Los Planetas: "Las Canciones del Agua"

Por: Pepe Nave 

Aunque hace casi cinco años desde la publicación de su anterior álbum largo, "Zona Temporalmente Autónoma" (2017), no se puede decir aquello de que cuánto tiempo sin noticias suyas, ya que, tras el lanzamiento de varios singles y un disco en 2019 con Fuerza Nueva (el proyecto conjunto de la banda con El Niño de Elche), a mediados de 2020 empezaron a lanzar una a una seis de las canciones que conforman el presente LP.

La diferencia, por tanto, con otros lanzamientos del grupo, es que ya se conocía la mayor parte antes de editarlo y que no se ha grabado en unas sesiones comunes, eso le da al conjunto un aire de recopilación más que de un disco nuevo con una producción homogénea. Las tres canciones que no se conocían, muy diferentes en sonido a las anteriores, ahondan en dicha sensación, de forma que si se hubiese publicado con el subtítulo de “rarezas, versiones y singles” o algo así quizás hubiera sido más definitorio de lo que teníamos entre manos. En cierto modo como lo que se hizo con "Canciones para una Orquesta Química "(1999), recopilatorio de singles y EPs con sus caras B.

Así, la forma de dotar de concepto a la colección se hace a través de la temática, distinguiendo dos partes: una primera con enfoque local, Granada, y otra con miras más universales que aborda la forma de afrontar la pandemia en las sociedades occidentales y las consecuencias que hemos padecido además de una crítica general al sistema.

La parte granadina trae como novedad un sonido más desnudo y orgánico. Así, abren con una monumental en cuanto a duración, más de doce minutos, y ambición lírica, "El Manantial", que es la adaptación de un poema de Federico García Lorca, sobre el hecho de la creación artística y del fluir de la vida y de la muerte, casi nada. Jota y Florent (guitarra) se hacen acompañar por el piano de David Montañés, y nadie más de la banda. Pocas veces en su carrera se ha escuchado a Jota con tanta claridad y en primer plano, él se moja y va subiendo de tono hasta un crescendo final donde se arrebata y no le da miedo desafinar. Posiblemente entre en su Olimpo particular de grandes canciones, el tiempo lo dirá.

Difícil se hace la continuación, de hecho, hay medio minuto de silencio al final de la anterior. La mejor opción, quitarle hierro al asunto y abordar una versión de su paisano Khaled. El trap-reggaeton original se convierte en una bonita balada acústica, que se inicia con una frase de Natalia Drago, de la banda argentina Srta Trueno Negro, que se quedó a pasar el confinamiento en Granada con Jota y que éste vio en su affaire una relación directa con la historia que cuenta la canción. Si hasta el momento no ha aparecido en los créditos nadie de la banda excepto Jota y Florent, en "Alegrías de Graná" no está ni este último. Le sustituye el guitarrista Edu Espín, hijo de la cantaora Carmen Linares, y acompaña al bajo la citada Natalia. El resultado es lo más cercano al flamenco que han hecho desde que se arrimaran a sus palos desde el rock, aunque la forma de cantar y la línea melódica sean los de una bonita canción pop.

Otra de las desconocidas es una versión del granadino Carlos Cano, "La morralla", esta vez con el grupo al completo. Con una letra en la que Cano utilizaba el término peyorativo del título que empleaban los señoritos para la gente de abajo y que él resignificaba para darle orgullo de clase. La abordan con ese tono festivo y deje andaluz en el cante que ya probaron en "Soy un pobre granaíno" o "Siete Faroles de Una Ópera Egipcia" (2010).

Entramos entonces en la segunda mitad, la parte de los avances pandémicos. Aparte de la diferencia temática, también la hay en lo musical, en la que vuelven a su sonido inmediatamente anterior a "La Leyenda del Espacio" (2007), es decir, la etapa anterior al viraje hacia la fusión con los sonidos flamencos. Si bien podrían formar parte de cualquiera de aquellos discos, hubieran sido más bien buen material de cara B y no parte de sus éxitos que aún hoy ocupan la mayor parte del tiempo en sus conciertos. Se echa en falta para ello intensidad emocional y el punch, que han sido sustituidos por un savoir faire más templado.

"La Nueva Normalidad", un medio tiempo con vientos al final y una bonita melodía, aborda los episodios de pillaje en tiendas de varias ciudades estadounidenses durante los disturbios del Black Lives Matter como una celebración del fallo en el sistema. La más acelerada, "El Negacionista", remite a otras de su repertorio como "No ardieras" o "El Artista Madridista", un dardo envenenado y directo, aunque con mucha guasa y “mala follá granaína”, a la anulación de toda posibilidad de crítica a la gestión de la pandemia por nuestros gobiernos y a sus tácticas de disidencia programada. Un asunto polémico como se aprecia en las reacciones en redes sociales a respuestas de Jota en entrevistas en relación con ello. También conocido es el terreno que pisan en "El Rey de España", esa psicodelia de lento avance de por ejemplo "San Juan de la Cruz". Líricamente sigue la estela directa y sarcástica de la anterior, quizás las alusiones tan directas al rey émerito con sus famosas frases convertidas en meme incluidas le resten sutileza, ya que por otra parte el tema central no es la monarquía sino toda la estructura de poder y su transferencia de la culpabilidad hacia los ciudadanos.

Aunque la metáfora es fácil de descifrar, no está tan claramente deletreada como en las anteriores, en este sentido "El Apocalipsis Zombie" podría ser una letra firmada por Jota hace quince o veinte años, al estilo de "Ciencia Ficción" o "Que no Sea Kang", "Por favor", melódicamente en la senda de esta última, quizás sea la que más guste a sus fans de siempre. Vuelta a la psicodelia para cerrar, pero recuperando su forma de cantar con acento andaluz como cuando está al frente del Grupo de Expertos Solynieve, utilizando un tono de predicador sureño que trata de despertar a aquellos que se dejan embaucar por cualquier consigna de los de arriba.

Y eso es todo. No va a considerarse una de sus grandes obras, faltan hits, cohesión musical y quizás un punto de inspiración, no ha sido fácil hacerlo en estos tiempos. Ahora bien, es una colección heterogénea y curiosa que ofrece otros ángulos y perspectivas en su cancionero y que les abre algún camino nuevo aparte de los ya hollados.