Por: Javier González.
Soy consciente de que voy tarde a la hora de hablar del álbum debut de Sanguijuelas del Guadiana, una sorprendente bocanada de aire fresco llegada desde la Siberia extremeña donde tres chavales de una insultante juventud han logrado escribir un compendio de canciones llenas de orgullo, raza y originalidad, facturadas con las miras puesta en la encrucijada de caminos extraordinario que une la tradición de su tierra de origen y un rock de amplias miras que tanto recuerda a Extremoduro como al espíritu más festivo y rumbero de Los Delinqüentes o Estopa, sin dejar de lado aires andalusíes y una sentida evolución del sonido Caño Roto, todo ello pasada por el filtro de una modernidad bien entendida que hace de esta colección una de las mayores sorpresas del curso musical.
Abren fuego con “Intro”, repleta de tensión y dramatismo, con aromas cercanos al trap que saben enhebrar a la perfección entre requiebros llenos de tradición y veleidades electrónicas aceleradas a ritmo de palmas rumberas; un bajo saltarín y juguetón nos mete de lleno en una maravilla llamada “100 AMAPOLAS”, un trallazo a todas luces donde lo mismo percibes un “wah-wah” alocado que un sintetizador emulando a una guitarra haciendo el ventilador que rompe en mil pedazos cuando entonan aquello de “Que son 100 amapolas, las que robé de la virgen pa darte a ti, será lo que me descontrola”, en unos fraseos que nos llevan desde las calles de su pueblo extremeño a una rave en apenas un break. No descuidan ni la intención ni el nivel con “La brecha”, hablando de los veranos que pasamos en las calles, vistiéndola con unos aires a rumba-rock que sabe a gloria pura.
Rebajan el tempo con “Jaribe”, una sentida tonada llena de orgullo y poesía, en la que vuelven a reafirmar que sus canciones tienen un pie en el pasado y en presente, para regresar a las esencias “cañoroteras” de “Me da Igual”, elemento que también reluce en “Yesca”, donde por momentos se nos acercan a Los Chunguitos y Los Chichos, sorprendiendo un poquito más adelante con los aromas funk que infunden a “Siempre+”, para más tarde seguir ahondando las coordenadas ya mencionadas en otros cortes como “Quiero parecer”, “Septiembre”, la titular y dolorosa “Revolá” y la sentida “Llevadme a Extremadura”, plena de muestras de orgullo hacia su tierra, dando como resultado un disco profundo y emocional que sabe transitar por diferentes pieles sin perder el norte sonando orgulloso y reivindicativo a la par que emocional, al que como única crítica negativa quizás podríamos anotarle un número demasiado elevado de temas, sobre todo para estos tiempos donde las escuchas sueles ser livianas, algo contra lo que Sanguijuelas del Guadiana parecen querer luchar de las mejor forma posible con una convincente colección que sirve como primera y estupenda carta de presentación para una banda que ya ha colgado el “sold out” en dos de sus tres “Rivieras”, todas ellas previstas para el próximo mes de mayo de 2026, confirmando con este dato que estamos ante un proyecto llamado a hacer mucho ruido durante los años venideros, al menos así lo esperamos y deseamos porque estos chavales tienen algo que no se compra ni se imposta. Talento, convicción y mucha verdad.