Por: Ricardo Virtanen.
Moría nuestro Robe Iniesta el 10 de diciembre de 2025, a los 63 años, fundador, compositor y voz eterna del grupo Extremoduro, una de las bandas más influyentes e innovadoras del rock en español. La banda comenzaba en 1987 y se alargaba hasta 2019. Al tiempo, Robe iniciaba su carrera en solitario en 2015, que se reflejó en seis álbumes de estudio, entre los cuales destacaríamos el impresionante "Mayeútica" (2021). Su influencia en el mundo de rock, su rock transgresivo, ha resultado crucial desde principios de los noventa. Robe Iniesta pasará como uno de sus grandes poetas del rock, dueño de una voz desgarrada, directa, cruda, visceral, Sin duda, se ha convertido en uno de los artistas más influyentes de la historia de la música rock en España.
Sugiero este decálogo musical, diez canciones que no debes perderte:
1.- "Jesucristo García" ("Rock Transgresivo", 1994)
Aquí Robe surge como anticristo, y representa uno de los primeros grandes éxitos del grupo, toda una declaración de principios. Narrada en forma de biografía ficticia en que su autor se abre en canal para mostrarnos la cara de una sociedad de la que denigra, y deletrearnos su cara más oscura, sin filtros. Robe destapa al poeta que lleva dentro, al rebelde, al humano, al drogadicto que llega a la autodestrucción: “Cuánto más necesito para ser Dios, Dios, Dios, cuánto más necesito convencer”. Refleja , pues, el tema un “aquí y ahora”, o un “es lo que hay”, donde aparecen elementos autobiográficos (su padre era chapista, por ejemplo), siempre plagado de una franca lucidez. La influencia de esta canción en el rock español en los noventa ha sido clara.
2.-"So Payaso" ("Agila", 1996)
Uno de los himnos más significativos de Extremoduro. Aquí Robe se desnuda y se presenta tal y como es: frente a la adición de droga, en cómo vive el amor, sitiado por sus adicciones, en lucha permanente con el afuera (la sociedad, el poder, el amor). Es por todo esto una canción de autodesprecio, salvaje y visceral. Dentro de que desarrolla el texto de Robe, hallamos metáforas como “payaso”, “esclavo” o “perro fiel” para sumirse en una situación vulnerabilidad y sumisión amorosa. Poeta eterno Robe, en un tema lleno de matices musicales —y vocales— que la convierten una de las canciones más importantes de los noventa, y diríamos del rock español.
3.- "La vereda de la puerta de atrás" ("Yo, minoría absoluta", 2002)
Con “La vereda ...”, Extremoduro alcanza su madurez musical haciendo una canción que yo denominaría “redonda”. El poeta Robe aparece de nuevo descarnado, introspectivo, en busca de un amor imposible, que se desvanece en el horizonte. En una extensa letanía poética, Robe habla de esperanza y, al tiempo, de desesperanza en una sociedad que coarta al individuo. Tiene versos memorables como estos: “Sus soldados son flores de madera, y mi ejército no tiene bandera, es solo corazón”, pero también irreverentes: “que me entierren con la picha por fuera, pa’ que se la coma un ratón”, que a la larga han resultado premonitorios de una muerte casi, casi anunciada. Nos hallamos ante una canción dinámica, con multitud de cambios de ritmo e intensidades, que lo convierten en
uno de sus mejores trabajos.
4.- "Si te vas" ("Material defectuoso", 2011)
Actualmente es una de las canciones de rock español más escuchada en Spotify. Se trata de un tema introspectivo, cargado de feroz melancolía, donde Robe se abre en canal para mostrar las heridas de su pasado, donde el amor recorre todas las fisuras del ser humano. Por otro lado, es de los temas más comerciales de la banda, lleno de un intimismo estridente y maldito. Frente a la pérdida del amor, el poeta Robe condensa esa pérdida en miedo al precipicio, en irreparable dependencia, nunca aceptada, usando las metáforas más poéticas de su ancho cancionero de dolor y pérdidas. Recordaremos siempre ese inmortal estribillo: “Si te vas, me quedo en esta calle sin salida”. También hallamos, de refilón, la crisis social que vive España cuando es compuesta, por lo que también se consolida en alegato de los más débiles y vulnerables frente a la crisis y la injusticia que asola España en estos momentos.
5.- "Stand By" ("Yo, minoría absoluta", 2002)
La canción representa un planto, un duelo por la pérdida de seres queridos. Sin duda, otro de sus himnos cósmicos, representativo de la poesía descarnada de Robe Iniesta, que en este caso se llena de alta simbología (estrella, flores amarilla, fuego…). Robe transforma el dolor en esta canción en una larga letanía, producida quizá por la cercanía de la muerte de su padre. Sin duda, en este disco el cantante de Plasencia abandona en parte lo descarnado de sus letras para virar hacia una poetización del universo, de las propias miserias del ser humano, donde el amor es también parte de esa cosmogonía, pero no la fundamental. El inicio de la canción: “Vive mirando una estrella, siempre en estado de espera”, nos sitúa dentro de un estado de peregrinación hacia lo cósmico, no a la espera no de un amor, sino catapultado entre el sueño y la memoria en busca de una respuesta que nunca obtiene. En definitiva, resistir ante todo, cuando todo se derrumba.
6.- "Ama, ama, ama y ensancha el alma" ("Deltoya", 1992)
La letra surge de un poema de Manolo Chinato (con quien colaborará Robe en un disco de 2001, con la banda Extrechinato y tú), quien pronuncia ese título/verso que será bandera del grupo desde 1992. Aquí Robe conforma otro de sus himnos más consolidados entre sus seguidores. Llena de mensajes directos, la canción funciona como una catarsis generacional de lo que nos subyuga, por lo que se presenta como bandera de la libertad: “Hay que volar libre, libre”. Su música nos acerca a una de sus canciones más comerciales e hipnóticas, con melodías llamativas e incendiarias, interpretada a dos voces. Creo que en esta letra hallamos al Robe más filósofo, más comprometido con la vida. El amor será el antídoto contra la realidad que nos aprisiona. Amar a través del alma, amar por encima de todas las cosas, cuestionando prejuicios y normas impuestas.
7.- "Salir" ("Canciones prohibidas", 1998)
Otra de sus canciones prototipo, otro de sus himnos, esta vez generacional, pues conecta a su autor con toda esa juventud que necesita cambiar la sociedad y su propia idiosincrasia. Con un estribillo hipnótico: “Salir, beber, el rollo de siempre / meterme mil rayas, hablar con la gente, / llegar a la cama, joder qué guarrada, sin ti”, su autor aquí busca respuestas dentro de un abismo del que es imposible salir. Por ello, la droga, el alcohol y los colegas son la excusa perfecta para evadirse de la realidad, aunque al final apostille: “Al día siguiente, no me acuerdo de na”. Robe busca en esta canción el sentido de la vida, y la necesidad imperiosa de tener alguien cerca que nos sustente y alumbre nuestro camino, porque al final solo nos atenaza el vacío.
8.- "Dulce introducción al caos" ("La ley innata", 2008)
El noveno álbum de la banda, La ley innata, marca un punto de inflexión en la carrera del grupo y en la propia poeticidad de Robe Iniesta a la hora de expresar su estado actual (“¿Cómo quieres que escriba una canción?”). La ley innata (donde en algún momento se escucha un fragmento de una melodía de Johann S. Bach) es una sinfonía rock, y dentro de ese enjambre musical y poético, destaca el fragmento “Dulce introducción al caos”. El verso “Como quieras que escriba una canción / si a tu lado he perdido la adición”, nos habla de serenidad, de un momento crucial en su vida que hace extreme su poesía, su discurso social ante la voz descarnada de antaño. La vida, parece decirnos Robe, es inútil, y el destino es irreversible: “la canción de que el tiempo no pasara, donde nunca pasa nada”. Un Robe cada vez más poeta, más humano: “Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas”, y uno de sus temas más memorables, aunque alejado de sus hits comerciales.
9.- "Necesito droga y amor" ("Somos unos animales", 1991)
Una de las canciones de su primerísima época, cruda y sincera, donde Robe se autorretrata con una música que hace explícito su estilo: rock transgresivo. El tema expone un estado perpetuo de asfixia, de romper barreras, de sobrevivir en el amor, con versos sublimes y directos: “no necesito las parábolas, prefiero LSD”, “no solo vivo del aire, necesito tu sudor”, “no solo vivo del aire, de ponerme noche y día”, “no se lo cuentes a nadie, los camellos no me fían”. Drogas y amor, dos de los apéndices temáticos más discursivos de las canciones de Robe.
10.- "Bri-bri-bli-bli. (En el más sucio rincón de mi negro corazón)" ("Dónde están mis amigos", 1993)
Ahora sí, una canción absoluta de amor de Robe Iniesta, dedicada a su mujer Bibi. Tema personalísimo, compuesto con guitarras y estribillos casi hipnóticos y cambios constantes de ritmo típicos de su primera etapa. La canción, de tono confesional, se encalla en una celosa intimidad, en el deseo, en el sueño, con versos como “me vuelvo a perder entre el edredón, me vuelvo a quedar sin sol” o “mira por donde va el Robe, para mí que ya está pedo”. Una canción dinámica, irreverente para cerrar este decálogo, incompleto a todas luces, porque Robe Iniesta es infinito.
Y diez más: "Sucede" ("Agila", 1996), "Extremaydura" ("Rock transgresivo", 1994), "Puta" ("Yo, minoría absoluta", 2002), "Cuarto movimiento" ("La ley innata", 2008), "Golfa" ("Canciones prohibidas", 1998), "Deltoya" ("Deltoya", 1992), "La vieja" ("Yo, minoría absoluta", 2002), "Arrebato" ("Rock transgresivo", 1994), "A fuego" ("Yo, minoría absoluta", 1996), "Canción de los oficios" ("Somos unos animales", 1991).



