Melomanía: Carlos Martínez (Carlos Vudú y el Clan Jukebox)

Hace unos meses tuvimos la oportunidad de entrevistar a Carlos Vudú y el Clan Jukebox, en aquel momento nuestro objetivo no era otro que hacerles hablar de todo lo relacionado con “Cartas Marcadas”, el disco con el que han debutado de manera inmejorable en nuestro siempre difícil mercado musical, gracias a una serie de canciones claramente asentadas en los parámetros que marca el rock americano más clásico. 

Hoy, tiempo después de aquella toma de contacto inicial con la banda, vuelven a ser protagonistas en “El Giradiscos”, en esta ocasión en la persona de Carlos Martínez, su vocalista y guitarra, quién no ha dudado ni un momento a la hora de participar en nuestra sección de “Melomanía”, a través de un texto en el que con ciertas dosis de pasión y épica, en la mejor tradición de las letras del gran Bruce Springsteen, nos habla de los cinco discos y canciones que más le han marcado a lo largo de su vida. 

Álbumes:

Ryan Adams- “Gold” 

No recuerdo quién me lo pasó ni en que momento, pero hubo un antes y un después de este disco para mí. Amplió los horizontes de la palabra rock, me enseñó a coger la acústica y desarrollar la idea de una canción a partir de dos acordes, olvidando un poco la doctrina del “riff por bandera”. Si lo que buscamos en un disco son canciones, en este las encuentras y muy buenas. Es un álbum con dieciséis temas y no encuentro ninguno que considere que no deba pertenecer a este disco. Desde la inmediatez de “Firecracker”, a la densa intensidad de “Nobody Girl”, pasando por la belleza de “When the stars go Blue”, el homenaje stoniano en “Tina Toledo’s” y la reposada “The rescue Blues”. Trabajo redondo en la producción de Ethan Johns. 

Los Rodríguez- “Buena Suerte” 

Siempre he pensado que el dúo Calamaro-Rot, es lo más parecido que hemos tenido por las calles de Madrid al celebérrimo dúo Lennon-McCartney. Tenían esa capacidad de coger una canción y convertirla en un himno. Nos enseñan como se debe cantar rock & roll en castellano, a coger influencias latinas y mostrarlas sin ningún tipo de prejuicio, como coger algo añejo y convertirlo en algo totalmente nuevo. Podría haber elegido cualquier de sus tres discos de estudio, pero me quedo con este porque creo que muestra su lado más desenfadado y crudo. Va ligado a la época donde empezaba a tocar la guitarra y no había una reunión de litros y guitarra, donde no se tocase una canción de Los Rodríguez.

Creedence Clearwater Revival- “Cosmo´s Factory” 

Llevo toda la vida escuchando a la CCR gracias a los discos que tenía mi viejo en casa. Creo que poca gente puede igualar el periodo creativo que atravesó John Fogerty del 68 al 70. En la cúspide de los discos de la Creedence creo que debe de estar Comos Factory. En él, se puede apreciar todas las principales vertientes del grupo. La vena country de “Lookin’ out my back Door”, la pantanosa “Run through the Jungle”, el rock & roll salvaje de “Travellin’ Band”, maravillosas versiones como “I heard it through the Grapevine” (por favor, escuchen la versión extendida de once minutos) “Ooby Dooby” o “Before you Accuse”, y por supuesto, temazos simples y directos que no duran más de tres minutos como “Who’ll stop the Rain” o “Up around the Bend”.

The Black Crowes- “The Southern Harmony and musical Companion”

Conocí a los cuervos con este disco, en una época donde casi todo el mundo que escuchaba rock americano, eran bandas del tipo Bon Jovi, Skid Row, Mr Big, etc. Y de repente te encuentras con unos tipos con pintas setenteras que hacían algo totalmente distinto. No se trataba de correr por el mástil de la guitarra ni de cantar más agudo que nadie, sino de emoción, y creo que este último componente, hace que soporte mucho mejor el paso del tiempo, porque, mientras que otras bandas han ido quedándose olvidadas en un cajón, los cuervos siempre han estado presentes. Poco se puede comentar de las canciones que integran este disco (excepto que muchos mataríamos por hacer un tema como “Remedy”), es mucho mejor sumergirse en la atmósfera de cada uno de los cortes. 

Bruce Springsteen- “Born to Run” 

Pienso que, con Springsteen no hay medias tintas; o te encanta, o te produce la más absoluta indiferencia. Yo pertenecía al grupo de los segundos, hasta que un día, vi el concierto en el Hammersmith Odeon del 75 y la cosa dio un vuelco de 180º. Fui corriendo a comprarlo y en cuanto lo escuché dos veces no me podía creer que no me hubiese dado cuenta antes de la grandeza de este disco. Lo que antes me parecían arreglos que recargaban las canciones, ahora los veía como adornos perfectos que ayudaban a darles un toque épico a las canciones. Las intro de piano de Roy Bittan en “Thunder Road” o “Backstreets”, el solo de saxofón de Clarence Clemons en “Jungleland”, y la voz de Bruce, desgarrada y ciega de fe, quedarán ya por siempre en los anales de la historia del rock. Es mi banda sonora perfecta para los momentos “no te rindas, no bajes los brazos”. 

Canciones: 

Tom Petty & The Heartbreakers- “Listen to her Heart”
El pasado mes de Junio tuve la suerte de ver a Tom Petty & The Heartbreakers en concierto, y es probablemente el mejor bolo que haya visto en mi vida, lo digo bien alto. ¡Los Heartbreakers son la mejor banda de rock & roll del planeta! Esta canción fue la encargada de abrir el repertorio y ya está grabada a fuego en mi memoria junto a ese momento. Elegida como single de su segundo disco, “You´re Gonna get It!”, contiene toda la frescura y desenfado de sus primeras composiciones. Es un claro ejemplo de la capacidad de Petty para crear un tema redondo a partir de un sencillo patrón. 


Bob Dylan- “It´s alright, Ma” (I´m Orly Bleeding) 
Creo que hasta que no escuché esta canción, no comprendí realmente lo que significaba Bob Dylan, la magnitud de su obra y el estado de gracia con el que dotaba a cada canción en esta época. Sobre una base musical que se va repitiendo en bucle a lo largo de toda la canción y con una melodía de voz hipnotizadora, el señor Zimmerman vacía el cargador de la mala leche, no dejando títere con cabeza, disparando imágenes que dejan al oyente en estado de shock. Sencillamente insuperable. 



La Cabra Mecánica- “Siesta”
¿A alguien se le podría ocurrir escribir una canción sobre alto tan supuestamente banal y castizo como la siesta? La respuesta es sí. Además con una gracia e ingenio del que solo Lichis parece poseer. Para mí es el Dios de las pequeñas cosas, sacando partido a cualquier escena cotidiana. Entre su amplio abanico de influencias musicales, en esta canción opta por la vía más pop-rock, que es la tónica general del disco que la contiene “Hotel Lichis”.



Dayna Kurtz- “From the bottom Up” 
Supongo que Dayna es una gran desconocida para muchísima gente. Yo la he visto en teatros, auditorios, salas de conciertos, bares, sola, acompañada de banda… y la sensación que me deja siempre es la misma, me toca la fibra sensible. Su voz me enamora, puede pasar del vendaval a la brisa en un segundo y en directo puedes comprobar el dominio que tiene de la guitarra acústica, como controla las afinaciones abiertas y el slide. Esta canción abre, el que para mí su mejor disco, “Another Black Feather”, y es perfecta para comenzar el día de subidón. 



The Beatles- “Hey Jude” 

¿Se puede ser más obvio? Seguramente no, pero me da absolutamente igual. Siempre he pensado que “Hey Jude” es la quintaesencia de la canción pop, una obra maestra en sí misma. McCartney nos enseña una lección magistral. ¿Hay algo más sencillo y efectivo que la parte final de esta canción? Tres acordes, una bonita melodía tarareada y ¡magia! La llevo escuchando desde que tengo consciencia y aún me sigue volviendo loco.