Carolina Durante vuelve con su homónimo más provocador

Por: Blanca Solà 

Carolina Durante no desaparece. La banda madrileña vuelve a la carga esta primavera con su homónimo. Carolina Durante por Carolina Durante. Siempre he pensado que hay bandas que nacen para hacernos la vida más fácil y enseñarnos el otro lado de las cosas. Y Carolina Durante es una de ellas.

Podría haber sido un grupo que aparece en una era rectilínea de pop, rock y miscelánea flamenca y que destaca por sus novedosas letras y su punk más cercano a los ochenta. Y que, al cabo de unos meses se difumina sutilmente. Pero no ha sido así. Han vuelto para quedarse y demostrar, sin querer, que su álbum no tiene nada que ver con los singles que presentaron el año pasado, pero sí persiste su esencia indie-punk.

Es cierto que los singles con los que se dieron a conocer como el exitoso "Cayetano" o la inolvidable "Perdona (Ahora sí que sí)" junto a Amaia Romero fueron temazos que siguen en el ahora y se siguen tarareando cuando mencionas Carolina Durante. Pero en este disco podemos encontrar canciones con la misma fuerza. Así que, para muchos, no ha sido necesario la reaparición de estos temas en el álbum.

"Las canciones de Juanita" es la primera canción del disco y hace referencia al grupo madrileño, Juanita y los feos, formado en 2004 por músicos de la escena independiente. Una buena entrada con letra sencilla, pero pegadiza: "la banda sonora de nuestras vidas, sonaría mejor de lo que imaginas, aunque ahora que lo pienso, tal vez sería algo aburrida." Y también podría incluir una autocrítica: "no sonamos mal, sonamos mejor que ayer." Y es cierto.

"Cementerio (El último parque)" es directa y sin tapujos. No se cortan, ni les cortan: "dicen que la entrada es gratis cuando llevas flores". Solos de guitarra de Mario del Valle con acordes repetitivos y estrofas que llevan a un bucle que te permite memorizar la letra sin complicaciones. Aceleran con la batería de Juan Pedrayes con una percusión que se reitera y marca el ritmo de toda la canción. 

Melodías, ritmos, acordes y letras que recuerdan, con todos los sentidos, a Los Nikis y a otros grupos de antaño de la escena punk-rock y un poco inconformistas. Nada malo.

La voz de Diego Ibáñez no pasa indiferente en temas como "El año" donde se revive la nostalgia recordando a Martín Barreiro, el hombre del tiempo de TVE que en sus jóvenes años llevaba melena al viento y era fan de Barricada. El bajo de Martín Vallhonrat aparece con sus primeras notas y se mantiene en toda la canción con un protagonismo relevante e inevitable olvidar. Con "Buenas personas, peores consejos" descubrimos una declaración de intenciones, un manifiesto verídico y necesario en la actualidad que, seguramente, ellos hayan vivido de primera mano.

"KLK" se presenta con mucho ruido punk-rock y letra fresca que, hasta los más puritanos, admirarían con su toque romántico dramático y final infeliz: "la verdad es que estuvo bien, la verdad es que eres lo mejor que me ha pasado en estos años", /"la verdad es que fue horrible, la verdad es que eres lo peor que me ha pasado en estos años".

Seguimos con el resto de canciones y descubrimos cambios sustancialmente evidentes. Con "Joder, no sé" los ritmos se suavizan y desaceleran. A partir de esta canción las letras son más profundas y reflexivas. Una mitad del disco más tranquila y que respira sinceridad y pensamiento. Las letras destacan por encima de la instrumentación y es de agradecer que valoren la importancia de un buen escribir.

En todo el álbum podemos apreciar la evolución que hace Carolina Durante y cómo se vuelve ácida y sentimental. 

"Nuevas formas de hacer el ridículo" puede ser una indirecta directa a todas las personas que intentan ligar por redes sociales. Y, en especial, una directa a Mikel Izal cuando aparece la parte hablada de la canción: "Hola, soy Mikel, ¿qué tal? Sí, bueno, el otro día vi la aplicación esa de tu perro y nada, quería decirte... pues eso". Aunque la banda no quiera darle hierro al asunto y no le den más importancia de la que tiene. Mikel Izal, por su parte, no ha querido decir nada al respecto. Provocaciones que nacen y se rehacen gracias al fabuloso mundo de Internet, siempre presente en nuestro día a día.

"Falta de sentimiento" tiene una base oscura y triste, pero realista. Con una melodía monótona que podría recordar a Los Planetas, la voz de Diego destaca con sus golpes silábicos y comprensibles para expresiones como: "quieres volver a creer, lo que sea pero a creer, te hace falta sentimiento".

Y de repente, surge "Cuando niño". Una canción un poco naíf y totalmente pegadiza que hace arrancar una sonrisilla a quien la escucha y rápidamente tararea. Una guitarra excepcional, que también podría recordar a un grupo de pop de los años noventa que invita a mover todo el cuerpo y una voz más delicada y cercana que invita a acompañarse con palmas. Letra divertida e informal que te acerca a la melancolía infantil y al romanticismo. Sin duda, una de las mejores canciones del disco para los que preferimos, en ocasiones, un ritmo más pausado y marcado. La Movida también resurge en nuestras mentes con canciones así. 

Por último y como cierre del disco, “El perro de tu señorío”. La calma nos invade como final con una letra metafórica y un estilo sombrío. Un buen final para un disco, posiblemente, generacional.

Diez temas que forman un repertorio que recupera la escena musical de los ochenta-noventa más alejada a las masas. Un suspiro para desconectar de la actualidad tan similar y aburrida, y encontrar, por el camino, grupos que suenan mejor que ayer.