Melomanía Pere "Cohete" (Ovni).

Hoy viajamos a Barcelona para encontrarnos con Pere “Cohete” bajista de Ovni. Aunque también le podemos ver junto a Idealipsticks cuando la agenda se lo permite. La banda hispano argentina se encuentra en plena gira de presentaciones de El Mejor Viaje, recién publicado cuarto álbum de la banda grabado en Madrid y producido por Matías Sorokin.

Hace unos meses compartimos con la mitad Ovni, Matías Segovia y Pere, un desayuno en una cafetería a escasos pasos de la Gran Vía para realizar una entrevista con motivo de la publicación del álbum. Al conocer a Pere lo primero que queda claro es que es un amante de su ciudad, Barcelona, y de que el rock está presente en cada una de las células de su cuerpo. Aquella mañana en las que nos conocimos, en las conversaciones off the record, se sucedían comentarios acerca de infinidad de discos y grupos, anécdotas y leyendas sobre alguno de ellos, halagos a compañeros y amigos. Era más que apreciable que vive y siente la música con mucha pasión. Al proponerle que se apuntara a la sección no dudó. Celebramos que Pere ya es un Melómano.

Discos:

1. Guns N’ Roses – “Appetite for Destruction

Estaba por cortar y pegar lo que dice Igor Paskual en vuestra página... Cambia Izzy por Duff y básicamente lo firmo todo. Es un disco que podría editarse hoy y seguiría siendo la misma patada en los huevos que fue en su día. Las líneas de bajo eran las más atrevidas, sencillas e imaginativas que había oído hasta entonces. Personalmente, me cambió la vida; me hizo decir a mis padres que no iba a estudiar ninguna carrera, sino a ser músico de rock. Obviamente a partir de ahí empecé una ronda forzada de psicólogos que se prolongó durante un año, hasta que por desgracia (para mis padres) dieron con uno que me dijo que si eso era lo que quería, adelante con ello. No sabe cuánto le debo.

2. Jerry Cantrell – “Degradation Trip 1&2
Me gustan los músicos “fenix”, aquéllos que formaron parte de algo enorme y que se descuelgan con su obra maestra cuando ya nadie da un duro por ellos. Para mí, esto lo mejor que ha hecho Jerry Cantrell, incluidos los discos de AIC. Me parece que en este disco encuentra por fin su lenguaje, después de haber estado tantos años fusilando a los Melvins, jaja… Es un prodigio de introspección hasta el fondo del dolor. Me pilló en una época en que necesitaba escuchar algo oscuro y me enganchó por completo.

3. Los Rebeldes – “Rebeldes con Causa
El disco que me llevó a formar parte de la única tribu urbana a la que pertenecí jamás; pongamos que lo escuché un jueves, pues el viernes dejé de ir para siempre a la discoteca moñas que frecuentaban mis amigos. Empecé a relacionarme con gente que me descubrió a Eddie Cochran, Gene Vincent, Buddy Holly, Crazy Cavan, Matchbox, Beach Boys, y sigue… un alucine, mi ignorancia era tanta que cada día descubría cinco grupos nuevos. Y yo venía de arrimar la cebolleta escuchando a Modern Talking, imagínate; los rockers me abrieron las puertas del cielo. Por otro lado, Carlos Segarra fue la primera pequeña-gran decepción de mi vida: un día entró en el bar con sus colegas y le oí decir “Pues mi madre me ha dicho que tal” y yo pensé “¿Carlos Segarra TIENE MADRE? ¿Como yo, como cualquiera?” Yo creía que las estrellas del rock no tenían padres, jaja.

4. Ice T – “Original Gangster
A mediados de los noventa disfruté un montón con el gangsta-rap, sobre todo el de la Costa Oeste, con permiso de Public Enemy; me parecía el nuevo rockandroll, una propuesta atrevida, inteligente y con mucha chicha contracultural. Incluso las letras más descerebradas de NWA tenían su carga de profundidad, y la parte musical era hipercreativa. Después la cosa se fue adocenando hasta dar pena, como pasó antes con el sleazy, con el grunge… Bueno, O.G. creo que es una de las obras maestras del género: un enorme disco conceptual, aplastante en creatividad musical y como proclama sociopolítica, que además había que escuchar entero y seguido para verle todo el sentido. En la primera gira de Ovni me ponía “New Jack Hustler” a todo rabo antes de salir a tocar.

5. The Doors – “Strange Days

Digo éste como podría decir cualquier otro de su discografía… con Doors me da el siroco cada cierto tiempo y me puedo tirar un par de meses escuchándolos sólo a ellos, son discos para estar tirado horas en el sofá sin hacer nada más que dejarse transportar. En su día me compré hasta entrevistas de radio con Jim Morrison… Nunca he fumado porros salvo escuchando a The Doors, me montaba el numerito completo; incienso, velas, luz baja, un peta y hala.


Canciones:

1. “In Your Honor” – Foo Fighters
A nadie le hace daño un himno de vez en cuando… Las tardes de asado en casa de Esteban [guitarrista de Ovni] y su chica, y cuando ya se han vaciado las copas, casi siempre acaba cayendo ésta. Dave Grohl es, aparte de un músico prodigioso, un magnífico agitador de masas.


2. “Chantilly Lace” – Sleepy LaBeef
Siempre me encantó el rollo redneck-con-clase del gordo LaBeef, y además con esta canción empecé a fijarme en las líneas de bajo y en la importancia que tenía un instrumento en apariencia tan simple para darle el groove a una canción. Aunque entonces no sabía qué era eso, claro. Apenas sabia qué era un bajo.

3. “21st Century Boy” – Sigue Sigue Sputnik
Ésta al apartado de “placeres culpables”, jaja... Pero les tengo cariño a SSS porque fueron mis Sex Pistols particulares; las pintas, la arrogancia, el "hype" que les rodeaba, el rollo de “Gran Timo del Rockandroll parte 2” que tenían. También me flipaban los bajos obsesivos de los discos. Bueno, el bajo, porque todo el rato era el mismo. Me temo que soy bastante simple.


4. “Ride a White Swan” – T. Rex
Es difícil quedarse con una de Bolan, pero esa línea de voz tan naif combinada con los riffs de guitarra que van punteando los versos siempre me pone de buen humor.


5. “She Stands There” – D Generation
En muchos sentidos D Generation fueron la banda que siempre hubiera querido tener, y esta canción en concreto me descubrió un poco lo que buscaba; la valentía de envolver en una actitud y una interpretación sucias una canción de bonitas melodías en tono mayor, edulcoradas y felices a más no poder. A partir de ahí tuve claro el daño que me hacían los corsés como músico: hardrock, heavyrock, folkrock, krautrock, progrock, lo-que-sea-rock… todos con sus códigos de conducta ombliguistas y cerradísimos. El pop es el único género donde vale casi todo, por eso no me da ninguna vergüenza decir que soy un músico básicamente popero, para escándalo de algunos de mis mejores amigos.