Vetusta Morla: Una banda sencillamente diferente


Sábado 10 de diciembre, La Riviera, Madrid

Llueve en la capital en una fría noche de diciembre. Calles vacías, poca gente en los transportes urbanos y unos bares abarrotados que retransmiten un  partido de fútbol de esos que se tildan épicos. Sin embargo, cruzando el Manzanares podemos comprobar que Madrid no está desocupado, pues una larga cola de más de mil paraguas se erige desafiante ante las condiciones climatológicas y bordea la Sala Riviera con la expectación propia de aquellos que tienen a la música como pasión principal.  

Más aún, podríamos afinar diciendo, que esa pasión es fruto de una música española que tiene como esencia el pop-rock, como seña de identidad lo independiente y como nombre Vetusta Morla.

Con ese pensamiento, nos fuimos aproximando a  la hora de inicio de la tercera de las cinco jornadas de directos que la banda nacida en Tres Cantos tiene proyectado ofertar en La Riviera (pues sólo una banda como Vetusta Morla es capaz de ocupar dicho recinto 5 veces en apenas 10 días, congregando así a más de 15.000 fans).

Para comenzar la noche, tuvimos la oportunidad de disfrutar de unos teloneros de lujo, Eladio y los seres queridos, grupo gallego liderado por Eladio Santos, que acompaña a Vetusta Morla en su actual gira y que ha ampliado así la presentación en sociedad de su segundo disco “Están ustedes reunidos” (2011). Álbum que ha confirmado lo que ya dejó entrever su primer trabajo (“Esto que tienes delante”, 2007), que estamos ante una banda de pop nacional que a través de un trabajo muy serio, pone en el escenario toda su energía y derrocha melodías que penetran por debajo de la piel y te hacen esbozar una sonrisa. Pudimos así disfrutar de temas de sus dos trabajos como su famoso hit “La cruz”, la marchosa “Con el corazón en la mano” o canciones realmente hermosas como “Miss Europa”, “España a las 8”, “El tiempo futuro” o finalmente “Al Himalaya” (que enlazó con “Forever young” en un homenaje a todos los allí presentes). Totalmente recomendable la escucha de esta banda que se crece en directos y que muestra una mejora exponencial sobre las tablas.

La noche no podía empezar mejor, pero sin embargo todavía no había despegado del todo. Fue así como un público totalmente entregado al pop nacional ovacionó sonoramente la entrada de Vetusta Morla sobre el escenario. Pucho, David "el indio", Álvaro B. Baglietto, Jorge González, Guillermo Galván y Juan Manuel Latorre tomaron sus respectivas posiciones y se prepararon para ofertar un espectáculo compuesto por 21 canciones, con un repertorio que está al alcance de muy pocas bandas en nuestro país (algo a reseñar cuando pensamos que sólo poseen dos trabajos, donde suman 24 canciones).

La encargada de hacer las presentaciones fue los “Días raros”, canción que abre también su segundo disco “Mapas” (2011) y que poco a poco fue exhibiendo el potencial de la banda, creciendo en intensidad y acabando por arrancar los aplausos de un público que empezaba a darse cuenta de que la noche podría sobrepasar sus previsiones iniciales. Le seguiría “Boca en la tierra” y “Cenas ajenas”, a través de las cuales pudimos percatarnos de la intensidad emocional,  la profundidad de las letras y la entrega de esta banda sobre el escenario; pues sólo en los directos se puede percibir todo aquello que no está preparado, es decir, la complicidad de los integrantes de un grupo, su esfuerzo y sus ganas de ofrecer los mejor que tienen dentro para disfrute del público.

Tras ello, recuperaron temas de su primer trabajo “Un día en el mundo” (2008), obra maestra del pop independiente y autoeditado, que influyó en una ola de cambio en la concepción del indie nacional (donde también podríamos meter a Lori Meyers, Russian Red, Catpeople…). “Copenhague” (una de las canciones más redondas de los últimos años) y “Un día en el mundo” fueron las encargadas de traer a nuestro oídos unas melodías que no nos han olvidado en los últimos años. Comprobamos así mismo, que el sonido de la Sala Riviera era perfecto (desde aquí nuestra enhorabuena a los responsables de esta faceta), que los músicos controlan sus instrumentos a la perfección y que Pucho posee una voz que impresiona y que modula a su antojo ya sea moviéndose entre registros vocales, jugando con efectos y tomando las medidas a un micrófono que parece ser una prolongación de su cuerpo.

Ahora, su segundo trabajo retomaría el protagonismo con “Escudo Humano” (que contó con la colaboración de Pucho en una percusión que no abandonaría casi en toda la noche y en este caso con unos curiosos címbalos), “Baldosas amarillas” (donde Eladio Santos participó en voz y guitarra, definiendo su colaboración con la banda como de “Vetusta madre”) y “Maldita dulzura” (con un genial José Manuel Latorre a la guitarra) demostraron que el pop puede ser épico y que la integración grupo-público está totalmente asegurada. 

Así mismo, podemos afirmar que los coros y las palmadas son dos instrumentos más de Vetusta Morla, pues funcionan perfectamente en el directo y le dan una energía mayor a sus temas como comprombamos en “En el río”, “Valiente” y “Saharabbey Road”, donde la audiencia pudo presenciar un espectáculo que estas líneas son incapaces de narrar: ritmo vertiginoso (con una batería y percusión perfecta a lo largo de la noche), letras profundas con significados de interpretación personal y unos coros que dividieron a la mitad del público y que servirían de reclamo para la banda cuando minutos despues el grupo abandonara el escenario. 

La sintonía era perfecta y encarrilamos un final de concierto que tomaba como punto de partida de nuevo la intimidad con “Canción de vuelta”, donde poco a poco se fue sumando voz, teclado, guitarra, percusiones y distorsión. Tras ello, la banda nos sorprendió con “Un plan mejor”, canción que sirvió para el documental “Elige siempre cara” de la campaña impulsada por el CESIDA (Coordinadora Estatal de VIH-SIDA) y de ahí en adelante, no pararíamos de cantar, bailar y sentirnos parte del concierto (“Rey Sol”, “Mapas” y “El Hombre del Saco”, que contó con un barril de metal como percusión), recibiendo la dedicación de Pucho a todos los allí presentes y en especial a “las personas buenas de corazón y mejor espíritu”.

Con la salida del escenario, el público retomó los coros de “Saharabbey Road” durante al menos cuatro o cinco minutos hasta que la banda salió nuevamente, con ganas de derrochar sus últimas fuerzas en otras cinco canciones que devolvieron el concierto donde lo habíamos dejado y nos invitaron a gritar aquello de “Sálvese quien pueda” y lograr la imposible “Cuadratura del círculo”, culminando un concierto que parecía no querer echar el telón.

Con el directo concluido y la reticencia habitual a abandonar el recinto, comenzamos a analizar el espectáculo que había grabado en nuestras retinas durante las dos últimas horas (canciones con cuerpo propio y ritmo vertiginoso, comunión total entre el público y la banda, un apartado de sonido perfecto, un cantante carismático con una voz prodigiosa y un grupo de músicos que brillan por si mismos).

Todo ello, para llegar a la conclusión de que Vetusta Morla en directo a día de hoy, no ofrece un concierto más, ni un espectáculo al uso. Pues pese a que firmen 5 citas en el mismo escenario, con un desarrollo y elección de temas similar, nunca habrá dos conciertos iguales, pues es allí donde tú formas parte del espectáculo y te integras con el grupo creando algo único.

Setlist:

1. “Los días raros”
2. “Bocan en la tierra”
3. “Cenas ajenas”
4. “Copenhague”
5. “Un día en el mundo”
6. “Escudo humano”
7. “Baldosas amarillas” (con Eladio Santos)
8. “Maldita dulzura”
9. “En el río”
10. “Valiente”
11. "Saharabbey Road”
12. “Canción de vuelta”
13. “Un plan mejor”
14. “Rey Sol”
15. “Mapas”
16. “El hombre del saco”
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17. “Iglus”
18. “Mi suerte”
19. “Lo que te hace grande”
20. “Sálvese quien pueda”
21. “Cuadratura del círculo”

Fotos y textos: Rubén López
Colaboración: Natalia del Olmo.