Eels: “The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett”

Desde siempre el arte ha servido, entre otras miles de funciones, como cauterizador, o cuanto menos como mecanismo para exteriorizar, del dolor o de los sentimientos trágicos que asolan al ser humano desde que éste existe. Ese contexto no le es ajeno a la música, y más concretamente al pop/rock, que a pesar de su carácter, en ocasiones, evasivo, también se sabe mover en esos terrenos. Un ejemplo de esa necesidad de desnudarse y poner sobre la mesa las miserias de uno, bajo una particular manera en la que también tiene cabida cierta ironía, es el del norteamericano Mark Oliver Everett

Eels, su pseudónimo artístico, lleva desde finales de los noventa utilizando las diferentes y variadas ramas de la música popular (folk, rock, blues, pop...) para conformar un particular y genial discurso en donde lo musical se cohesiona con lo personal/íntimo. Una destreza que ha superado el entorno discográfico para llegar hasta el literario, como así lo atestigua la autobiografía que editó hace unos años “Cosas que los nietos deberían saber”. 

A pesar de que su nuevo disco, The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett, ha sido editado en el tiempo con posterioridad a su predecesor Wonderful, Glorious, las canciones que lo forman son anteriores. Curiosa relación la que se puede establecer entre ambos trabajos, de alguna manera antitéticos, ya que si en aquel el sonido era más directo, eléctrico, más duro por decirlo de forma rápida y simple, el actual es mucho más delicado y repleto de instrumentación. Algo que sin embargo no impide que sea más crudo en lo emocional, rebuscando entre sus amores perdidos, las decisiones erróneas o las relaciones familiares. 

Estilísticamente este “nuevo” material puede pecar aparentemente en alguna ocasión de ser demasiado plano, precisamente algo no achacable en general a sus discos, ya que suelen ser bastante heterogéneos. Pero lo que puede ser una sensación en el contacto más inmediato con el álbum, a la larga lo que denota, y termina por imponerse, es un conjunto más específico, más cerrado y, también respecto a lo literario, perfectamente acotado. El resultado es a la larga un trabajo de una elegante presencia y personalidad. 

Dentro de ese folk minimalista que domina el disco, más como concepto que como ejecución, ya que el uso de la instrumentación va a ser muy habitual, destacan composiciones como Agatha Chang, con un tono más profundo, o la genial Parallels, donde se impone lo bucólico y en la que se incrusta ese tono de voz ligeramente rasgado, reproduciendo una mezcla muy atractiva. Bajo un aspecto más envolvente se va a mostrar en Lockdown Hurricane, apoyado en la sección de cuerdas y con un regusto a The Beatles, o en A Swallow in the Sun, más incisiva y en la que serán las insinuantes guitarras eléctricas las que tomen el papel dominante. 

Si en canciones como Mistakes of My Youth encontramos los momentos más melódicos, con una clara orientación hacia el pop, su contrapunto lo veremos en la misteriosa, casi tenebrosa, Dead Reckoning, en la que se dedica a recitar, o en la inquietante Series of Misunderstandings, que toma forma de canción infantil, también por su tono de cantar, y donde nos toparemos con versos como “I'd teach that motherfucker that raised you / How to treat you right”.

Mención especial requieren tres temas que son muy significativos en cuanto a sus títulos ya que desvelan a las claras el carácter conceptual, o por lo menos monográfico, que contiene el disco. Si el álbum se abre con la instrumental Where I’m At, y se cierra como Where I´m Going, en la que utiliza la misma melodía que la anterior pero ahora desarrollada bajo una ambientación que recuerda a Tom Waits, como también lo hará Gentlemen’s Choice, en medio se intercala Where I´m From, a base de un ritmo ágil y sedoso de folk a lo M. Ward. 

The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett es una muestra del Eels más sosegado y delicado, en cuanto a lo musical, pero por encima de todo otra nueva confirmación de que estamos ante una de las personalidades más especiales y atractivas del rock en la actualidad. Un disco que en un primer contacto puede sonar algo monocorde pero que rápidamente termina por imponerse dejando deslizar sus capas y matices. Todo ello bajo el manto de un trabajo introspectivo en el que desnuda sus miserias, esas en las que de una forma u otra todos nos podemos ver reflejados. 

Kepa Arbizu