Tropical Fuck Storm: "Deep States"


Por: Pepe Nave

El agujero negro que fue 2020 genera la sensación de que Tropical Fuck Storm habían tocado por aquí recientemente presentando su anterior trabajo "Braindrops" (2019), pero en realidad hace ya dos años de aquello. Su retorno a la actualidad los coge con la misma inspiración que entonces, pero con más intensidad si cabe y con una visión lírica más pesimista.

La banda suena engrasadísima, los ritmos fracturados con tempos poco acelerados pero contundentes de la batería Lauren Hammel y la bajista Fiona Kitschin, sirven de base para el diálogo de guitarras punzantes y abrasivas del cantante principal Gareth Lidiard y la guitarrista Erica Dunn. Siendo de Melbourne, en la mayoría de las reseñas se les compara con otros ilustres del rock "aussie" como The Birthday Party, Radio Birdman o The Scientists, aunque también se podrían mencionar referencias de otras latitudes como Tom Waits y uno de sus habituales Marc Ribot, por esas líneas serpenteantes y pantanosas que siguen en sus canciones.

"The Greatest Story Ever told" abre el camino en forma de balada eléctrica a lo Neil Young, a la que ese estribillo gritado a tres voces le da una vuelta tuerca más, y es que, si la voz algo ronca de Gareth imprime carácter, las de Fiona y Erica la arropan melódicamente y proporcionan euforia, garra o dulzura al conjunto según convenga. La más grande historia jamás contada es aquí una segunda venida de Jesucristo que se sorprende al ver que casi todo el mundo es hoy en día más santurrón que él, al menos en actitud, por lo que decide pirarse ipso facto no sin antes recomendar al personal que se lo tome con más calma. 

Leer las letras y las explicaciones del grupo al respecto es una gran sorpresa tras escuchar su volcánica música. Donde alguien se podría imaginar drama, gravedad o rabia visceral hay un sentido del humor negro imaginativo que da salida a su misantropía, alimentada por el errático rumbo que llevamos los descendientes de los australopithecus. Un enfoque que comparte con Joe Casey de Protomartyr, aunque el americano tiene menos socarronería.

Si bien algunos dicen haber aprovechado los distintos confinamientos para realizarse o sentirse creativos, no es el caso de Liddiard, que confiesa en dos de las canciones su hartazgo en esas situaciones. En la primera, "G.A.F.F.", acrónimo de Give a Fuck Fatigue, algo así como la Fatiga de Me Importa una Mierda, se queja de esa obligación de sentirnos preocupados y opinar sobre cada desgracia, desastre o injusticia acaecidos en el mundo vía redes sociales. El efecto que consigue la sobreinformación es el contrario, nos da igual todo, como dice al final: “no quiero morir mártir, solo estoy buscando un café y un cargador para el móvil”. La segunda, "Bummer Sanger" (un juego de palabras para transformar Summer Banger, un “éxito veraniego”, en “una mierda de sándwich”) es más directa y literal respecto al confinamiento y habla del tremendo aburrimiento de no poder salir de casa en todo el día y menos a tocar a otros países, etc. La mente retorcida del australiano hace que un anuncio de un portal astral en televisión prometiendo viajar a otras galaxias, puesto en voz de sus compañeras, sea su momento de mayor libertad.

En medio, más madera, en "Blue Beam Baby" se pone en la piel de una conspiranoica americana que fue abatida invadiendo el Capitolio, en lo que ella creía que era una misión para liberar al mundo de la ardid tramada por la NASA, los capitostes de la tecnología mundial y los anticristos. Por eso la música tiene la atmósfera de un sueño enrarecido. El tono de pesadilla sigue en "Suburbiopia" en la voz de Fiona Kitchin, que canta divinamente, preguntándose si los miembros de las sectas que apuestan por el suicidio colectivo no serán personas más cuerdas que los que decidimos seguir en este infierno terrenal. 

Si le das la vuelta al vinilo pensando que quizás haya algo de luz en la cara B, "The Donkey" te pone en tu sitio muy pronto, una lenta letanía rock en la que el burro protagonista desea otro diluvio universal y quedarse sin subir al arca, ya tuvo suficiente y si con él se ahogan sus dueños y todos los demás, no tiene que pedir nada más. Tras los coros épicos la canción acaba con las guitarras explayándose, distorsionando.

Aunque "Reporting Of A Failed Campaign" suena más limpia, y hasta con cierto espíritu animado, sirve de vehículo para la letra más ambiciosa del lote, las historias entrelazadas de varios personajes con inicio, nudo y desenlace. Se trata de personas influyentes y manipuladoras que parecen salirse con la suya hasta ese final de novela negra. La historia de un personaje como Jeffrey Epstein es una de las que le inspiró.

Debido a una secuenciación un tanto extraña, nos encontramos después del largo y espinoso trayecto con las dos canciones más románticas y dulces seguidas, casi al final. En "New Romeo Agent" es Erica Dunn la que toma el micro. Es tremendo lo de este grupo, algunas bandas no encuentran cantante y aquí hay tres extraterrestres de la voz que te gustaría ver incluso como cantantes solistas. Ofrece una maravillosa canción pop sin mácula que narra una historia de amor con unos Romeo y Julieta futuristas, de ciencia ficción, que no acaban mejor que los clásicos. También Gareth Liddiard decide enseñarnos su lado vulnerable acordándose de una novia de juventud que se mató en su coche, llevándolo escrito en la frente desde mucho antes, según él; un "Legal Ghost" que no le ha dejado en todos estos años, una balada emocionante sin retorcer en lo musical.

Después de tanta incandescencia y con tanto dicho y tratado, no quedan más palabras y quizás sea buena idea despedirse con un corto y ensoñador instrumental para relajar las mandíbulas, soltar las uñas del brazo del sofá y, exhaustos, pensar en espaciar el siguiente momento en que estemos preparados para estos diez tremendos asaltos.