Alberto Manzano: "Antología poética del rock"

Por: Txema Mañeru

¡Un pedazo de libro como este y con semejante título sólo podía llevar la firma de Alberto Manzano! Él es desde hace un buen montón de años uno de nuestros más ilustres traductores de canciones. Ha destacado previamente por sus trabajos sobre Leonard Cohen. Un magnífico ejemplo fue "Leonard Cohen: Conversaciones Con Un Superviviente" (Lenoir Ediciones). A Manzano le ha entregado el canadiense muchas de sus entrevistas más reveladoras y personales. También publicó "Apóstoles Del Rock" (Lenoir Ediciones), libro en el que el canadiense tenía presencia especial, pero también la tenían otros de sus favoritos como Peter Hammill, David Crosby, Nick Cave, John Cale, Steve Earle, Marc Almond, Jackson Browne, Kevin Ayers, Pat McDonald o Elliott Murphy. Por cierto que de este último publicó hace 5 años un completísimo libro de amplio formato como "The Unfinished Complete Lyrics Of Elliott Murphy" (Lenoir) en la que demostró una vez más sus grandes dotes como traductor. Alberto, además escribe en algunos de los medios musicales más prestigiosos del país, comenzando por Ruta 66 y Rockdelux, pero también en Ajoblanco o El Europeo. Además no es ningún poeta frustrado pues ya ha publicado poemarios como “Para Los Que No Pueden Hablar” o más recientemente “Puente Del Alma Y La Luna”, para los que le hicieron los prólogos Luis Eduardo Aute y Enrique Morente devolviéndole favores de anteriores adaptaciones de letras al castellano. El libraco aparece, de hecho, en la Colección “Poesía Hiperión”, que está ya próxima a las 700 referencias y junto a títulos de autores como Enrique Jardiel Poncela, Maule Juliá, Adolfo Alonso Ares, Rubén Tejerina, Paula Bozalongo, Nguyen Do o Li Quinghzao. Concretamente, no sé si por su temática de rock & roll, pero hace el número 666.

Pero quizás sea con esta "Antología Poética Del Rock" (Hiperión) el libro en el que más trabajo ha volcado. Se trata de un grueso tomo de más de 650 páginas en las que aparecen infinidad de letras en inglés y traducidas por él mismo al español de compositores que Alberto cree que pudieran llegar a la categoría de poetas. Son canciones pero fluyen y pueden llegar a mucha gente de la misma forma en la que lo hace la poesía. Previamente escribió también para la Editorial Hiperión un calentamiento más breve y también recomendable por sus datos y frases curiosas como es "Aforismos, Dichos y Refranes Del Rock". Puedes conseguir ambos libros y muchas otras obras literarias más en www.hiperion.com.

 En este nuevo libro se salta todos los estilos musicales y todas las épocas. Quizás por ello y para seguir una especia de orden se ha decidido por hacerlo cronológicamente. Comienza hace más de un siglo por el seminal Leadbelly y tras él llegan los capítulos más breves dedicados a las primeras décadas del siglo pasado y con nombres clásicos del blues, el jazz o el country como Blind Lemmon Jefferson, Ma Rainey, Robert Johnson, Rodgers & Hart, Hank Williams. Ya en los 50 comienza el folk combativo y el rock’n’roll con las firmas de Woody Guthrie y Chuck Berry.

Los siguientes 5 capítulos (de los años 60 al nuevo milenio), superan o bordean todos las 100 páginas cada uno y la variedad es inimaginable. Además de sus habituales y ya traducidos autores nos sorprende con otros grandes letristas como Captain Beefheart, Syd Barrett, Randy Newman, Larua Nyro, John Cipollina, Gil Scott-Heron, Nick Drake, Jim Capaldi, Marvin Gaye, Pete Sinfield (King Crimson), Frank Zappa, Robert Wyatt, Joe Strummer (The Clash), Robert Smith (The Cure), Ian Curtis (Joy Division), Jello Biafra, Alice Cooper, Jim Carroll, Michael Gira, Tom Verlaine, Rickie Lee Jones, Vic Chesnutt, Brian Eno, Public Enemy, Spearhead, Kurt Cobain, Elvis Costello, Mike Scott (The Waterboys), Beck, Bonnie “Prince” Billy, Warren Zevon, Kurt Wagner (Lambchop), Ben Harper, Mark Linkous (Sparklehorse), Justin Vernon (Bon Iver), Lucinda Williams, Mark Lanegan, Björk o Beth Orton para finalizar.

 Como siempre en estos casos habrá quienes no estén de acuerdo con todos los nombres aparecidos y quienes hubieran metido otros diferentes. Eso no resta valor alguno a la magnífica selección de canciones y artistas que ha hecho Alberto guiándose, en este caso, más por sus gustos literarios que por los musicales, aunque ambos tiene su reflejo entre tal amalgama de artistas. ¡Un libro que pudiera acercar a aficionados al rock hasta la poesía o a aficionados a la lectura de poemas al maravilloso mundo del rock de autor!