Los Vinagres: "Buen clima"


Por: J.J. Caballero

Los tres miembros de Los Vinagres decidieron un día, en aras de la cosa esa de la popularidad y las oportunidades laborales, trasladar su base de operaciones vital y artística desde la confortable insularidad –tristemente revertida- de La Palma a la capital de España. Pero su cosmopolitismo sonoro les hizo elegir Sevilla, concretamente los extraordinarios estudios de La Mina, bajo la dirección de Raúl Pérez y en este caso además con la inestimable ayuda de Antonio Narváez, para grabar y acabar de fijar las ideas que tenían para este segundo largo llamado “Buen clima”, que intuimos nada tiene que ver con el desastre natural que asoló recientemente su paraíso natal. Allí, su reciente tendencia a mezclar sonidos urbanos y transoceánicos con un pop más o menos de corte indie hizo que terminaran alguna que otra canción redonda, como “Dímelo”, bien enlazada con su primera y más bisoña etapa; “Aquí bien”, un diminuto catálogo de tendencias con raíz en el rock de los 90; o “Gilipollas”, más pegada a la ortodoxia en la que cuentan con la ayuda de Dani Costas, hija de dos Aerolíneas Federales para más señas. Se puede decir que acertaron con la elección de productores y colaboraciones puntuales, porque son los mismísimos Sidonie los que se unieron a ellos en pleno confinamiento para compartir preocupaciones e ironía en la explícita “Covid”, grabada durante el primer encierro, un período que les sirvió para dar a luz al grueso del disco, al menos en cuanto a ideas y conceptos.

En su nuevo y entretenido catálogo ocupa un lugar destacado todo lo que les (y nos) pueda divertir, sin perjuicio de hacernos conscientes de algunas cosas. “Algo muy importante”, “El camino” y “Golosina”, por ejemplo, es un trío de temas en los que los sonidos latinos y urbanos son claros protagonistas, lo que demuestra su compromiso con los tiempos y su tremenda capacidad de adaptación. Pero al mismo tiempo afilan su lado irónico para hacer un símil futbolístico y hablar de relaciones accidentadas en “SR4” -¿a alguien se le podría escapar que dicho título y letra habría salido del visionado del documental sobre el egocéntrico deportista en cuestión?-, darse a la rumba en “Óyeme” y comprarle un traje a “Madrid” para que todos bailen a ritmo de cumbia, sin complejos ni ideas preconcebidas e inútiles. 

Esta “orquesta de rock volcánico que cuando da una verbena te empuja los manises por donde quiera que pises”, una de sus grandes autodefiniciones, vale tanto para un roto como para un descosido, y en este “Buen clima” del que disfrutan sin complejos tienen una buenísima base de vientos, teclados, percusiones y, sobre todo, excelente predisposición para que todos y todas participemos de ello. No nos cortemos, el cuerpo y la mente lo agradecerán.