un disco sincero y autentico. Nosotros creemos que con eso es más que suficiente.
Nunca me pude imaginar volver a la música con un disco así. Estoy muy orgulloso. Este sonido me encanta. Me dicen, “¿Cual es tu canción favorita?” y yo digo, “no tengo canción favorita”. Me gusta en un momento dado la una y en otro la otra. Todo el equipo nos sentimos que estábamos haciendo algo arriesgado. Sacando sonidos que Mario decía “esto nos pilla en los setenta y nos hacen un monumento”.Hemos hechos cosas muy experimentales, que luego a lo mejor no se aprecian en su totalidad. Los estudios de sonido son tan antisépticos. Entras en un estudio y no se oye nada, a mí el sonido de fondo en los discos siempre me ha molado. Escuchas un disco de Pink Floyd, el "Wish You Were Here" y oyes a un tío desayunando “Korn flesh” en la cocina. Es cómo un viaje. Mola un montón descubrir ruidos e historias detrás.

A nivel de instrumentación también es un disco complejo. Habéis llegado a utilizar un cubo de basura como instrumento.
Sí. Lo llevamos en directo y hay una persona que se dedica exclusivamente a tocarlo. El bidón lo recupere en la escombrera. Me decía Rubén necesitaremos una batería, “ni batería ni nada” le dije. Me subí a la escombrera y les llevé el bidón. Por otro lado también me gusta que haya batería en algunos temas. En el disco la toca Rubén.

Nos llama la atención el hecho de que hay algunas canciones dentro de “Corazón de Padre Atómico” que están cantadas en francés. ¿Por qué has grabado esos cortes en el idioma del país vecino?
Yo lo hablo. Tengo amigos franceses, mí chica es medio francesa, mis hijos lo hablan. Me salió muy natural al hacerlo. Me tiré cinco años en Francia, además me permite componer de otra manera.

A nosotros nos gusta especialmente una canción. Se trata de “Muerte Súbita”. Es paradójico porque es un
Es una de las preferidas de la gente en general. Es uno de los cortes más antiguos. Tiene nueve años.

Vamos a ir acabando con la entrevista. ¿Qué planes tienes para salir de gira y sobre todo, con quién?
Ya tenemos la banda formada. Somos ocho personas en el escenario más colaboraciones. Hay momentos que somos trece en escena. Nos hemos llamado la “Compost Band”. Estamos preparando una gira en burro por toda España. De pueblo en pueblo. (Risas)

Nos asalta una duda con respecto al directo. ¿Vamos a volver a encontrar a ese Chaman que era Jordi Skywalker o por el contrario el paso de los años te ha relajado?
No. Estoy todo el rato sentado y aburrido (Risas). Hay que verlo, no puedo prometer nada. No vais a ver a Buenas Noches Rose, pero pienso que la gente que venga a verlo no saldrá decepcionada, puede disfrutar de algo que le puede gustar. De momento quienes han venido a los directos han salido satisfechos. Te hablo de gente de setenta años, de treinta y de doce. Quizás si me quitan la guitarra y tengo una banda detrás pues a lo mejor vuelvo a desmelenarme, aunque ahora tengo que sujetar las canciones con la guitarra.

¿Tenéis algún concierto programado ya en nuestra ciudad?
A partir de Octubre, cuando estemos más rodados, os iremos informando.

Una curiosidad…Recuerdo una anécdota con Rubén. Una noche me vio con una camiseta de los Posies y me dijo “este grupo me lo recomendó Jordi”. ¿Te siguen gustando?
¡Hostias los Posies! ¿Todavía siguen? A mí me gustan mucho tío (Risas). Los vi en una sala hace muchos años. Ahora no recuerdo el nombre...

Nuestro tiempo se agota. Recogemos nuestras pertenencias. Estrechamos unas cuantas manos y agradecemos a Jordi el trato recibido. Nos perdemos por el centro de Madrid con la satisfacción de haber entrevistado a un tipo de lo más artísticamente sincero que nos hayamos echado a la cara. A día de hoy podemos vanagloriarnos de poder decir que hace unas semanas entrevistamos a un tipo que no entiende la música cómo negocio, sino cómo forma de arte y de expresión vital. Mucha suerte Jordi y que la fuerza te acompañe.

Por: Jorge Bravo Crespo y Javier González.
Fotos: Jorge Bravo Crespo.