Los Brazos: Noche de Reyes


Kafe Antzokia, Bilbao. Jueves, 5 de enero del 2023

Texto: Sergio Iglesias 
Fotografías: Julen López 

Noche de Reyes y, ¿qué mejor manera para celebrarlo, que con tres magos de la música bilbaína? Pues eso, que Los Brazos llegaban para presentar, por fin, su último trabajo en casa, concretamente en un Kafe Antzokia abarrotado para recibir a Sus Majestades, no a los de Oriente, pero sí a los de la Margen oriental, esa margen derecha bizkaina que tantas buenas cosas nos trae.

Como decimos, Los Brazos venían a presentar su último disco, el quinto de una carrera de diez años, publicado en marzo del ya extinto 2022, pero que se acaba de reeditar para alegría de todos y todas sus fans… que, como demostraron el pasado jueves, son un montón. Así que, con esas buenas nuevas, todo pintaba fenomenal, y ya sólo quedaba disfrutar del concierto. 

Como ya es habitual cada vez que se suben a cualquier escenario, Los Brazos tampoco defraudaron en su cita bilbaína, probablemente una de las que más ganas tenían… qué bonito tiene que ser eso de ser profeta en tu tierra y disfrutar del calor de tu gente cada vez que vuelves a casa. Todo preparado y listo cuando suenan los primeros acordes de “Afraid of the sun”, ritmos tribales y sonidos oscuros para dar inicio a una noche de rock que se alargaría casi hasta las dos horas de duración, aunque pareciera mucho menos, por lo que nos hicieron disfrutar. Tiempo suficiente para que Los Brazos mostraran su ya habitual catálogo de sonidos americanos que tan bien manejan, desde el rock escuela Petty, pero más grasiento de “Not a crime”, coreado por las masas ya desde el principio del bolo. También hubo momentos para contener el aliento con “Tales”, un blues clasicote, de esos que tan bien les salen y en el que se lució William, cantando un rato sin micro, mientras un silencio respetuosamente sobrecogedor se adueñaba del Antzoki. 

Destacar pasajes más hard rock como ese “Juice” que suena salvaje en directo, con un solo que le acerca al metal, sin olvidarnos del rock sureño en composiciones como “In the begining”, probablemente una de mis favoritas de su último trabajo, el rock and roll clásico en la onda Chuck Berry, donde pudimos disfrutar de un fantástico duelo guitarra-bajo entre un William y un Txemi que, a lo largo de todo el bolo se mostraron totalmente compenetrados, complementados a la perfección por Koki a la batería. 

Ahí no se quedó la cosa, porque también hubo tiempo para el rockabilly de “(Dont take it) personally”, una de las rarezas del último trabajo de la banda, entre composiciones más extremas y salvajes como “Wait a minute” (¡cómo molan esos coros!) o “Bon”, que también sonaron en el concierto. Pero como es lógico, también hubo momentos para la calma y para tomar aire entre trallazo y trallazo y por eso no faltaron los ritmos cercanos al pop o a un rock más asequible tipo Bryan Adams de “What should I´ve done?”, la amable “The rain”, la balada “Left behind”, también incluida en “Universal” y, sobre todo, “Magic”, con ritmos irlandeses y dedicada allá donde esté, a Anita, el nombre detrás de una desgarradora historia contada por un William roto al relatarla. 

Hubo un bis en el que la locura se adueñó del público que subió en manada al escenario para acompañar a la banda en un tramo final donde también sonó “Let me go”, incluida en el disco “DalecandELA”, un trabajo benéfico para luchar contra esta terrible enfermedad, e impulsado por el también getxotarra Jaime Lafita, un auténtico ejemplo de vida. 

“Not my Kind” servía como colofón a una noche en la que Los Brazos volvieron a demostrar que lo tienen todo para ser una de las bandas referentes del género a nivel estatal: actitud, carisma, cualidades técnicas y, sobre todo, un repertorio insuperable. ¡Bienvenidos a casa!