Una noche en el _limbo con _Juno


Teatro de las Esquinas, Zaragoza Sábado 4 de marzo de 2023 

Texto y fotografías: Javier Capapé 

Tengo que empezar diciendo que los zaragozanos hemos sido muy afortunados de poder ser de los primeros testigos de esta gira porque a buen seguro será una de las más destacadas de la temporada. Entrar en el limbo al que Zahara y Martí Perarnau IV nos invitan por noventa minutos valen media vida, y eso que ellos se encargan de recordarnos que durante el tiempo que dura el concierto estamos muertos, a la espera en este limbo tan particular de una transformación que se mueve entre secuenciadores, sintetizadores y cables. Este dúo nos lleva desde el interior de su habitación de hotel, la _BCN626, a su mundo exterior de viajes y postales capturadas a bordo de _BCN747. Un recorrido por diversas partes del mundo, tal y como ellos se encargaron de aclarar, que les llevó, tras la publicación de su debut, de Londres a Berlín o desde Santigo de Chile a Los Ángeles. Viaje al que asistieron como espectadores privilegiados y que ahora comparten a modo de viñetas de este concierto invitándonos a formar parte de él o a darnos el gusto de descubrir por nosotros mismos lo que estas escalas pueden ofrecernos. Porque a lo largo de las dieciséis canciones que sonaron en el Teatro de las Esquinas zaragozano fuimos tripulantes de esta nave, como Zahara y Martí. Nos sentimos totalmente embarcados en un proyecto mucho más personal si cabe que el primero que nos presentaron hace casi ya tres años.

Lo suyo no es una rave londinense a la luz del día (como las que a ellos les gustan), ni tampoco un concierto pop al uso. Esta gira en el _Limbo es un viaje cargado de emocionantes capítulos en los que las dos personas que pueblan el escenario consiguen traspasar nuestras mentes y conducirnos a un nuevo estadio. Nos hacen apreciar la magia de la música creada al momento, espontánea, como la que despacha un dj en estado de gracia, aprendiendo así que la electrónica está viva y más presente de lo que pensamos en nuestras vidas. Nos sumergen en episodios dolientes aprehendidos en alguna de sus escalas alrededor del globo mientras la mayoría de los mortales seguíamos recluidos en nuestras casas entre mascarillas, con miedo a volver a caminar decididos. Por eso mismo, ellos nos aseguran que se sienten privilegiados y que desde esa posición han podido dar forma a estas canciones. Aunque desde ese privilegio han descubierto muchas miserias. Nos lo van contando y cantando entre canción y canción, con mucho desparpajo, lucidez y buen gusto. Y sabemos que así somos uno más con ellos, un nuevo junito al borde de la anikillación y el desmayo catártico.

Desde esa guitarra semidistorsionada con la que abrieron la noche encarando el tema titular del nuevo disco (¡qué maravilla disfrutar de esas voces tan bien empastadas juntas a escasos cuatro metros y ser partícipe de su absoluta complicidad!) desplegaron sus alas para llevarnos a espacios más áridos como "_LHR410" o más dinámicos como "_BCN626". Con "_La canción que no vas a hacer hoy" desataron las palmas y la ebullición del público, que todavía no sabía la huella que iba a dejarles todo lo que allí acontecería. Porque esto era sólo el principio de un mundo todavía por dibujar, con un Martí en estado de gracia y una Zahara brillante, sin importar si se encontraba frente a la guitarra, a las teclas o lanzando montajes de vídeos sacados de sus grabaciones caseras.

La pasión conjunta por las raves que mueve a este dúo se dejó bien clara al interpretar "_Steffen Berkhahn" y contarnos una de sus experiencias con todo lujo de detalles al ver al dj alemán en Madrid y sentir el poder de su mirada. La energía desbocada que desprendían se notó especialmente en el ritmo machacón de "_Por algo será", pero también dejaron espacio para cierto reposo e introspección con "_SCLHR" (que consiguió conmoverme mucho más que en el disco), "_La Biblioteca Nacional" o los rescates de su anterior disco "_He visto cosas que sólo tú has visto" y "_El Infinito", todas en la parte central del espectáculo y para las que agradecimos estar cómodamente sentados en las butacas del teatro, que no solo de trance y fuertes beats vivimos _Juno y sus seguidores. Una parte que se cerró con la cinematográfica "_Los Feliz", que además estuvo acompañada de imágenes de la pareja en las playas californianas o recorriendo las carreteras de ese estado. Pura magia sonora y visual con los elementos justos.

Tras un pequeño descanso y ataviados con nuevos monos de "trabajadores del sonido", aunque ahora cambiando el azul por un blanco que vislumbraba los esqueletos de estos muertos muy vivos, encararon la recta final de la noche con la emotiva "_Cuando llegué yo ya estaba aquí", seguida de cuantiosos y sentidos agradecimientos no sólo a su equipo sino a todos los que habíamos venido a morir con ellos (en palabras del propio Martí). Así que, sintiéndonos en comunión con este funeral pagano que nos había conducido al mejor limbo imaginado, sonó a modo de profecía "_Los otros", con esos versos cargados en este contexto de todo el sentido ("siempre hay una vida esperando"). A continuación se sucedieron sus hits más incontestables, aunque dudo que ellos mismos busquen esto con sus canciones. "_La Aseguradora de Incendios", desgarradora una vez más y perfecta en directo, "_Casamurada", más hipnótica y acelerada que en su concepción original, y "_Anikillación", que define el espíritu de su última criatura y nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud en este mundo capitalista que nos consume y nos introduce sin remisión entre sus surcos, atrapándonos y dificultándonos salir, pero del que necesitamos ser conscientes (y para eso los "junito" han puesto su grano de arena) para reiniciar. Podemos morir, salir de este bucle, encontrar nuestro particular limbo y volver a la vida. Eso es escuchar a _Juno en directo, una resurrección vital tras pasar dos horas en el limbo. Una sensación difícil de explicar, porque tras escucharles en vivo conseguí salir renovado. Con la certeza y la capacidad de poder comerme el mundo.

Nos desmenuzaron algunas de sus canciones contándonos sus entresijos, nos hicieron cómplices de sus miradas mientras producían todas esas improvisaciones electrónicas en directo, mientras se disparaban uno a otro loops y secuencias, nos animaron a no tener miedo y a disfrutar de este viaje como si se parase el tiempo, nos invitaron a jugar con ellos. Algunas canciones crecieron casi hasta el infinito, se transformaron y cobraron nueva vida. El fin en sí mismo de su propia creación. Creo que no hubo nada que me hiciera desconectar ni un momento. Ni siquiera cuando escuchaba detrás de mí a esa niña que no tendría ni diez años cantando todas las letras de principio a fin, conectando quizá aún sin entenderlas, con todo un universo por explorar. Era como si los astros se alineran y esa niña fuéramos todos. Creyendo de veras en ese instante mágico.

 _Juno cuidan en cada velada de todos los detalles, desde los flyers que nos indican las instrucciones del viaje en cada uno de nuestros asientos, hasta el rótulo luminoso que muesta el lugar en el que vamos a renacer. El pasado sábado Zahara y Martí acabaron fundidos en un abrazo como colofón al placer de experimentar una aventura irrepetible y nueva cada noche, porque los conciertos de este _Limbo tour están vivos, pueden transformarse en cada parada y será mejor que tengáis un billete para que no dejéis pasar esta experiencia, este viaje, esta mirada al mundo más allá de su habitación de hotel. Desplegad las alas, coged el vuelo, dejad que os seduzcan sus miradas (como si fueran la de Steffen Berkhahn) y volved a sentiros vivos. _Juno han vuelto a descorchar el tarro de las esencias.