Luis Auserón: “Lejos”

Lejos” (Sony Music) es el título del último trabajo editado por el zaragozano Luis Auserón, un nombre esencial en la historia de nuestra música popular por haber sido uno de los pilares y ejes fundamentales de Radio Futura, banda en la que militó con la eterna e inestimable compañía de su hermano Santiago Auserón y del tristemente fallecido Enrique Sierra desde finales de los años setenta hasta su disolución.

Un álbum que representa el quinto en su carrera al margen de la banda con la que se dio a conocer y que marca una nueva etapa en la trayectoria del artista, después de dar por finiquitados proyectos arriesgados como Klub o Amantes del Eco que no lograron contar con el apoyo masivo por parte del gran público, reconocimiento que sí obtuvo en la exitosa gira que acompañó a la grabación del disco de versiones “Las Malas Lenguas”, otra vez en compañía de su hermano menor.

Ahora cinco años después de su última obra, Luis vuelve con un trabajo de atmósfera intimista, por momentos fuertemente reposada, de profundo calado y poética reflexión que parece mirar la situación de las personas en el mundo actual para analizarla y desentrañarla con gran acierto, contado para ello con la brillante producción de Fernando Macaya (Los Deltonos y ChickTones), quien a la postre podríamos decir que se ha convertido en un cincuenta por ciento fundamental en el resultado final del disco, debido a su alto nivel de involucración en el mismo, donde llega a firmar la coautoría de la totalidad de las canciones que dan vida a “Lejos”.

En lo puramente musical el álbum transita por diversos parajes rítmicos acercándose con gran acierto a sonoridades de claro talante americano como el country o el blues, fácilmente rastreables en cortes del calado de “Loco Lunático”, “Educado” o “La Hora de la Verdad”, pasando por la jazzística y de lírica punzante “Es Necesaria una Navaja” o por composiciones repletas de bella crudeza como “Niños” o “La Razón de la Tristeza”, fenomenal de principio a fin, dando forma a un trabajo heterodoxo en el que lo que predomina es la unidad que se esconde tras la grandeza de un autor que ha sabido dotar a sus letras de un discurso con el que el oyente se sentirá totalmente identificado desde primeras escuchas. 

Después de conocer la brillante trayectoria profesional de Luis Auserón sería relativamente sencillo argumentar que un disco de esta grandeza y calado es lo mínimo que se le podía exigir. Vamos que tan magna obra era algo poco menos que de esperar. Nada más lejos de la realidad. Puesto que no nos queda otra que confesar nuestra sorpresa al volver a encontrarnos con el enésimo trabajo que lleva su firma en el que el riesgo, la calidad y la efectividad, vuelven a darse la mano para demostrarnos, una vez más y son ya muchas, que los clásicos siempre son eternos por su capacidad para facturar a pesar del paso del tiempo grandes canciones, canciones que para muchos de nosotros quedaron ya convertidas en himnos hace décadas. 

Por: Javier González / javi@elgiradiscos.com