Entrevista: The New Raemon

“Vivimos olvidándonos de vivir”

Por: Javier González

Desde hace algunas semanas “Las Coplas del Andar Torcido” están en el mercado discográfico. La incertidumbre sigue instalada en las calles y en las casas ante un día a día que se torna incierto. Es una realidad que nos encontramos ante un panorama extraño que debemos afrontar, un escenario ideal para abrir el corazón ante un trabajo hermoso y crudo, repleto de letras brillantes y críticas a una forma de vida mal llevada que The New Raemon ha elaborado dejándose parte de los jirones de su piel en unos textos que son pura poesía existencial. 

Un trabajo intenso, por momentos denso, que remueve emociones muy hondas, personales, llegando a tocar el fondo de uno mismo, a través de una serie de composiciones más que notables capaces de atrapar, arrebatar y golpear a partes iguales. 

En pleno confinamiento, hablamos largo y tendido con Ramón Rodríguez, en el marco de otra entrevista sincera, de tono confesional y en la que el artista no esquiva ni edulcora cuestión alguna. Nos gusta el músico, su actitud y sinceridad. Admiramos sus canciones por lo que son retazos de cruda vitalidad. Os dejamos con otro de esos textos de obligada lectura para todo buen aficionado a la música que se precie. 

Dadas las circunstancias en que estamos haciendo la entrevista. ¿Cómo estás llevando el confinamiento?

Ramón: Bueno, lo mejor que puedo, como todos, supongo. También es cierto que soy un tipo solitario y hogareño, no tengo problemas por estar en casa. Te puedo fastidiar un poco la cabeza saber que no puedes salir ni a tomar el aire. Hay una nube psicológica que si eres adulto puedes llevar mejor o peor. Luego están los niños que se adaptan mucho pero no creo que sea bueno que estén tan encerrados. Lo digo porque tengo un niño pequeño al que estoy cuidando. Me dedico a estar con él, haciendo las compras de mis padres y sus medicinas. Estoy ocupado cuidando a mi gente y viendo cómo evoluciona todo.

Todo esto ha pillado apenas unas semanas antes de la edición de “Coplas del Andar Torcido”. ¿Habrá alguna modificación para intentar salvar esta situación?

Ramón: Movimos mes y medio el lanzamiento del disco, debía salir el 24 de Abril, que era una fecha que teníamos cerrada desde Octubre. Al ir estrenando canciones, no podíamos parar el lanzamiento totalmente. Antes de suceder esta crisis habíamos estrenado tres canciones, queríamos estrenar cinco y publicar. Finalmente entre BMG, mi sello, Subterfuge, que me lleva el booking y BCore, que distribuye el vinilo, y yo, decidimos moverlo de fecha. Para mí el disco en una situación tan abrumadora dejaba de ser importante, es una tontería con todo lo ocurrido, aunque sea una cosa que hago yo. Para mí lo importante es que todos salgamos ilesos de esta porque la hostia va a ser muy grande. 

Es que el haber publicado los singles como dices generaba una situación incómoda, ya se habían lanzado y todo quedaba en una situación de “stand by”. 

Ramón: Sí, pero tenía pensamientos encontrados. A la vez pensaba “si sale lo mismo a la gente le viene bien escucharlo ahora y les ayuda”. No sé, lo mismo da vitalidad o les distrae. No sé cómo explicarlo. El disco lleva hecho bastante tiempo. No pasa nada si se retrasa. A mí me preocupa la situación por cómo está afectando a todas las familias. Va a costar levantarse de esto, a no ser que tengas una situación privilegiada. Yo tengo suerte, vivo en un pueblo pequeño, todo se pudo controlar con antelación. Ves ciertas cosas que pasan y son terribles. 

Vayamos entrando en lo puramente musical, si te parece. “Coplas del Andar Torcido” me parece un título totalmente brillante, actual y hasta premonitorio, muy similar a tu anterior “Una Canción de Cuna entre Tempestades”. 

Ramón: Suelo agrupar los discos por ciclos vitales o líricos. A nivel lírico están muy seguidos, además el anterior salió en noviembre de 2018, este saldrá año y medio después que no es demasiado tiempo después. Intentaba encontrar una cierta lírica y poética, donde cuestionar el lugar del hombre y del ser humano en el mundo. Su posición frente al entorno que nos rodea, no poder ver lo más puro y claro de lo que nos rodea porque hay mucho ruido y distorsión. Es algo que ocurre por cosas creadas por nosotros, que no tienen que ver con el entorno. Sí están vinculados porque son dos trabajos existencialistas, no contienen canciones de amor sino de reflexionar. Hablan de tu lugar en el mundo, qué haces bien y qué no estás haciendo bien. 

Sigue siendo un disco reconocible, pero donde hay mucho juego de ambientaciones, llevándolas hasta un enfoque totalmente protagonista. ¿Qué te ha llevado a elaborar un disco de estas características? 

Ramón: Ha sido crucial trabajar con David Cordero, que está en Úrsula y tiene su propio sello, donde publica sus movidas “ambient” en casete. También está en Viento Smith con Ricardo Lezón. Ocurrió que estando ya con el setenta por cien del disco escrito, me encontré en un atolladero, no sabía cómo salir, algo que suele ocurrir. No sabía por dónde seguir más allá de las siete u ocho canciones que tenía. Me vino a la cabeza David porque le conozco hace años, compartimos amistad con Ricardo Lezón y Raúl Pérez, productor de alguno de mis discos y de McEnroe. David nos vino a ver a la grabación de “Lluvia de Truenos”, donde grabó alguna guitarra. En la canción “Gracia”, las guitarras que hay, así tipo brillantes de The Cure, las grabó él. Pensé, “y si le paso los textos y meto algo de electrónica en el disco para que suene distinto, para así poner las cosas en otro plano”. Le pasé las canciones, le gustaron y pactamos una forma de trabajar. Él ahora en el momento en que está me dijo “quillo, yo tocar instrumentos no que me canso, tú pásame las pistas que haga fantasía”. Le mandé las pistas separadas, el las cogió y las que le interesaban las procesaba, lo pasaba por sus cachivaches hasta convertirlo en capas de sonido. Su labor en los arreglos es una constante en el disco. Le dio un toque muy guapo que me permitió agrupar todo para seguir adelante. Por eso hay dos canciones que están coescritas con él, es la primera vez que lo hago en solitario, fuera de Madee.

A lo largo del mismo me ha dado la sensación de ser un álbum con temática de vida con un punto de experiencia y hasta amargura por las relaciones humanas y el propio día a día, algo que se muestra en “Ruido de Explosiones”. ¿Tienes la misma percepción? 

Ramón: Hay mucho de eso en canciones como “Ruido de Explosiones” que es muy literal, es una de las escritas junto a David Cordero, la otra es “Feria de Atracciones”. En realidad, cuestiono el modelo de vida que tenemos. Y esto que ha pasado es parte del modelo de vida destructivo que existe en todos los niveles. En lo emocional y físico. Vivimos olvidándonos de vivir. Cuesta tanto ganarse la vida, es todo tan difícil, vale todo tanto y generas tan poco con el esfuerzo y tiempo invertido. Habla del hartazgo de vivir de esta forma. 

Va a ser un trabajo que requiera del esfuerzo del oyente, no es instantáneo, ni fácil. Además, contiene frases realmente duras en su interior… 

Ramón: Y de pensar. Hay gente que escucha música y gente que la consume. La gente que la consume es mayor de la que escucha. Soy de los que escucha canciones y hago canciones para que las escuchen. Te agradezco lo que dices porque es el disco más difícil de escuchar de cuantos he hecho. También es el más bello, requiere de esfuerzo para llegar a la recompensa. Si te metes en la atmósfera que propone, lo puedes disfrutar mucho. Si no, te puede aburrir o asfixiar. Estoy en un momento de mi vida y carrera que me importa un pito lo que ocurre. Sé que parece un tópico decir esto pero tengo tendencia a autoboicotearme por no hacer el mismo disco nunca. Fue algo que al principio me costó mucho, pero ha traído algo bueno y es que mi público es mi público. La gente que viene a mis bolos disfruta y le gusta lo que hago. Entiende mi lenguaje y qué intento hacer con estas canciones. A la vez mi actitud dificulta capitalizar lo que yo hago. Pero es que no quiero, nunca he querido capitalizarlo. Tengo suerte de sobrevivir haciendo lo que hago. Incluso me daría igual tocar en directo o no, me importa un pito. Me pilla en un momento en que antes de sacar el disco solo quería hacer algunas cosas muy concretas. No vivo de tocar en festivales, ni me interesa el rollo de backstage ni del rock and roll barato. Me interesa emocionarme con lo que hago y con lo que más disfruto es con escribir los discos. 

Vamos que musicalmente hablando, estás en un momento de puro disfrute. 

Ramón: Joder, he hecho casi veinte discos, voy a cumplir 44 años, tengo una hipoteca y tres hijos, cada vez me cuesta más hacer lo que hago. Necesito cada vez más espacio para llevarlo a cabo. En el momento en que no disfrute o no pueda hacerlo como quiero hacerlo, no lo haré. Mientras pueda lo voy a disfrutar. Hace siete u ocho meses llegué a un punto en que tomé una decisión artística y vital. No quiero que nada condicione lo que estoy haciendo y si no tengo que hacer conciertos, no los hago. Me buscaré el plan que sea. Conozco compañeros que se han ahogado por tener que vivir en el mismo tren que lleva a la prisa y al éxito rápido. A esa cosa vacía y superflua de triunfar. Es imposible que eso no te afecte. Me he mirado siempre eso de soslayo. No quiero hacer cosas que hacen otros. Si ellos lo hacen porque les interesa, les da dinero, o los likes les reportan atención, me parece bien. Hay compañeros que lo pasan mal porque no saben ponerse en un lado u otro. Creo que es más jodido el lado del éxito sinceramente, pero pienso que triunfar realmente es renunciar a ciertas cosas. 

A veces da la sensación de que los artistas os movéis entre el temor al frío de encontrarse en tierra de nadie, o la necesidad de morir infartado corriendo a toda velocidad en la carrera de las redes sociales o el disco anual.

Ramón: Te cuento todo esto sin meterme con nadie, me parece muy bien que se escoja lo que va con cada uno. Como no me interesa, pues me lo he quitado de en medio. Llevo mis redes como me sale de los cojones, trato de llevarlas lo menos posible porque tengo una vida fuera del teléfono de los cojones. Estoy en un momento en que prefiero vivir otras cosas que pasan cada día. 

Por ejemplo, hacer canciones. 

Ramón: Claro. Lo otro no existe. Es una cosa muy abstracta. A veces te encuentras un amigo muy metido en twitter y la caga, pues se tira una semana que parece que le van a lapidar por lo dicho en una red social. 

“Ropa Mal Colgada”, me ha gustado por sus inicios cercanos a “La Mala Reputación” de Brassens, además es un ataque en toda regla contra las noticias, los medios de comunicación con un poso de amargura.

Ramón: Qué bien, qué bonito esto que me has dicho. Sí, tiene un toque a Brassens. Es una canción que se basa en algo que creo y es que nadie es mejor que nadie. Cuando alguien mete la pata, o alguien te cuenta un infortunio, tiendo a pensar que cada uno hace lo que puede. Luego hay gente que es mala, pero la mayoría de personas hace lo que puede. 

“El Árbol de la Vida” es un corte brutal, con una letra cruda y hasta casi epatante, por cierto el tema es casi mitológico. 

Ramón: Soy muy ecléctico y leo cosas variopintas, entre ellas “La Biblia”, no porque sea cristiano sino porque me interesa leerla sin más. A veces puedo usar algo concreto en una canción para contar otra cosa. El título y la idea salen de ahí. Es la idea del árbol del bien y del mal. La referencia que se busca es la idea de que no te educan para ser consciente de tu propia fragilidad. Tienes que prepararte para llegar a la muerte, que es algo abstracto, que llegará un día. Es un tabú. La vida da y quita. Es un viaje y una experiencia en que vas a ir renunciando a cosas. La vida te hace perder personas, vivir tragedias grandes y pequeñas. Me apetecía hablar sobre la muerte de una forma bonita. ¿Por qué no hacer una canción así? No quiero más canciones que hablen de chicas que conocen a chicos. Pienso que en los años setenta la figura del letrista era muy importante, ahora ya casi que no quedan. Todo es en plan rabo rima con nabo, todo en ese plan. (Risas) 

Entiendo lo que dices, en cortes como “Pronto Será Todo”, cantas “Nos hacemos daño, al hacernos fuertes” y en “Ruidos de Explosiones” dices “La Libertad se nos da para engañarnos”. 

Ramón: Sí, pero por qué no contar lo que me preocupe o lo que me salga de los cojones. Si lo hacen los demás. (Muchas Risas) 

Musicalmente también es un trabajo interesante, “Aunque Maldigas entre Dientes”, me ha sonado muy Standstill y cercana a algún tema de The Cure. 

Ramón: En esta canción el patrón rítmico está inspirado en una canción de “Pornography”, concretamente en “The Hanging Garden”. Cuando hago maquetas parto de la nada, un micro y un ordenador y cachivaches repartidos por la habitación. Esta pista, si te fijas, empieza con un tambor tribal, quería un patrón rítmico continuo, como ocurre en esa canción. Grabé un timbal, sobre el timbal un piano y empezó a salir este rollo. Creo que tiene un toque folclórico. La verdad es que siempre estoy jugando, lo musical siempre es un accidente. (Risas) 

“Días de Rachas Grises” es una letanía que acaba siendo un tema con raíces andaluces o árabes. 

Ramón: Tiene una mezcla de las dos cosas, pero es otro accidente. Primero me inventé la introducción con un ordenador que me regaló mi padre. Costó un montón transportarlo. 

El que se rompió, ¿no? 

Ramón: El que se rompió¸ cierto… se me inundó la cocina y la habitación donde trabajo está justo debajo. La noche más calurosa del verano se reventó un grifo. Esa noche llovía y hacía mucho calor. A las tres de la mañana oí un ruido en la habitación, estando con mi hijo en la cuna los dos solos. Oía el ruido del agua pero no le di importancia porque lo asocié a la tormenta. Nos despertamos por la mañana, entonces veo que no llueve y sigo oyendo el agua, por lo que me preocupé. Al salir veo el pasillo todo lleno de agua. Yo haciendo malabares para que el niño no se asustara por lo que había ocurrido. Claro el ordenador estaba abajo con todas las maquetas del disco, no había hecho backup. Lo primero que hice fue rescatarlo porque casi os quedáis sin disco. Después corté el agua y me llevé al niño a casa de mis padres, donde vivo ahora, y volví a casa para limpiar durante todo el verano el desaguisado. Además, se me mojó toda la colección de discos. Todo fue un poco infernal. Me dio tiempo a grabar la canción el día antes, ya que el día después el órgano se fue a la mierda. Quedó hecho polvo. Era de madera y quedó hecho un desastre. Lo que se oye al principio de la canción sonando son los pedales del teclado. 

Creo que todas las letras tienen mucho compromiso, tienen mucho de primera persona, algunas como “En un Zarzal” es brutal. ¿Hasta qué punto estamos ante tus letras más autobiográficas? 

Ramón: Esa lo es totalmente, sí. Tengo el defecto de que nunca he escondido estas cosas en las canciones. Es imposible que no haya una verdad en ellas porque busco emocionarme. De lo contario no podía interpretarlo. Le canto al estar cansado de estar cansado. Recuerdo que cuando le puse la canción a mi hija mayor, bajé a buscar un vino y al subir estaba llorando porque se emocionó. Pensé entonces que era una buena composición. Además, es la primera canción en la que toco la batería en uno de mis discos en solitario, quitando lo que hice con María Rodés. Las baterías las grabamos en Nautilus en Arenys de Mar, el resto fuimos a grabarlo a La Mina en Sevilla con Raúl Pérez. Las baterías de Salva estaban de puta madre, pero esta no nos cuadraba. Él se aprende mis maquetas así que la toco cuadriculada, pero esta era muy de mi rollo, tocando la batería a la zurda, creíamos que tenía que ir fuera de ritmo. No sabía muy qué hacer, porque no teníamos dinero para que viniera a Sevilla Salva a seguir grabando. Finalmente la grabé yo y me salió. Tiene un estribillo muy chulo. 

Sevilla tiene ahora estudios muy chulos y una escena realmente impresionante. 

Ramón: Sí, es una ciudad muy particular. De no vivir aquí, tengo claro que viviría allí. Allí están Raúl Pérez y Jordi Gil, quien estaba cerca de Sr. Chinarro cuando produjo “El Mundo Según” y “Ronroneando”. Y muy cerca de allí, en Granada, también está la Josefa. En Andalucía ahora hay estudios y productores muy interesantes. Imagino que todo va por ciclo, ya que en los dos miles todo se grababa en Cataluña con Santi García. A mí el hecho de irme allí me da otra perspectiva. También es verdad que la familia de mi madre es de Sevilla y la de mi padre de Estepona. He vivido toda la vida en Cataluña, por lo que he conocido más Andalucía con la música, viajando y haciendo amistades. Uno de mis mejores amigos es Javi Vega de Maga que es un hermano de distinta madre. 

Claro, Javi es sevillano, del mismo barrio que Álvaro Suite y Chencho Fernández. 

Ramón: Javi, grabó los bajos de “Oh, Rompehielos” y de “Lluvia y Truenos”. Y recientemente ha grabado los de “Baladas de Plata” de Chencho Fernández. Otro que es un crack. 

También llama la atención la colaboración de Anni B Sweet en el álbum. ¿A qué se debe?

Ramón: Me gusta poner voces femeninas en los discos. Me acostumbro a hacer los coros yo y acabo cansado de mí mismo. Me gusta tener otro timbre y que haga cosas distintas, con otro carácter. Tuve que escoger porque me mandó muchas cosas distintas. Es súper creativa. Sobre una canción me mandaba ocho o diez propuestas distintas. Tuvimos que decidir qué hacer con tanto material porque todas las ideas molaban. Pensé que me había mandado un libro rollo: “Escoge tu propia aventura”. Quiero decir que las canciones podrían haber sido muy distintas en función de los coros escogidos de los mandados por Anni. Quién sabe a lo mejor un día hacemos un Ep con todos los coros. En mi vida me han mandado tantas pistas como ella. Me avisó, “no te asustes” y yo le dije “no te preocupes”. Es muy y buena gente y tiene mucho talento. 

“No vivo de tocar en festivales, ni me interesa el rollo de backstage ni del rock and roll barato” 

¿Qué planes de futuro tienes para el disco? 

Ramón: Estoy a la espera de ver si se puede tocar a partir de Octubre o toca esperar. Adaptaré la historia al calendario que se pueda. Mi idea es hacer un concierto en Madrid y Barcelona y ya está. Me da igual cuándo se pueda. Será un concierto muy chulo de un par de horas, presentando el disco y buscando que la gente lo pase bien. Me emocionaría que la gente escuchara el disco y lo disfrutara sin problemas. Tampoco me preocupa lo de tocar en directo. Lo que estaba haciendo era girar por teatros con Paula Bonet. Es lo que me apetece hacer, además de terminar el disco de Madee. No tengo ganas de tocar en bares ni en nada parecido. Quiero presentar el disco en dos ciudades con dos conciertos bonitos. Lo haré por mí y por mis músicos. 

¿Hasta qué punto una carrera como la tuya da para vivir?

Ramón: Bueno me da para ir tirando. Si el espectáculo con Paula sigue tras todo esto, me da para ganarme la vida bien. Si no, ya tengo la cabeza en otras cosas. 

¿No haces música para otros artistas ni para televisión? 

Ramón: No, hay gente que lo hace, yo no. A mí esto me pilla que estaba un poco arruinada. Me estaba planteando otro plan de vida. No significa que vaya a dejar de hacer discos. Me ha pillado que estaba un poco harto de la rueda de tener que estar tocando continuamente para pagar facturas. Pasar de una agencia a otra que te dejan dinero colgado y pufos de unas cosas mal hechas a otras. Estoy quemado de la industria. No me refiero al sello, cuidado, porque estoy en una multinacional que es BMG y es una buena decisión que tomé. 

Ya sabes, el mal para muchos son las multinacionales, cuando a veces las independientes son peores que las anteriores. Además, a veces no tengo claro quién es el más artista: ¿El que más gira o el que toca y sobrevive siendo fiel a su arte e idea?

Ramón: Sí, además si tú no tienes un perfil concreto, me refiero a un sonido asimilable a una escena, y tienes un perfil que incomoda, por haber aireado historias turbias de la industria eso no gusta, así que dejan de llamarte de según qué sitios. ¿Entiendes? Hay muchos que no son amigos de ciertas críticas. 

En este país las posiciones intermedias no están bien vistas. Se tiende a criticar al no asimilable. A señalarle. 

Ramón: Y también hay muchos chiringuitos. Y no pasa nada. Me da igual. No me preocupa no prodigarme en festivales. No vivo de esto. 

Por mi parte es todo, Ramón. Solamente agradecerte la valentía y el discazo que nos has regalado. Salud y que lo disfrutemos pronto en directo. 

Ramón: Quiero agradecerte lo dicho sobre el disco. Estoy contento de que te haya gustado. Me doy por satisfecho con que lo entienda una persona. Igualmente y mucho ánimo.