Entrevista: Said Muti


"En el nuevo orden surgido a partir del caos encuentro un placer indescriptible"


Por: Kepa Arbizu


Si hasta este momento para definir al músico canario Said Muti había sido lógico hacer mención al espíritu rockandrollero más inmediato y visceral -ese que tiene como principal mentor a los Stones- como eje central de su propuesta, la cosa ha cambiado, o se ha ampliado, para su nuevo disco, "Habitación 828". Flanqueado por Ricky Falkner, que ejerce de productor e instrumentista, su batuta experta encamina las nuevas composiciones hacia un resultado que supera una categorización rígida para centrarse en la creación de un ambiente mucho más detallista, y por lo general intimista, añadiendo a esa ecuación un tratamiento más reposado y bajo un amplio abanico de influencias, haciendo salir nombres a relucir como Bunbury o Quique González. Todos motivos más que sobrados para ponernos en contacto con su autor, momentos previos al inicio de la gira de presentación, y colarnos hasta dentro de su "nueva habitación"...

Aunque sea un tópico no me puedo resistir a empezar con esta pregunta, ¿qué hay tras esa Habitación 828 que da nombre al título de tu nuevo disco? 

Said Muti: Detrás de la puerta de la Habitación 828 hay historias, muchas historias. Sucesos comunes que inevitablemente nos unen. Antes o después cada uno de nosotros hemos vivido situaciones parecidas a las que se narran en las canciones. Además, la inestable y paradójica vida del músico te pone en circunstancias poco comunes que acaban convirtiéndose en eternas al ponerles música. No es coincidencia que no haya ninguna canción que reciba el nombre del disco. Me gustaba la idea de que los temas tuviesen un marco común y una habitación de hotel es sin duda un lugar genial para coincidir. 

Centrándonos en lo musical, aquí hay un cambio de escenario de tu música, transformas un sonido inmediato y directo por uno con más matices, mayor instrumentación e incluso más reflexivo, ¿el cambio y no caer en la repetición son ingredientes de tu manera de entender el rock and roll? 

Said Muti: Por supuesto, creo que a la hora de hacer discos hay que tener siempre presente el no repetirse, no seguir usando patrones que en un momento dado consideraba ideales. Es parte de la evolución propia, tanto como persona o como músico. No me gusta la idea de hacer siempre lo mismo, de estar en el mismo lugar. En el riesgo y en cierta manera en el nuevo orden a partir del caos encuentro un placer indescriptible.

En cuanto al sonido, estas canciones pedían algo diferente. Quizás menos visceral y más maduro y contundente. La idea era que cada instrumento tuviese la presencia meramente necesaria sin forzar ninguna línea sobre otra. A partir de ahí, creo que conseguimos lo pretendido; simplemente hacer con cada canción lo que nos iba pidiendo a medida que trabajábamos en ella. Ha sido sin duda, un proceso muy bonito y enriquecedor. 

Para este camino cuentas con la producción y la participación de un maestro en este tipo de sonidos, Ricky Falkner, ¿cómo surge la decisión de contar con él, tenías su nombre ya en mente antes de tener las propias canciones y el concepto del disco o fue tras ver la clase de temas que tenías entre manos cuando decides recurrir a él? 

Said Muti: Conocía a Ricky de hace bastante tiempo. He seguido su trayectoria y sin duda alguna me parece uno de los mejores músicos y productores de este país. Soy un fiel seguidor de su banda; Egon Soda y básicamente hablamos el mismo idioma en cuanto a concepto se refiere. Tenía algunas canciones compuestas antes de hablar con él, no obstante, seguí escribiendo a sabiendas de que todo sería diferente. Acordamos buscar otros sonidos y enfocar los temas de otra forma, menos directa y planteándonos que lo importante era conseguir lo mejor para la canción; sería algo así como: “todo por y para la canción”. Es un filosofía que ayuda muchísimo a la hora de trabajar. Sabes perfectamente en que momento estás y si es buena o no. Ciertamente, trabajar con él ha supuesto un cambio muy positivo a la hora de escribir y producir. Tiene las cosas muy claras y eso se nota en el resultado. 

Un disco así, con más matices, una musicalidad mayor, tan variado.. ¿ha supuesto también un trabajo mayor, más meticuloso en el proceso de grabación? 

Said Muti: No creo que sea una cuestión de mayor o menor. En este caso se trata de elegir otro camino y entender el proceso de manera diferente. La meticulosidad vino entendida por conseguir que la canción llegase al lugar que se merecía. Nos amparamos en los detalles. Desde pequeño me gustaban mucho los discos en los que a pesar de escucharlos cientos de veces, acababa encontrando algo nuevo, un arreglo que no habías escuchado. En "Habitación 828", jugamos a tratar de conseguir algo así. Ricky conoce con sobrada solvencia ese terreno. En sus discos siempre hay nuevo que descubrir, un arreglo, un sonido, un silencio que no percibes en las primeras escuchas pero que está ahí, esperándote para golpearte y sorprenderte tiempo después. 

En una entrevista decías que "De tripas Rock n Roll", tu anterior álbum, era un disco nocturno, ¿estaríamos ahora ante uno que refleja la mañana después de esa noche?

Said Muti: Es una curiosa forma de verlo. No lo había pensado. Sin embargo, yo no lo entiendo así... Creo que en “Habitación 828” hay muchas historias que se entrelazan y no tienen porque definirse como de noche o mañana. Concretar el espacio temporal en este disco sería limitarlo demasiado. Tenía mucho que contar e incluso he ido mas allá de lo que algún día pensé que podría escribir. De alguna manera, compongo de adentro hacia afuera después de haberlo hecho de afuera hacia dentro. Como compositor, uno nunca debe olvidarse de vivir las canciones en primera línea de fuego. Hay muchas personas reflejadas en el disco. Cada una de ellas ha conseguido colarse por la rendija de la realidad para acabar siendo canción. 

En medio de ambos trabajos publicas un directo en el Auditorio Alfredo Kraus, ¿qué papel juega en el desarrollo hacia el sonido adoptado en este nuevo disco? 

Said Muti: Ese fue un disco de despedida de “De Tripas Rock N Roll”. Lo sentí así, habíamos hecho muchos conciertos con esos arreglos y ese sonido. Pensé en cerrar una etapa y la mejor forma de hacerlo fue con ese directo en el Auditorio Alfredo Kraus, lugar emblemático y cerca de las personas que me han visto crecer como artista. No tiene más pretensión que la de mostrar lo que hicimos sobre las tablas en esos dos años tan gratificantes que nos dio el primer disco. 

Este disco pese a plantear un ambiente sonoro común se expresa de forma variada y recoge nuevas influencias, con algunos momentos realmente destacados como el excepcional soul que te marcas en "Balada de Kid Fracaso"… 

Said Muti: Siempre quise hacer un disco en el que el horizonte sonoro fuera común pero con pinceladas a otros géneros y sonidos con los que he aprendido y me siento identificado. En ocasiones, es muy complejo etiquetar los estilos. El abanico es tan amplio y las interpretaciones tan variadas que un mismo álbum puede ser de pop, indie o rock. Con la “Balada de Kid Fracaso” por ejemplo, no hay lugar a dudas. Se trata de una balada soul con todos los ingredientes. Un ejercicio de estilo que tenía muchas ganas de hacer y una de las canciones que más disfruto a la hora de tocar en directo. 

A pesar de ello sigue habiendo ciertos ejemplos de rock and roll eléctrico y visceral, por ejemplo "Dispárame", ¿es esa una faceta que tampoco quieres arrinconar? 

Said Muti: “Dispárame” es por ejemplo una de las canciones que rescaté del cajón. Apareció en directo en una época de cambio y después decidí no tocarla más. No estaba del todo conforme con ella. Cuando se la planteé a Ricky, la eligió sin dudar. A la hora de producirla, fue de las más divertidas. Nos dejamos llevar por el espíritu de Bonham y Page. No marcamos ninguna frontera.

En efecto, es una faceta que no me gustaría arrinconar. Los que me conocen saben que soy muy visceral y es una parte de mí que no quiero esconder. Con este tipo de canciones, sale a la superficie mi lado menos habitual. Lo disfruto y además veo como los demás también lo hacen. Además, es como tocar un clásico del rock pero habiéndole puesto tu la letra y la música. En cierto sentido es como reencarnarse y viajar en el tiempo. 

La banda de la que te has rodeado para grabar también ha cambiado, ¿cómo ha sido esa elección y cuáles son los motivos, siempre tuviste claro que estos eran los músicos adecuados para hacer un disco así? 

Said Muti: En ese sentido, deposité toma mi confianza en Falkner. Desde el principio me comentó que le gustaría contar con su equipo habitual. Estuvimos tres semanas en La Casa Murada (Tarragona). Celebramos la amistad y sobre todo trabajamos para conseguir el mejor resultado. Ha sido un placer contar con profesionales de la talla de Alex Vívero (Guitarras), Xavi Molero (Batería), Baldo (Piano), Jordi Mora (Ingeniería) y el propio Ricky en el bajo y Hammonds. Se conocen desde hace mucho tiempo y es muy sencillo trabajar con ellos. Pillan todo con una rapidez asombrosa y además son maravillosas personas. 

Ambos discos han sido posibles gracias a campañas de micromecenazgo, ¿es una decisión que te gusta por su naturaleza o lo utilizas como remedio para poder sacarlos adelante; dicho de otra manera, si tuvieras más recursos recurrirías a dicho método? 

Said Muti: El micromecenazgo permite a los artistas mantener un pulso con el público. Digamos que es algo así como el termómetro que mide la apetencia que hay por el trabajo que realizamos. El hecho de comprar el disco antes de su lanzamiento es sin duda un acto de confianza extra que aportan los seguidores. Cierto es que se trata un sueño de libertad en comparación con la industria tradicional de la música, pero por otro lado la responsabilidad es enorme, no tienes un “jefe” tienes trescientos. En ambas ocasiones hemos superado con creces el objetivo inicial y me siento muy agradecido y correspondido con los seguidores. Eso nos ha permitido mejorar todo el proceso y conseguir un resultado más satisfactorio. Las fórmulas de financiación son muy variadas y cada uno recurre a la que se adapta a sus condiciones. Por mi parte, el saber que hay tantas personas que creen en las canciones que escribo me anima y me impulsa a seguir creando y trabajando en este maravilloso oficio.

Has participado en giras con gente "llena estadios" como Fito y Fitipaldis, Dani Martín o Elton John, ¿se siente uno muy diferente rodeado de tantos espectadores frente a los conciertos habituales con cifras mucho más modestas?

Said Muti: Ha sido un honor y un placer estar presente en esos escenarios. Además, con artistas que admiro y respeto. Estoy eternamente agradecido, pero no, no te sientes diferente. Lo único que para mí cambia de esos conciertos a los que suelo hacer, es que te enfrentas a un público que técnicamente no ha venido a verte a ti. Tienes que convencerlos y sorprenderlos para que escuchen la música que haces. Se trata de una oportunidad única de mostrar la creación ante personas que probablemente no la hayan escuchado antes. Un enorme escaparate en el que tocar y crecer. 

Eres de las Islas Canarias, ¿crees que vivir alejado de los centros musicales como pueden ser Barcelona o Madrid es un elemento que añade cierta dificultad u obstáculos a la hora de manejar ciertas aspectos (promociones, giras, repercusión...)? 

Said Muti: En la era de la comunicación eso cada vez es menos problema. Las grandes ciudades brindan oportunidades que en ciudades más pequeñas quizás la probabilidad sea menor. No obstante, estamos bien comunicados y viajo constantemente a Madrid o a cualquier otro lugar para todo lo relacionado con mi trabajo. Por motivos personales, me ha tocado estar un periodo más amplio en las islas, y trato de disfrutarlo al máximo. La vida. Eso no quita para que siga trabajando y tocando mis canciones allá donde se quieran escuchar. Estoy convencido de que cada vez las “fronteras” dentro del territorio nacional serán menores y que el talento al final acabará por abrirse camino de una u otra forma.