Fito y Fitipaldis Fin de Gira

Madrid. 30 Diciembre Palacio de los Deportes.
Con el palacio que no entraba un alfiler, despidió Adolfo Cabrales la gira Antes de que cuente diez. Los Fitipaldis ponían punto y final a una gira que les ha llevado a recorrer las plazas más importantes del país, coleccionando llenos aquí y allá. También se despidió La Cabra Mecánica en Madrid, para dar por finiquitado el proyecto y empezar abrir paso a Miguelito, próxima aventura de Lichis.

En diciembre de 2007 fue el último concierto de la gira Por la boca vive el pez, un concierto emotivo porque significó la última actuación hasta la fecha con Candy o El niño Bruno como Fitipaldis… ¡Concierto inolvidable! Llenazo en el Palacio dos noches. Tres años después se repetía despedida de gira, en este caso, se cerraba Antes de que cuente diez, un álbum hecho a medida para los directos de los Fitipaldis.

Aparecía en escena Lichis con los suyos, Fernando Polaino, Julián Kanevsky y cia. Para decir adiós a Madrid y por consiguiente al proyecto La Cabra Mecánica. Realizaron un repertorio de unos 50 minutos en el que repasaron temas de toda su trayectoria. Todo a cien, Hotel Lichis, Siesta, La Lista de la Compra ¿Cómo no? Dedicada a María Jiménez. Miguel Ángel se dirigía al público con seria ironía -Esta canción esta dedicada a una persona que tenia un problema con su nariz, y este hecho le hacia sentirse un tanto rígido, como de madera- Con esto, dio pie a Pinocho.

No faltó el humor en momentos como la intro a Son las 13:14 en las que hizo la famosa entrada que Bono utiliza para Vértigo, o imitando el famoso punteo de Thunders de AC/DC en mitad de Reina de la Mantequilla.

Las canciones iban cayendo y poco a poco se terminaba el tiempo, para mí, que debía recorrer 500m para volver al foso y ver allí el principio de Fito, con lo cual, me perdí los últimos temas de La Cabra sobre un escenario. Me fui en mitad de Felicidad con la espinita de haberme perdido la última bajada de telón. Con la resignación marché encendiendo la faria de las grandes ocasiones, Miguelito, sigue escribiendo donde quiera que tú estés.

Una vez más, y ya van cinco con esta, El bilbaíno con gorra más famoso congregaba a más de quince mil personas en Madrid. Con puntualidad inglesa, a las 22:00 dio inicio el show como si de un late-night de TV se tratara, una divertida animación nos iba presentando a los integrantes. Tras esto aparecieron en escena para dar comienzo con Antes de que Cuente Diez y Un Buen Castigo.

Arrolladores Los Fitipaldis desde el principio. Son un equipo que ahora mismo se encuentra a un nivel superior en cuanto a espectáculo se refiere, Los Fitipaldis no solo son música, con ellos viajan seguridad, técnicos de imagen, luces y sonido, cocineros, etc. Una gira mastodontica en la que todo funciona al milímetro.

Continuaron con temas de su anterior y fundamental Por la boca vive el pez, Que viene y va, Me equivocaría otra vez y Como pollo sin cabeza. Es algo indescriptible el dejar de observar el escenario para pasear la vista por las gradas y ver a tanta gente desgañitándose y bailando estos temas. Caras de felicidad y gente de todas las edades, condiciones y religiones disfrutando de buen rock and roll.

Lo de Carlos Raya es algo fuera de lo normal, maneja la guitarra como si fuera una extensión de su cuerpo. Increíble siempre.

Llegaba la hora de revisar Todo a cien, versión incluida en Antes de que cuente diez. Siguiendo con Dónde todo empieza, en la que un pletórico Javi Alzola con el saxo, hacia las delicias junto a Raya y Fito en el largo desarrollo instrumental que suman a temas como este, o el que le siguió, Corazón Oxidado. En el que en este caso fueron Raya y Griffin quienes con la guitarra el primero y la batería el segundo derrocharon talento en sus solos.

Fito invitaba por última vez a Lichis a subir al escenario para juntos cantar Siempre estoy soñando, no sin desear en voz alta, que no fuera la última vez que cantasen juntos. Continuaron haciendo enloquecer el recinto con Trozos de cristal de su primer álbum A Puerta Cerrada. Encadenaron Whisky barato y Deltoya antes de hacer un descanso y presentar a todo los integrantes de la banda.

Retomaron el último álbum de la mano de Tarde o temprano, en el que se iluminó todo el pabellón para que el público participara con sus voces. Fueron momentos mágicos. Tras La casa por el tejado y Soldadito marinero, abandonaron el escenario.

Para el primer bis apareció en escena un solitario Fito parapetado tras su inseparable guitarra, para hacer una entrañable versión de Al cantar de su anterior banda Platero y TuAl cantar me suelo olvidar de todos los malos momentos, convertir en virtud defectos. Desterrar la vulgaridad aunque sólo sea un momento”.

Después se sumó Carlos Raya para sentarse junto a Fito en el borde del escenario e interpretar Abrazado a la tristeza.

Aquí se hizo una pausa para proyectar un video resumen de todos los saludos que han grabado del público de sus conciertos durante esta gira. Una consecución de grandes recintos llenos en Úbeda, Laredo, Sevilla, Ponferrada, Almería, Bilbao… En Madrid se grabó el último saludo. Con todas las luces encendidas, iluminando la totalidad del público, Fito pidió un saludo y aquello se convirtió en una locura. Quince mil personas con las manos en alto gritando, espectacular mirar alrededor y ver la escena, todo el mundo sonreía participando. Vuelta al rock, Qué necesario es el rock. Una de esas canciones hechas a medida de la banda, en los que corretean sobre el escenario y en el que cada instrumento tiene su momento de luz. Se volvieron a marchar, Fito antes de abandonar las tablas dijo –Mucha felicidad-.

Tras la espera suena una guitarra, es una rumba y nos es familiar, un inesperado Fernando Polaino atraviesa el tablado guitarra en mano tocando Felicidad. Esta es la última canción de La Cabra. Mi espinita va saliendo a ritmo de palmas. En el escenario todos los músicos despiden a La Cabra como merecen, ¡Si señor! Detalle que muestra qué clase de persona es Fito. La felicidad inunda el escenario con todos los músicos de las dos bandas de lado a lado del escenario haciendo el más bonito final que pudiera tener la historia de La Cabra Mecánica.

Ahora sí, se enfilaba el último tema. Como ya lo hicieran tres años atrás, distintos Fitipaldis, pero los Fitipaldis al fin y al cabo, despidieron a Madrid con Qué te voy a decir. Final entre explosiones de confeti y cañones de humo con todo el equipo en el escenario y sublimes Alzola y Raya en este tema. Así se puso el punto y final a Antes de que cuente diez.

Fito se marchará a Guernica y allí más temprano que tarde, seguramente empiece a dar forma a sus próximas historias en forma de canción. Mientras tanto, esperaremos ansiosos relamiendo el gran sabor que ha dejado en nuestra ciudad en su paso navideño.

Texto y Fotos Iván González