The Urban Voodoo Machine: "Hellbound Hymns"

Por: Txema Mañeru

¡Tienes que conocer ya a esta “dirty dozen”! The Urban Voodoo Machine son a veces más de una docena, pero sí que son realmente sucios. Al frente de la máquina británica, el noruego Paul-Ronney Angel y un estilo musical que hacen ellos solos y definen a la perfección con el nombre de Bourbon Soaked Gypsy Blues Bop ‘N’ Stroll. ¿A qué promete? Pues bien, estos borrachos infernales suenan con ecos del folk-punk de The Pogues combinados con la fanfarria infernal del Tom Waits del “Rain Dogs”. Por en medio la agresividad mamada del primer Nick Cave, del country punk más salvaje y los más implacables Social Distortion. 

Aunque llevan ya más de una docena de años y tienen un mogollón de referencias discográficas tanto en compacto y más aún en vinilos, yo los descubrí hace tres años con el fantástico “Rare Gumbo – EP’s, B-Sides And Assorted Pieces" (Cadiz Music / Karonte). 22 variadas piezas en las que además de los nombres de los Pogues y Tom Waits, surgían los de Dr. Feelgood, The Godfathers, The Cramps, Link Wray, Vinicio Caposella o John Lee Hooker. Lo bordaban con un brutal ‘Hells bells’ de los AC/DC y hasta nos afilaban los dientes para verlos en directo con dos bonus-tracks sobre las tablas y a toda pastilla. 

Pues bien, ahora nos traen otro estupendo y festivo (musicalmente) disco marcado por el brindis a dos miembros básicos del grupo recientemente fallecidos. El veterano guitarrista y compositor Nick Marsh, que estuvo en los estupendos Flesh For Lulu, y el jovencísimo Rob ‘The Kid’ Skipper. “We will sing and we will dance. We will drink and we will laugh. We will not forget the past and our fallen brothers” ¡Qué bonito, alegre y emocionante! Pero hay más emoción todavía en las trece canciones del disco. Comienzan con la locura histérica y el music hall alucinado de "While we were all asleep", guapas guitarras eléctricas y juguetonas percusiones. Saltan a ritmo de be bop y swing con el acordeón del multi-instrumentista Slim en "Love and addiction" mientras que suenan melódicos y como The Pogues en clave jazz en la guapa historia de "Shattered dreams", con el trombón de “Le Boner”. Emulan a Ray Charles en "Hit the road rag" con jazz años 20 pero como si lo cantara Tom Waits y te emocionan con el arranque en forma de balada a lo Mike Ness titulado "The ghost from my bastard past". Pero ojo, que luego se convierte en country punk con armónica a lo Dr. Feelgood y vientos.

La (poca) calma total llega con el precioso lento country-folk, "Baby’s turning blue". Es una falsa alarma pues salta al rhythm & blues cañero con crudas guitarras titulado "All mixed up". Otra vez que se salen también con piano y armónica. En "Let you rot" los Pogues se transforman en banda de rockabilly con un flipante contrabajo saturado y más vientos. "Rusty water & coffin nails" suena a puro country a lo Hank Williams. 

Todos los temas son de Angel con la excepción del "Destiny angel", del fallecido Nick Marsh. Una preciosidad en clave de western rock entre Ennio Morricone y Tarantino. A Nick y a “The Kid” va dedicada "Fallen brothers" con su sonido al Tom Waits del “Rain Dogs”. Además todo suena cojonudo con gran producción de Angel, J-Roni-Moe y Alex McGowan. El McGowan también se encarga del sonido y en la masterización le ayuda otro salvaje como Jim Jones, sí, el capo de The Jim Jones Revue. Se despiden con la nana tierna, pero también inquietante, y con su toque especial en "Lullabye". ¡Una gozada que sería aún mayor si vinieran a tocar por aquí con nuestros Dead Bronco!