Thunder: “All You Can Eat"

Por: Txema Mañeru 

¡Suculento y apetitoso menú el preparado por los cinco chefs de Thunder con tres estupendos platos para chuparse los dedos! Lo pueden saborear por igual todos los degustadores de esta banda, pero también cualquier seguidor del mejor hard-rock. Los Thunder supusieron una bocanada de aire fresco para el hard-rock británico de fines de los 80 y los 90. Hicieron el equivalente a los Black Crowes al otro lado del charco. 

El gran cantante Danny Bowes y el fantástico guitarrista Luke Morley venían de disolver la ahora banda de culto, Terraplane. Pero entraron como un trueno en la escena rockera de la época y adquirieron una gran repercusión popular acompañada de buenas críticas. Su popularidad subió como la espuma de una buena cerveza y consiguieron posición de estrellas en un Japón totalmente entregado a ellos. El caso es que tras siete años de ausencia decidieron regresar hace un par de años. Así firmaron el pasado año su décimo disco de estudio y uno de los tres mejores de su historia. Te hablamos de un "Wonder Days" (e.a.r.MUSIC / Top Artist) que suena realmente maravilloso. Al mejor hard-rock atemporal con ecos a ZZ Top, Status Quo, Aerosmith, Free o los mismísimos Thin Lizzy

Pero ahora querían dar su agradecimiento a los fans por la buena acogida recibida de nuevo y lo hacen con este menú completo y bajo en calorías, pero muy alto en calor proporcionado por el rock'n'roll y por una banda en perfecto estado de forma. Se trata de un menú de esos que los fans no pueden dejar de degustar. Un cuádruple digipack con un completísimo libreto de 24 páginas. Dos compactos y un extensísimo y variado DVD con todo lo que los seguidores de un grupo quieres saber y poseer. 

El CD 1 es su particular "Starter" y se titula "Live At Rak Studio 1". Capta la grabación del magnífico "Wonder Days" en el estudio. Comienza con el fantástico tema homónimo, un gran medio tiempo con los exquisitos punteos de Morley. Fliparás de nuevo con la melodía y el estribillo de su "Resurrection day" combinado con sus duras guitarras. Te divertirás con sus rock'n'roll fulminante a lo Status Quo de "I love the weekend". También con el buen boogie rock de "Serpentine" esta vez más cercano a los ZZ Top. Al "Be good to yourself" de Andy Fraser, Bowes le dará su particular toque Fogerty en la voz. Y hablando de dicho cantante y de versiones acaban consecutivamente con un estupendo "The rocker"de Thin Lizzy, el genial funk-rock con el "Superstition" de Stevie Wonder y un explosivo "Up around the bend" de la mismísima Creedence. Pero todavía quedan el "I'm down" de los Beatles y el brutal "The stealer" de Free. ¡Menos mal que era un entrante! 

El CD 2 es el "Main Course" y se titula "Live At The Brooklyn Bowl" y ya sabes en que consisten pues sus ingredientes. Un inicio espectacular con "Backstreet Symphony". Su espectacular balada con el público coreándola, "Low life in high places". El gran blues pesado a lo Free en "Be good to yourself", con sus punteos espectaculares. Un "Wonder days" más furioso que en el disco original y que en el directo del estudio del primer disco y más ZZ Top. También suben su ya caliente temperatura las versiones de "The rocker" y el más contagioso que nunca "Up around the bend". El final con la épica "Just another suicide" y sus emotivos punteos, es un colofón genial. 

El DVD es "Dessert". ¡Menudo postre visual y sonoro! Se titula "Wonder Days. The Film" y la parte central es un completísimo documental de 70 minutos con amplias entrevistas, la grabación del disco en el estudio y muchas imágenes en directo. En los extras hasta 19 temas en directo con lo mejor del Rak Studio1 y del Brooklyn Bowl, pero también con seis perlas tituladas "Live At Loud Park". "Dirty love" es un inicio sucio y brutal. "River of pain" muestra un estribillo lleno de garra y "I love you more tan rock'n'roll" lo dice todo desde el título. Es una pasada verles interpretar con la audiencia entregada esa grandes baladas que son "Low life in high places" y "Love walked in", con sus grandes punteos. También ese festivo final con su adorada Creedence. ¡En definitiva un manjar completísimo con más de cuatro horas de música e imágenes de una gran banda que atraviesa una segunda juventud!