Subtónica

La vida de un músico da muchas vueltas, cuantas bandas conoces que han dado por finalizada su aventura en este complicado campo artístico para luego resurgir y volver a formar parte de otro nuevo proyecto. Este es el caso del letrista y batería de la banda Estirpe, Javier Estévez, que después de toda la experiencia adquirida con este grupo, nos presenta ahora su nuevo proyecto: Subtónica


La guerra que respiro es el primer EP de esta nueva banda que se completa con Javier López y Curro Martín. Cinco temas son los que dan forma a la primera entrega de Subtónica con la producción de Pachi García Alis y que nacen de la inquietud de aquel que tiene música en las venas y necesidad de contar las inquietudes que le asaltan.

Pero Javier Estévez no sólo presenta banda y EP, además forma parte de un proyecto educativo en el que se pone al rock como herramienta educativa de muchas y diferentes materias. Junto a Luis Rubén Gallardo, presenta el libro Rock y Educación. Binomio para el desarrollo transversal de competencias, valores y cultura emprendedora, con el que demuestran el poder educativo que puede tener la música rock para muchas más cosas de las que pensamos. 

Llega “La Guerra Que Respiro”, vuestro primer trabajo bajo el nombre de Subtónica aunque se puede decir que vosotros ya sois veteranos en esto de la música. 

Javier Estévez: Sí, fundamentalmente yo con mi primera banda, Estirpe, que la fundamos hace un montón de años (risas) y ahora emprendí el proyecto nuevo de Subtónica pues hará casi un par de años o año y medio… un poco de una forma natural, comencé a recibir clases de guitarra, comencé a estudiar música, yo había estudiado batería pero nunca lenguaje musical, armonía, etcétera, y bueno como letrista que había sido toda la vida de Estirpe, no había escrito nunca la música pero sí que era el responsable de escribir las letras de las canciones, pues bueno mi pasión siempre en el mundo de la música desde adolescente era eso escribir las canciones por el mensaje, soy bastante aficionado a la poesía y bueno pues tenía esa inquietud y pese a dejar el grupo pues seguí escribiendo. Era mi terapia habitual y conforme fui dando mis primeros pasitos con mi guitarra acústica, algo que nunca había hecho, y ya con un pequeño estudio que me monté, bueno prácticamente lo que cualquier músico podemos tener en nuestro cuarto de trabajo con un ordenador y pocos medios, empecé a tontear con el piano, con las escalas, a jugar un poco a hacer música y poco a poco fui construyendo canciones al principio de forma muy básica y poco a poco me fui viniendo arriba como se suele decir y dije pues esto no esta tan mal. Mi profesor de guitarra en esa época que es el actual guitarrista de Subtónica, Curro Martín, era un poco con el que me iba escuchando esas premaquetas por decirlo de alguna forma, quedaba el bajo que ha sido otro compañero, Javier López, de Córdoba, y grabar la voz, lo primero pensé en algún compañero de Córdoba de mi generación, pero antes de dar ese paso como ya me iba barruntando el nombre de Subtónica, de hacer algo un poco diferente entre comillas, no a nivel musical sino de concepto de cómo enfocar la carrera de cómo hacer música, por eso de salirme de la tónica habitual y con eso de que estaba aprendiendo a tocar la guitarra y a estudiar armonía, pues ni corto ni perezoso me aventure a recibir clases de canto con una profesora cubana maravillosa. Fuimos probando, yo nunca había cantado y pasó algo parecido a lo de la guitarra, fui viendo que con bastante trabajo, con los ejercicios luego en casa de respiración y técnica vocal, las maquetas conforme pasaban los meses se iban mejorando considerablemente y finalmente creí que lo más sensato ya que eran mis canciones y mis textos era cantarlo yo pese a que cualquier otra persona con más experiencia lo habría hecho fantástico pero pensaba que me iba a quedar en algo similar a Estirpe, que otra persona cantaba mis textos y finalmente tome la decision de cantarlo y fui dándole forma a las canciones con Javier y Curro y en esa locura pues también la decisión de tocar la batería y cantar a la vez para hacer el proyecto incluso menos habitual y luego ya vino la producción con Alis, con Pachi, y ya todo el trámite de la produccion y de embarcarte en la grabación pero los inicios de una forma muy natural ya te digo. 

Me da a mí que eres un poco culo inquieto. 

Javier Estévez: Sí (risas). Yo creo que después de tantos años en la música habiendo fundado un grupo de rock duro, con multinacional, con independientes, pateando España y parte del extranjero... llegaba un momento en que quería reivindicar lo que soy y no lo que quiero ser, en el sentido de que cuando en la adolescencia fundas una banda tienes tus ídolos y tus grupos, quieres ser como ellos girar y tocar en el Calderón y luego te das cuenta que como mucho tocas en la Caracol y te puedes dar por satisfecho [risas]. He querido que Subtónica forme parte de mi vida en todos los sentidos. Yo soy profesor actualmente y doy clase en la universidad y ya no es momento de como antiguamente te decían que si vivías de la música y todos hacíamos la consigna de decir que si nos preguntaban eso habia que decir que sí porque hay que dar esa imagen.. no estoy ya en esa etapa estoy en una etapa en que necesito hacer música, necesito escribir canciones, creo que es una forma de activismo musical más allá de que si la luz la pago con los conciertos o con otro trabajo que desempeñe. Pero la profesionalidad, la ilusión, es la misma que la de los que se están dedicando de pleno a esto y sobre todo con libertad, total libertad artística en ese sentido. 

Da la sensación de que los artistas estánn cada vez más en esa posición de sacar la música más por la necesidad de hacer música que por querer vender, parece que cada vez más están pidiendo a gritos esa libertad. 

Javier Estévez: Totalmente. Creo que además se está viendo. Sólo hay que ojear vuestra web, u otros portales, como artistas desconocidos, los escuchas y descubres que hay trabajos realmente fantásticos, un nivel creativo que, estoy de acuerdo contigo, hace unos años quizá lo había pero con la perspectiva de satisfacer unas ventas, a un público, a unos festivales que tienen unas normas, unos estilos definidos, y creo que el que es músico, es músico para toda la vida y necesita componer y crear desde el alma, con el corazón y lo demás ya vendrá. Eso es muy bonito decirlo ahora pero el problema es que cuando uno tiene 18 años y saca un disco y lo ha fichado una compañía, es complicado gestionar eso. Ahora a toro pasado es más fácil posicionarte y decir: “aquí estoy yo, estas son mis canciones, venda mucho o venda poco esto es lo que hay”. También creo que a la par, la evolución tecnológica y los cambios de hábitos de consumo han hecho que todo sea más difícil pero a la vez que la gestión integral del artista sea complicada pero no sea imposible. Yo creo que una persona controlando un poco nivel web, plataformas, redes sociales y con un poco de promoción puede dar un paso significativo en el mundo de la música, hace diez o quince años sí que era mucho más complicado. 

Ahí tenemos un tira y afloja, en el sentido de que gracias a internet está más abierta la ventana para ver nuevas bandas, nuevas propuestas pero también es más difícil que el público se asome a ver qué hay con tanta oferta. 

Javier Estévez: Porque hay mucho, hay un volúmen de propuestas que a ver cómo se canaliza… Yo siempre digo que lo de las redes sociales está fantástico pero que claro, no por el simple hecho de sacarte una cuenta de twitter o facebook fácilmente puedes llegar a tu público potencial... pero sí es cierto que tu entorno más cercano, algo parecido a lo que en los 90 sería tu primer concierto en un garito en un local que viene tu familia, tus amigos, eso hoy día se puede trasladar a las redes sociales, lo que es tener tu web tener tus vídeos en youtube tener un poco ese organigrama de tu trabajo pero por supuesto, solo por estar ahí no están las puertas abiertas, hay que asomarse porque también hay muchas propuestas y es complicado llegar. 

Creo que juega un papel importante que la gente haya perdido tanto la inquietud por las cosas nuevas, va a lo fácil, a lo que le dan. 

Javier Estévez: Sí, puede ser. Te das cuenta en las nuevas generaciones que hay gente adolescente que ha vivido en un sistema en que cualquier gran banda saca un disco y se lo baja y lo tiene. Es una inercia a la que se están acostumbrando y que provoca el adormecimiento del que hablamos, que a lo mejor en los 90 estábamos locos porque tu amigo te grabase en cinta el disco de no sé quien y habia esa avidez por conocer en las propias tiendas cuando escuchabas con los auriculares… Yo creo que Spotify, pese a la extremadamente baja remuneración para nosotros los autores, yo soy defensor de la plataforma, creo que es eficaz y está calando en la gente. Creo que por ahí deben ir los tiros. 

Creo que estamos en una transición aún, pero un papel importante lo tiene que jugar la empresa, porque al final si la remuneración del producto es más para ellos que para los creadores a mi ahí me falla algo, pero bueno. 

Javier Estévez: Claro, sí... 

Vamos a centrarnos un poco en “La guerra que respiro”. Háblame de este EP y de por qué sacar un EP con 5 temas. 

Javier Estévez: Pues era algo que llevaba dándole vueltas, yo con mi banda anterior nunca habíamos grabado un EP siempre eran 10, 12, 14 canciones, y esta vez creo que era una muy buena forma de empezar, 5 canciones relativamente distintas entre sí pueden dar una idea de lo que el artista te puede ofrecer en el futuro, no llega a ser ese single con uno o dos temas solamente y tampoco es caer en un disco que a lo mejor metes temas de relleno, yo tenía compuestas 14 canciones, era la primera vez que me metía en un estudio a grabar voces con temas compuestos y escritos por mi, y dándole vueltas un poco con el productor con Pachi (Alis) llegamos a la conclusión de que era una buena forma, él también lo vio bastante bien y creo que en resumen intento que 5 canciones definan por donde van a ir las líneas musicales o estilísticas del proyecto de Subtónica y en el futuro obviamente sí que grabaremos un disco. hoy día es muy difícil darte a conocer y en ese sentido, pensando también en la promoción la difusión de los vídeos, etcétera, cuesta mucho que te escuchen un tema con lo cual a lo mejor para un primer disco que no tienes unos seguidores, no hay un público ahí esperando, quizá grabar 10 temas era demasiado y por eso pensé que era bueno romper con la dinámica que había hecho hasta ahora y grabar 5 temas. 

Aún con todo tenéis incluso una edición especial del disco en físico limitada que me parece muy interesante. 

Javier Estévez: Sí la verdad que está bastante bien trabajada. Quería darle ese plus, un poco en la línea de lo que hablábamos, de aportar algo material para cautivar a ese comprador de lo físico y se nos ocurrió en ese ánimo colaborativo y de establecer sinergias con otros artistas afines, Fernando Sendra, un artista fotógrafo y diseñador de aquí de Córdoba, le pase las canciones, él se nutrió del mensaje de lo que querían transmitir, de lo que le inspiraban y le sugerían, y plasmó en unas fotos tratadas digitalmente una serie de objetos de escenas que reflejaban cada canción. Esas fotografías se incluyen en la edición limitada junto con un marco portafotos donde cada uno puede ir cambiando la foto de cada canción y me parecía algo interesante también jugar con la disciplina artística de la fotografía del diseño gráfico; él también ha diseñado la carpeta, la portada, todo el arte del disco y resultó fantástico porque pusimos cien ediciones online y se agotaron y esta practicamente todo vendido y me ha sorprendido bastante como con un proyecto nuevo cuando realmente al público le das un plus, un algo diferente y tienes la suerte de moverlo un poco por internet y la gente responde. 

Eso va unido a lo que hablábamos, el público es más difícil de convencer pero una vez que le das algo que merece la pena, al final responde. 

Javier Estévez: Sí, eso sí es cierto. Quizá los grupos que hemos estado en compañías tenemos nuestra parte de culpa de haber estado en un sistema en que la industria se olvidaba de ese feeling del seguidor y del músico que sí, los grupos lo teníamos, pero a veces caíamos en discusiones eternas con las compañías cuando lo único que pensaban era solamente en números y al final eso se ha vuelto en contra de la música un poco. 

¿Cómo ha sido trabajar con Pachi García Alis? 

Javier Estévez: Lo admiraba desde hace mucho tiempo, musicalmente lleva enfocando su carrera en una línea muy diferente a lo que yo hacía con mi antigua banda, pero nos hemos tenido admiración desde siempre, trabajamos con él de técnico de sonido hace muchísimos años, estuvo en Viñarock, Festimad, luego él empezó a sacar sus trabajos, maravillosos, personalmente creo que su primer disco es una joya y simplemente un día venía de un viaje y hacía tiempo que no hablábamos y le dije: “oye tengo un proyecto, te quiero mandar las canciones y ver qué podemos hacer” y a los dos días me devolvió la llamada y me dijo: “oye, que esto me parece fantástico, esto puede ser muy interesante…” quedamos, nos hemos entendido a las mil maravillas y es una persona de la que he aprendido muchísimo. Como productor/compositor tiene un talento fuera de lo normal y además me encanta cómo enfoca su carrera dentro de su vida, mantiene los pies en la tierra, el sentido común en todo lo que hace y para mi ha sido un honor y un lujo aprender de él. 

Cuéntame un poco más acerca del proyecto que tienes con Luis Rubén Gallardo, “Rock y Educación”. 


Javier Estévez: En paralelo a toda esta etapa en la que Subtónica iba naciendo, pusimos en marcha en la Universidad de Córdoba un curso llamado “Aplicaciones didácticas del rock” en el cual después de que el gobierno haya dinamitado la música y prácticamente las humanidades en la formación reglada, pues nosotros lanzamos una propuesta de introducir de forma transversal aplicaciones del rock, sobre todo también el rock como música underground, que no tiene que ser si la guitarra tiene más o menos distorsión, me vale cualquier grupo undergropund del pop e incluso el hip hop también podría entrar. Se trata entonces de elaborar un protocolo de aprendizaje de innovación docente en muchas de las asignaturas que se pueden impartir, el curso tuvo un éxito increíble, se agotaron las plazas, nos escribieron de muchísimos sitios de España y tomamos la decisión de escribir un libro, básicamente basado en ese curso, en esa experiencia, pero dando un paso más a modo de ensayo científico dando unas propuestas también para formadores. El libro se divide en tres bloques, el primero más ensayo científico, el segundo más cómo poner en marcha un grupo donde yo hablo mucho de mi experiencia en Estirpe, y la última son una serie de fichas didácticas para formadores para ver cómo pueden introducir, cómo se puede enseñar economía a través del rock, cómo se puede enseñar electromagnetismo, en fin, otras disciplinas que a priori parecen demasiado separadas pero que luego no lo son tanto. 

Carlos Fernández