Amaral – “Hacia lo Salvaje”

Eva Amaral y Juan Aguirre vuelven a presentarnos disco, más de tres años después del pequeño bajón creativo que supuso el excesivo “Gato Negro, Dragón Rojo”. Y lo cierto es que con “Hacia lo Salvaje” recuperan el brío y la efectividad con un trabajo en el que muchas de las cosas que les rodeaban han cambiado.



Hay nuevos músicos que se incorporan al proyecto, tal es el caso de Toni Toledo, a la batería, y Jaime García Soriano, guitarra y coros, ambos componentes de Sexy Sadie y que ahora pasarán a conformar una banda para el directo de auténtico lujo. Pero los cambios no acaban ahí también inician una nueva aventura discográfica en este caso en el terreno de la autoedición bajo el sello Antártida, propiedad del dúo.

El álbum empieza fuerte con la canción elegida como primer single, “Hacia lo Salvaje”, la que da título al disco y para cuyo maravilloso videoclip no han dudado en contar con la dirección y realización de Titán Pozo -al final de ésta reseña lo encontraréis- y que es toda una declaración de intenciones de lo que encierra todo el trabajo.

Continúan por un sendero parecido gracias a la fuerza que desprende “Antártida”, en la que las guitarras de Juan Aguirre cobran fuerza y protagonismo, en un claro ejemplo de algo que se venía anunciando, y es que éste álbum se presentaba como uno de los más guitarreros del dúo aragonés, además el segundo corte contiene referencias fácilmente reconocible a películas como Poltergeist –“pequeña Caroline camina hacia la luz”- y a la novela de Lewis CarrolAlicia en el país de las maravillas”, relativamente sorprendentes en una primer acercamiento.

En la sobrecogedora “Si las Calles pudieran Hablar”, nos narran la historia de una toxicómana que en su día era una niña bien de un “barrio alto”. Sin duda uno de los cortes más inmediatos gracias a una introducción con acústicas que se torna en un himno marcial que narra una relación repleta de dolor y espinas, tal y como la vida misma.



Con “Esperando un Resplandor” vuelven a mostrarnos la vertiente más pop de la banda, merced a unas palmas que entroncan a la perfección con ese juego de seis cuerdas que por momentos nos retrotrae a ciertas bandas de Nueva York. Sin duda una clara candidata a segundo single. Un temazo muy del calado del gran público, que a buen seguro dará que hablar.

La emotiva “Robin Hood”, una historia de ladrones redimidos y de otros tantos que continúan en el camino de serlo, nos hacen acordarnos de esos Amaral de los comienzos, de acústicos en pequeños garitos de la capital, donde su querencia por folk era más que patente.

Y llegamos al que en nuestra opinión es el mejor tema del disco, y uno de los mejores que han escrito a lo largo de su carrera, “Riazor”, cuya magnética melancolía y fuerza, lejos de parecer impostada, suena a verdadera por los cuatro costados, en gran medida gracias a la virtud que vuelve a mostrar Juan Aguirre al dibujar en sus trastes arpegios imposibles.

Tampoco le va a la zaga “Montaña Rusa”, una canción que crece y crece a medida que van cayendo las escuchas y en la que sorprende, una vez más, la fuerza de la interpretación de Eva, por momentos parece que lo haga apretando con rabia su mandíbula al vocalizar.

Olvido” es sin duda el corte más personal de todo el disco, en el mismo Eva recuerda a su madre fallecida, en una declaración de amor inquebrantable que emociona por su franqueza y crudeza. Volver la vista atrás, otra vez, se torna en obligación mientras suena “Cuando suba la marea”, ya que es imposible no retrotraerse, por su sonido, hasta el período, hace unos cuantos años ya, en que andaban presentando su álbum “Una Pequeña parte del Mundo”, en ella evocan la nostalgia del amor perdido con un sentimiento ante el que es sencillo mostrar empatía.

La recta final del minutaje encierra parte de lo más flojo de todo el conjunto. Comienza con “Como un martillo en la pared”, en la que muestran su descontento por toda la política actual en nuestro país y que quedó patente en el movimiento del 15-M, claman por el comienzo de una nueva era, en una canción que musicalmente no acaba de funcionar.

Hoy es el principio del final”, hubiera sido un buen broche para el disco con ese estribillo donde Eva prueba el falsete con total acierto, como no podría ser de otra manera para una de las mejores voces, sino la mejor, de todo nuestro panorama femeninos, para después gritar a pleno pulmón en un signo de auténtica y ansiada libertad.

El final viene marcado por el único patinazo real del disco, la demasiado obvia “Van como Locos”, que no hace justicia al resto de compañeras que le han tocado en suerte en esta más que notable colección.

Nuestra valoración final es que nos encontramos ante un buen disco que, sin duda, les acerca a su gran obra maestra, aún por llegar, pero a la que se van acercando a pasos agigantados. Están en el mejor de los caminos posibles, sin duda, subiendo peldaños firmemente. Sobre todo si en sus futuros álbumes continúan la línea trazada en este. Es decir, mostrando la fuerza que transmiten en los mejores cortes de “Hacia lo Salvaje”, en el que la gran mayoría de las canciones logran pellizcarte por dentro, merced a unas letras que creemos firmemente rayan muy por encima de lo que hasta ahora nos habían mostrado en anteriores entregas. Historias crudas, de vidas rotas y anhelos de libertad que sintonizarán a las mil maravillosas con los actuales deseos de millones de personas de éste país.





Por: Jorge Bravo Crespo “El Gurú” y Javier González.