Festival TurboRock (II)

Santander, Sábado 3 de Septiembre de 2011.
El segundo día del TurboRock empezó muy pronto, con Jesse Malin dando rienda suelta a su vena acústica y únicamente acompañado por un teclista. Una corta actuación de la que hizo su ya clásica comunión con el público que poco a poco iba acercándose al Escenario Santander. El artista pisó el piloto automático, sin duda reservándose para la última hora donde volvería a ocupar el escenario con su primigenia banda D Generation.

Mucha más gente fue la que asistió al concierto de The Del Lords, donde históricos como Scott Kempner (Dictators) y sobre todo Eric (Roscoe) Ambel reaparecían después de su vuelta a los escenarios el año pasado. Auténticos monstruos del buen rock americano. Tras veinte años de silencio discográfico, volvían con nuevo Ep “Under Construction” que repasaron junto a clásicos, como cuando Roscoe cantó “Louie Louie”, o el batería Frank Funaro nos deleitó con su versión de “Money”. Se despidieron con un homenaje al más grande Neil Young. The Del Lords protagonizaron sin duda uno de los mejores momentos del festival.

Tras ellos, unos veteranos coetáneos de Sex Pistols o The Clash, hacían su aparición los míticos Buzzcocks. Suya fue una de las actuaciones más contundentes, en la que no dieron al público un respiro y en el que descargaron todos sus himnos; “I Don´t Mind”, “Ever Fallen in Love” o “No Personality”, clásicos que no han dejado de sonar en los más de treinta años que llevan en escena los ingleses, y que caldearon a un público ya totalmente entregado.

Otros que volvían después de su regreso del festival Azkena en el año 2004 eran los americanos Urge Overkill, con un nuevo disco bajo el brazo, el recientemente publicado “Rock & Roll Submarine”. Muy esperada era su actuación y eso se notaba en el ambiente, muchas camisetas se veían en el recinto con su clásico logo estampado UO.

Con los imponentes Nash Kato y Eddie Roeser a la cabeza. No defraudaron descargando todos sus riffs y temas rockeros que los encumbraron a principios de los ´90; “Sister Havana”, “Back On Me” o “Somebody Else” de su álbum mas exitoso “Saturation” y el “Exit The Dragon”, retumbaron en el Escenario Santander.

Cerraron con una poderosa “The Break” que alargaron con la maestría que dan los años y la experiencia, y no, no tocaron su archi-conocida versión de Neil Diamond que Tarantino incluyó en Pulp Fiction, ni falta que hizo.

A los que les hace falta una renovación urgente de su show es a The Bellrays, aunque no dieron un mal concierto faltó algo, la voz y fuerza de Lisa Kekaula sigue impresionando, pero a veces eso no es todo lo que se puede llegar a ofrecer a unas canciones que quizá les falte algo de alma. También les faltó un poco más de movimiento (los tacones de Lisa no permitían muchas filigranas) y canciones mas variadas.

Sin embargo gran parte del público disfruto y atendió a las peticiones del grupo coreando y llevando en volandas al grupo a un final de actuación en el que llegaron a remontar.

La introducción como música de bienvenida de “Be My Baby” de The Ronettes dio paso al grupo más esperado de la noche, fueron sin duda D Generation en su primera visita a España desde su regreso, (tras tocar el día anterior en Benidorm). Con un Jesse Malin en estado de gracia dando rienda suelta a su lado mas punk. El público respondió con pogo en las primeras filas y el cantante no dudo en fundirse con todos sus admiradores y subirse a la barra situada a un lado del escenario para deleite de todos.

Sonaron temas de todos sus discos, incluso de su debut del que rescataron “Guitar Mafia”. Pero el momento que permanecerá en nuestras retinas fue cuando Jesse, ya despojado de su camiseta, se dejó la voz en “Capital Offender” y era secundado a las palmas por las casi las dos mil personas que prácticamente llenaban el recinto.

Ya en el puesto de merchandising fueron los que mas camisetas vendieron y discos firmaron, un éxito que hará que repitan de nuevo en salas en un futuro muy cercano.

El show que cerró el festival fue para la banda de Colorado Slim Cessna´s Auto Club, sorprendió con su estilo entre mesiánico, country alternativo y psicobilly, fue disfrutado por mucha gente que parecía seguir y alabar las consignas de los miembros de esta banda con sonido inclasificable, y líder con pinta de predicador. Una actuación interesante aunque no lograron convencer del todo a los miembros de El Giradiscos presentes.

Y eso fue todo, muy buen sabor de boca nos llevamos de la ciudad donde elegimos para esta edición del TurboRock. Nos pareció un gran acierto el nuevo emplazamiento que es el Escenario Santander para un festival arriesgado y que apuesta por la calidad y la comodidad. Solo queda decir que el año que viene nos volvemos a ver allí, chapeau a la organización y gracias por todas las facilidades al staff de Heart Of Gold.

Texto: Jorge Bravo “El Gurú” & Alberto Vicente
Fotos: Alberto Vicente