Entrevista Nach

Las oficinas de Universal nos abren sus puertas para entrevistar a uno de los raperos más importantes del panorama musical español. Nach, una leyenda que lleva más de quince años conquistando al público con sus canciones y pisando escenarios españoles y latinoamericanos. Nos reunimos con él para hablar de su último álbum, “Mejor que el silencio”, que vio la luz el 12 de abril a través de Universal Music Spain.

Más que una entrevista, el diálogo resulta ser una conversación amena que fluye y desfila por distintos temas, con un grado de cercanía y calidez y una buena dosis de humor que no se ve todos los días, sobretodo al tratar con un gran artista como lo es Nach. “¿Cómo pensabais que iba a ser yo cuando os enterasteis de que ibais a entrevistar a Nach?”, fue su pregunta. La respuesta es clara: “No esperábamos que fueras tan humilde”.

Y ante los tortazos de la vida éste es mi elixir, existir es sentir, aquí sentir es escribir”. El alicantino ya lo afirmaba en “Manifiesto”, y lo ha ido demostrando con cada paso que ha dado. "Yo vengo de un lugar donde decían que triunfar era imposible", es otra de sus reflexiones. Pero él tenía el talento, las ganas y las palabras para promulgar su verdad en forma de poesía y para acallar a aquellos que no creían que lo consiguiera. El rap, para él, una forma de vida. La vida, una inspiración para hacer rap.


En “Ni estabas ni estarás” hablas con bastante crudeza de unos duros inicios en tu carrera… ¿Cómo fueron los comienzos de Nach?

Más que hablar con crudeza hablo de una manera bastante emocional por mi forma de comunicar en esos temas, donde me meto en una perspectiva profunda en determinadas cuestiones que tienen que ver con lo que hay dentro de mí.

Los inicios fueron, por un lado, muy divertidos, por como compartías todo con determinada gente, como viajabas de un lado para otro, como hacíamos jams en sitios donde ni te lo podrías imaginar, donde dormíamos…

Tienes una frase que dice: “Dormíamos en portales”…

Sí, porque yo he dormido en parques de un montón de sitios. Era lo que había, todos estábamos así. Lo de dormir era muy relativo, ¿sabes lo que te digo? (risas). Luego cogías la mochila e ibas donde querías, era otra manera de vivirlo todo. Por ese lado todo muy divertido: conocías gente, ibas a su casa…el tema hip hop era muy nuestro y lo vivíamos así. Pero también muy duros; porque luego, a la hora de pensar que yo tenía un talento, que tenía algo que decir y que existía la posibilidad de hacerlo de una manera más seria nos encontramos con muchos golpes a nivel discográfico, a nivel de hacer conciertos y que no viniera nadie y perder mucho dinero, a nivel de que mucha gente no confiara en mí, que mucha gente me dijera: “Tío, dedícate a otra cosa que esto te está desquiciando física y mentalmente, ¿no te das cuenta?”. Pero bueno, mi socio y yo teníamos bastante cabezonería porque confiábamos en nosotros mismos y queríamos ver dónde llegábamos y qué pasaba con todo. Y aunque hubo momentos en los que estábamos en la cuerda floja, a punto de caer y pensando: “aquí se acabó. Vamos a hacer nuestros temas cuando lo veamos claro sin ningún tipo de pretensión”, pues seguimos fuertes intentando hacer lo nuestro de la manera más seria posible. Todo eso nos ha llevado hasta aquí, pero no sólo a nivel musical, sino a nivel personal también.

Cuando dejas la adolescencia y empiezas a darte cuenta de cómo es realmente la vida, en mi caso una situación bastante precaria a nivel laboral-económico-social, te das cuenta de quién ha confiado en ti y quien no. Yo aprecio mucho lo que los fans me están dando, todo lo que me está apoyando y gritando por mí la gente que escucha mi música, pero realmente es para decir: sé de dónde vengo, y lo valoro. Y sé que esto se puede acabar y en un futuro puedo verme solo. Y puedo seguir pensando que qué época más maravillosa me tocó vivir y qué bien estuvo, pero todo puede cambiar, y todo puede girar 360º. Soy consciente de ello y son los miedos que expongo. Miedo del artista de pensar: “¿Qué va a pasar en un futuro conmigo? ¿Y si no tengo nada que decir?”

Estás licenciado en Sociología por la Universidad de Alicante… ¿Los años de estudio social te inspiraron a la hora de escribir o tu afición ya había empezado mucho antes?

La afición me venía de antes. La conclusión que yo saqué al acabar la carrera de Sociología fue que había cogido un poco más de cultura general. Había determinados temas como la antropología o la psicología que empezaron a atraerme, y si en la universidad no te mueves por tu cuenta tampoco haces mucho. Así que investigué por mi lado, la mitad de las cosas en la universidad no me sirvieron para nada: asignaturas tontas, profesores desmotivados y cosas que había que aprender por fuerza. La afición me venía de antes, pero la universidad también me ha ayudado a coger cultura general. Supongo que todo eso se manifiesta en la música, que no está de más. Aunque se me ha olvidado casi todo lo que memoricé allí, también la inquietud personal de cada día de lo que vas investigando, leyendo, viendo o viajando es también sociología.

El título del nuevo LP es “Mejor que el silencio”, ya que existe algo aún más valioso: lo que tú dices en los mensajes de tus canciones.

Yo lo que quería decir con ese título es que tengo algo que decir, y para mí vale la pena. Si no tuviera cosas interesantes, en mi opinión, que decir, me habría quedado callado. Cuando estaba elaborando el disco y estaba a mitad del proceso, me daba cuenta de que tengo aún muchas cosas dentro de mí que quiero seguir comunicando. Me sigue motivando subirme al escritorio y ponerme a escribir y ver qué sale de todo ese proceso de asimilar todo lo que percibo y luego escupirlo de forma organizada en un papel.

¿De qué forma intentas llegar a la gente y transmitirles tus reflexiones?

La única forma en que sé hacerlo es transformar esos pensamientos y esas energías en rap. Sobretodo más que llegar a la gente lo que me gusta es llegar al estudio, hacer el tema y escucharlo yo. Eso me parece brutal.

Todo ese proceso de estar muchos meses dándole vueltas a un tema, maquinando en la cabeza para luego organizarlo en frases, en estructuras…Luego ver cómo toma forma intangible pero audible, y crea una sensación. Lo que a la gente le pueda llegar o no es algo que no controlo. Si me pongo a pensar si este tema va a llegar más a la gente o menos, me pierdo en un mar de surrealismos. Sí que intento mostrar un mensaje de tolerancia para que la gente abra más su mente. Que vean mi visión y que si eso les aporta algo, les sirva para su vida. Soy consciente de que a alguna gente sí que le sucede porque me lo han dicho y hay otra gente a la que deja totalmente indiferente y que incluso me tratan de pretencioso o de creerme algo. Entonces es algo que yo no controlo.

Lo único con lo que me quedo es que, por ejemplo, cuando terminé el disco y me lo puse, paré el coche y me quedé escuchándolo. Volé con muchas de las canciones, sentí cosas con muchos de los temas. Me sentí muy vivo y eso yo lo valoro muchísimo, sobretodo lo que tiene que ver conmigo. Lo de la onda expansiva es incontrolable, pero claro que me gusta cuando alguien me dice: “tu música me ha ayudado a seguir en la vida” o “tu música ha hecho que yo cambie el chip en determinado tipo de cosas en las que antes pensaba de otra manera y ahora he crecido contra ese pensamiento.”

Es increíble pensar que yo estoy haciendo un tema y que cuatro meses después haya alguien en Colombia que lo está escuchando y que está sintiendo algo al oírlo, o que ahora mismo está amaneciendo en algún sitio de Latinoamérica y alguien al levantarse ha puesto mi música y está viajando a través de ella. No me paro a pensarlo mucho, me pone un poco nervioso.

“Mejor que el silencio” parece que tiene algo de reflejo autobiográfico, comparado con otros discos que estaban más relacionados con lo que pasaba a través de la ventana…

Todos los discos yo creo que tienen ese momento, pero es verdad que hay temas que sí que lo tienen. Pero este disco ya no es tan auto, es más de lo que veo: un homenaje a la gente que falleció en el siglo XX en “Disparos del silencio”, un poco de reflexión sobre lo que es el ser humano. Son cosas que también están fuera de mí y que yo he percibido y las he plasmado. Luego hay temas personales como “Ni estabas ni estarás” y temas que tienen una relación más estrecha con mi ser. Pero no creo que sea ni más ni menos autobiográfico que otros, eso tampoco lo planeo ni me lo planteo, salen así. De hecho este disco no pretendía ser casi nada social, pero es que al final esos temas te llaman a ti. Tú los coges, los miras, y piensas: “esto me llena”. No planeo nada, tiene que salir sin que uno lo fuerce.

En “¿Entonces quieres ser MC?” te muestras crítico con la nueva generación de raperos. ¿Crees que existe diferencia entre los MC´s de antes y los de ahora que buscan hacer rap para competir y llegar a la fama?

Es muy generalista decir que me muestro crítico con la nueva generación. Ya no es sólo la nueva, es la nueva y la vieja. Hay una parte de ambas que veo que hacen rap simplemente por llamar la atención y que no tienen realmente nada que decir ni ninguna inquietud. Quieren ser guays.

Por ejemplo, yo admiro a Porta en un sentido. Es un chaval maquetero, como los hay a millones. Tuvo un boom y se le tiró toda España encima. Él ha aguantado lo que muchos otros que van de MC´s de la calle no hubieran aguantado. Yo admiro eso, porque él hace sus temas maqueteros como veinte mil hacen. Yo me refiero más a esa gente que no entiende la esencia del rap y se dedican a creerse algo más ante una película que no viven. Luego sale de un portal y te preguntas: “¿éste vive aquí?” Hay mucha gente que intenta llamar la atención de esa manera, es un tema que hice de una forma desenfadada. Hay que saber ser MC, y yo reconozco quién es MC y quién no. Gente que en cuatro años escribe dos temas y ya se creen que son los mejores.

Un buen MC debe, primero, hablar de lo que vive, ser sincero y fiel a lo que vive. Luego, coger un micro e intentar transmitir todo eso. Hay gente que es muy buena escribiendo, pero luego coge un micro y mira al suelo. Debe tener una actitud determinada ante la vida, no tener miedo. Y mostrarse como él mismo, creerse lo que dice porque lo vive y mostrárselo a los demás. Todo eso se nota, pero yo no soy juez para juzgar a nadie.

En este disco dedicas un “Réquiem” por un mundo que está enfermo… A pesar del pesimismo de esta canción, recuerdo el mensaje positivo de otros temas tuyos, como “Una vida por delante”. Por otra parte, “Humano ser” nos habla de las dos mitades que forman parte de nosotros: la bondad y la maldad del ser humano. ¿Crees que aunque sean tiempos oscuros puede haber un rayo de esperanza sobre el futuro?

Sí, por supuesto, tiene que haberlo. Lo que sale de las canciones son estados de ánimo, y esos estados de ánimo todos los tenemos. A veces, ves determinadas cosas y te das cuenta de que nos estamos cargando todo. Este capitalismo, que va a terminar estallando de alguna manera, a ver dónde nos lleva… Por otro lado, también tienes estados de ánimo de decir: “Claro que sí, hay que confiar en la bondad y en la buena intención de las personas, y en la capacidad de movilizarnos y de unirnos, y de amarnos. La historia nos demuestra que tenemos la mitad de ángel y la otra mitad de demonio, somos capaces de hacer cosas maravillosas y de horrorizar.

Hay que tener esperanza y hay que trabajarla. Cada uno tiene que hacer un poco por ello en su entorno. Ser un poco más amables, más afectivos, más sonrientes, solidarios, altruistas. Ser un poco más buenas personas. Si eres mejor persona en el entorno que tienes, todo eso se va ampliando.

En 'Ars Magna' encontramos 'Palabras' (un rap compuesto a base de vocablos). En 'Un día en suburbia' nos sorprendiste de nuevo con 'Efectos vocales', que tuvo tanto éxito que inspiró al ministerio de sanidad para realizar una campaña.

Bueno, no hizo una campaña. Pusieron la parte de la O, que se parecía mucho a la que yo hacía. Mucha gente me preguntó que si lo había hecho yo, pero no tenía nada que ver. Los medios de comunicación querían miga y buscaban un titular, y enseguida dijeron: “Nach acusa de plagio” y mucha gente se me echó encima. Yo de ahí he aprendido mucho, a no cortarme y a no tener miedo. Si ese tema se hubiera inspirado en alguno de Alejandro Sanz o de la Oreja de Van Gogh habrían tenido mucho cuidado, pero al ser de rap… Pues yo no me voy a callar. Se armó un follón, y cuando yo vi que era un rollo amarillista me aparté. Me gusta aclararlo porque es algo que me parece justo, entiendo que la gente me pregunte por eso y creo que actué de una buena manera.

Supongo que habrán surgido muchos rumores respecto a ti…

De todo, pero aprendes a saber que es parte del juego. Hay que valorar todo de una manera objetiva. Es decir: este círculo rumorea, me ataca, me odia. Pero es que este otro flipa con lo que hago. Entonces, ¿por qué voy a focalizar todas mis energías en ese círculo tan pequeño cuando hay tanta gente a la que le gusta lo que hago? Si hay 4 de 100 que dicen algo malo, habrá 96 que dicen algo bueno. Hay que ser objetivo y pensar con la cabeza, no dejarse llevar por cómo somos, porque estamos acostumbrados a lo bueno y nos afecta mucho lo malo. No voy a dejar que eso suceda.

Y retomando el tema…el nuevo experimento se llama 'Tres siglas', R, A y P, utilizadas en distintos párrafos a lo largo de la canción. ¿Cuál es el secreto para superar este reto?

Es un reto y es divertido…

¿No te resulta esto aún más difícil que los 16 versos de “Los elegidos”?

¡Mucho más! (risas) Pero supongo que para esto estaba mucho más motivado y quería ver qué salía. En la parte de la P estuve muchos meses sin que me saliera, pero como era antes del proceso final de grabación… (risas) Sí me costó, pero como era un juego me entretenía poniéndome el móvil a ver si se me ocurría alguna frase. Me parecía divertido y luego lo saqué en forma de canción.

Ningún artista había logrado juntar en un mismo tema a Talib Kweli (uno de los MC's más respetados del rap americano) y al que quizá es el máximo exponente de este género en toda Europa: el francés Akhenathon, miembro del grupo marsellés IAM. Además, fuiste el único MC español en ser invitado a participar en 'Diversidad', un proyecto que juntó en una grabación común a raperos y productores de Hip-Hop de toda Europa. ¿Qué te diferencia de otros raperos que te ha llevado a ser tan conocido internacionalmente?

He tenido experiencias internacionales relacionadas con conciertos en Sudamérica de moverme por allí y conocer gente, y también por el proyecto “Diversidad”. Ha sido complicado juntar a los dos, porque uno tenía una agenda muy apretada, y el otro vive en Nueva York y tiene conciertos cada dos días. Nos lo hemos currado para que sea una cosa seria. A Akhenathon lo conozco desde hace dos años. También hay que contar con toda la gente con la que yo he colaborado en el disco, quizá con el que menos Talib Kweli porque lo he visto en algunos backstages de conciertos, yo le he dado el disco y hemos hablado, pero con otra gente más.

Yo creo que lo que me diferencia también son referencias. Son gente que vas conociendo. Si yo estuviera en un rincón de mi casa y no saliera nunca, y me cerrara a todo tipo de relaciones sociales, supongo que no me pasarían ni el veinticinco por ciento de cosas que me pasan. Pero no soy así. Me considero una persona bastante abierta, y a raíz de ir mucho a Marsella y llamar a la puerta de Akhenathon y decirle: “tío, te admiro un montón” él acabó diciéndome: “venga, pesado, ven para acá” (risas). Y surgió lo de “Diversidad”. Akhenathon estaba ahí metido y buscaban un artista español, y él dijo “Pues conozco a uno que se llama Nach, que lo hace muy bien y tiene mucha repercusión en el rap en castellano y se le bastante serio” y ellos dijeron: “vale, pues vamos a pegarle un toque”. Supongo que por ese tipo de cosas. La gente de “Diversidad” se puso a investigar mi disco y le gustaron los temas. Una cosa lleva a la otra.


Sobre ella declaraste que fueron los 16 versos más difíciles de escribir para ti. ¿Qué temas suponen una mayor complejidad a la hora de tratarlos?

¡No me salía! (risas) Grabé un trozo y no me gustó, grabé otro y nada…era el último trozo que me faltaba por grabar. A veces piensas: “escribo genial”, y en esos momentos dices: “soy un mediocre. No soy capaz de hacer 16 líneas de una manera coherente”. Por eso es absurdo ver a alguien que se cree más que nadie por haber escrito algo bueno. Porque igual que está éste, el otro juega muy bien al ajedrez y el otro es un ingeniero de comunicaciones muy bueno. Cada uno tiene su don. Todos pasamos por procesos de crisis. Lo que pasa es que ése me pilló al final del disco y no me salía, hasta que un día dije: “ya está”, lo grabé y ahí se quedó.

Alguna anécdota…

Pues… ¡todo! Desde pararnos la policía en México DF por beber cerveza en la calle y tener que ir a una esquina y darle pasta bajo manga para que no nos lleven al calabozo, hasta en México subirse doscientas personas al escenario porque querían algo nuestro con una histeria colectiva brutal. En Chile, por ejemplo, levantarme una mañana y ver que había trescientas personas en una cola esperando cinco horas a la puerta del hotel esperando a que yo saliera, y chavales con niños pequeños esperando, y yo pensaba: “Madre mía, estáis locos.”

Las colaboraciones son excelentes y muy variadas, contando con ZPU en Réquiem, con El Chojin en Ayer y Hoy, con Rapsusklei en En la cuerda floja, con Abram en ¿Entonces quieres ser MC? o con Ismael Serrano en la ya mencionada Ellas, entre otras. ¿En qué te basas al elegir un determinado artista para un tema?

Pues por ejemplo, cuando estaba escribiendo el tema de “Tú”, que es bastante cañero, pensé que era perfecto para hacerlo con el Madnass, porque habíamos hablado muchas veces de ese tema. Otras veces con Rapsus hablábamos del descontrol de la vida y se me ocurrió el tema de “La cuerda floja” para hablar de la montaña rusa en la que vivimos a nivel artístico. Lo de “Ayer y Hoy” con El Chojin es inevitable, porque con él he compartido más de quince años haciendo rap y nos hemos visto en todos esos procesos desde que éramos unos críos hasta ahora. Todas esas colaboraciones tienen una lógica. Y respecto al de “Ellas”… Yo sabía que Ismael Serrano escuchaba mi música y yo soy muy fan de él, y a raíz de estar en Universal desde hace 3 ó 4 años lo he ido conociendo. Así que le dije que tenía un previo grabado y lo llevé a su estudio. Le gustó y me dijo: “esto es mi tono, me viene fenomenal” y le contesté: “pues vamos a hacer algo”.

Por ejemplo, en “Penélope” contaste con Dlux, en Una vida por delante con Flavio Rodríguez, en “Mis Días” nuevamente con Flavio y Dlux… Algunas de tus colaboraciones son constantes…

Bueno, supongo que es normal. Los conoces, y luego se te ocurre llamarlos para otros temas. Prefiero a Flavio, que lo conozco, me llevo muy bien con él y me gusta lo que hace a alguien que no conozco y no sé por dónde me va a salir, tanto a nivel personal como a nivel artístico. Luego hay gente fija como ZPU y Abram, que son la gente con la que ensayo para los bolos. Me gusta mucho lo que hacen, y son colegas. Se vienen conmigo a los conciertos y ellos también tienen su presencia allí. Todo encaja.

La ACB te eligió para escribir y protagonizar el himno la temporada 2004-2005 de baloncesto. El tema se llamó "Juega", del que salió un maxi con el tema principal, el instrumental, el videoclip y la versión a capella. En esta canción nombra a 26 jugadores que participaron en esa temporada y a dos históricos de la liga (Fernando Martín y Pau Gasol)…

Yo soy muy fan del basket. De pequeño siempre veía los anuncios de la NBA con rap y pensaba: “yo de mayor quiero hacer algo así”. Pues eso es hacerlo (risas). Y luego fui a la Copa del Rey y conocí a un montón de jugadores, estaba en el meollo. Así que estoy muy agradecido. Ahora he hecho un tema homenaje a Pau Gasol que se llama “16”.

Ayer y Hoy echa la vista atrás para mostrar el gran cambio que ha sufrido tu vida a lo largo de los años. Y cómo dices en la canción, ¿cuál crees que es el fin que te espera?

Antes me planteaba mucho más qué fin me espera. Ahora me lo planteo, pero mucho menos. Ahora pienso en el siguiente proyecto que tengo entre manos, que estoy empezando a gestar en la cabeza. Todo lo que planeas nunca sale igual.

Pero ahora te toca disfrutar de “Mejor que el silencio”…

Sí, y estoy disfrutando mucho este trabajo. Aunque el proceso de elaborar el disco fue duro, me lo he pasado muy bien y ahora me lo estoy pasando muy bien. Quiero hacer un videoclip de cada tema, estoy moviendo todo lo que puedo para hacerlo.

En septiembre empezaré la gira hasta marzo, 50 ó 60 fechas. Haremos algunos festivales también si nos surgen. Cuando acabemos aquí nos iremos a Latinoamérica y luego pondremos fechas aquí de nuevo. Para que la gente se informe de los bolos y de todo lo que hacemos, en http://www.nach.es/ y en www.facebook.com/nachofficial saldrá la información. Luego tengo un Twitter personal que llevo yo mismo que es Nachsoyyo.

Por Paula Rodríguez Martín