Gran expectación en la puerta de la mítica Sala de la Calle Jardines. No era para menos. El Jueves 3 de Septiembre, era el día elegido para celebrar el “Showcase”, o pase privado, del nuevo trabajo de Sidonie. Apenas cien afortunados tendrían la oportunidad de acudir al evento, para ello tan solo necesitaban dos cosas, armarse de paciencia y tener en sus manos un ejemplar de “El Incendio”.
Las puertas se abrieron en torno a las 20,30 horas. Allí comenzamos a entrar medios acreditados, amigos y “gente guapa” en general. Está última representada, en gran medida por parte de la plana mayor del pop-rock patrio.
Una vez abajo nos sorprendía la barra libre y un catering, que hicieron de la espera algo mucho más llevadero. Entre cerveza y cerveza, íbamos saludando a conocidos de agencias de management, managers, compañeros de profesión y a muchas de las estrellas del panorama musical. Entre ellas debemos destacar, a la siempre atenta Eva Amaral, Rubén y Leiva, de Pereza, Zahara y, como no, a los grandes protagonistas de la noche los chicos de Sidonie. Estrechamos nuestras manos y les deseamos suerte con el nuevo trabajo, a la par que comentábamos las bondades del mismo.
Entre unas cosas y otras la barra libre terminó, justo en el mismo instante en que accedían a la Sala los cien afortunados que tendrían el privilegio de ver el directo de Sidonie.
Minutos después el ambiente era casi irrespirable, mucho calor y la tensión propia de saber como sonaría el nuevo material del trío, en directo. Como por arte de magia y sin que nadie lo apreciáramos había llegado el momento.
En el escenario, el manager de Sidonie tomaba la palabra para avisarnos de que tocarían integro el nuevo álbum. Al instante, se apagaron las luces y comenzaron a sonar las bocinas. Las bocinas que anunciaban “El Incendio”…
Y de esa forma con su primer single sonando, la sala empezó a incediarse para no parar hasta una hora y cuarto más tarde. Los catalanes habían encendido la mecha con su nuevo éxito. Los casi 400 asistentes al concierto, estábamos disfrutando y teníamos en nuestro interior la sensación de que algo grande iba a ocurrir. El sonido era perfecto, rotundo. La voz de Marc sonaba de maravilla y los coros de Jesús, sobredimensionaban una canción, que bien puede tomarse como una declaración de intenciones,“Esto es el incendio, somos un incendio sin control”.
Sin tiempo para tomar aliento, daba comienzo “La sombra”, con un trepidante ritmo de batería y unos coros, de nuevo, arrolladores. Es esta una pieza de amor en la que el romanticismo y la oscuridad se dan la mano. No en vano, nadie puede negar que “Amarse a tientas será lo mejor”, como canta Marc. Solo aquellos que jamás lo hayan probado podrían negar tal afirmación.
Ahora si, tras “La sombra” hicieron una leve pausa en la que presentaron a la que sería la colaboradora en la siguiente canción. Se trataba de presentar a la “dulce y guapa” Zahara, una de las grandes sensaciones del pop nacional. Con ella en el escenario atacaron la interpretación de “Un-día-más-en-la-vida”. El contraste de voces jugó a favor de un tema que centra su temática en los niños y un espectáculo circense. Es inevitable pensar en esta canción y q ue no se nos venga a la cabeza el mítico “Friday I´m in Love”. La luminosidad que transmite la canción y esa querencia por repasar los días de la semana, hace inevitable la comparación con el gran tema de The Cure.
Tras ella, Marc se colgaba la guitarra acústica para interpretar “Algo nos pasará”. Una canción que habla de ese instante en que te das cuenta de que te estás enamorando sin remisión de la persona que tienes al lado. Una bonita melodía, acompañada una vez más por unos grandes coros. Hay que resaltar a lo largo de todo el trabajo, el peso de los coros que tienden a elevar la categoría de todos los temas.
“Por ti” sería la siguiente canción en salir a escena. Quizás el medio tiempo más romántico de todo el disco. En ella entonan frases tan profundas e hirientes como “Yo siento en el pecho, el baile enloquecido del fuego, por ti, por ti” o “Y es que me salen rosas de la boca, cuando me preguntan por ti, y las calles se vuelven playas, si tu las andas, todo es por ti”. Sin palabras.
Pero si pensábamos que no se podía ser más romántico. No tardaron mucho en echar abajo nuestras creencias, al interpretar “¡Viva el Loco que Inventó el Amor!”. Quizás la canción que más desentona en este trabajo. Sin embargo, en esta ocasión no dudaron en darle un toque mucho más rockero, lo que le hizo ganar peso y sonar mucho mejor que en el disco. Todo un acierto por parte del trío, al convertir el único pequeño lastre, en un punto más a su favor.
Tras ella comenzábamos a enfilar la segunda tanda del disco. Lástima que no sea un vinilo, hubiera sido el instante de levantarnos y darle la vuelta. Que pena que se estén perdiendo ciertas tradiciones.
En este momento, y ante la fiesta general, sonaron canciones como “A la Vera del Mar”, sin el acompañamiento de la sección de vientos que aparece en el disco. Otra gran composición de desamor. Sidonie, pasea en esta ocasión por “caminos cercanos al mar, haciendo el amor en jardines con lirios en flor y disfrutando de la noche de San Juan”. Lástima que el final del sueño termine entre los etílicos.
Cambio de registro con “Al Viento”, momento en que Jesús se hizo cargo de la voz principal. Un precioso tema con una intro a base de teclados, en el que hablan del hastío del mundo en general, cuya única tabla de salvación vuelve a ser esa persona, esa relación que todo lo puede.
Vuelta a la normalidad con “Sin querer”, Marc nos entonaba la enésima canción de amor de la noche. Otra de esas composiciones que bajan un peldaño la calidad general del álbum. Suerte que en unos segundos estaban interpretando “Nueva York”, una canción eminentemente pop, con leves toques de rock “sureño”. Un estribillo resultón, fácil de corear, que viene a decir más o menos, “Te lo pido por favor, un día más en Nueva York”. Quizás no sea la mejor canción de la historia, pero es efectiva y contagio su buen humor a toda la sala. Y es que en ocasiones las buenas canciones pop no necesitan nada más que eso, contagiar.
Estamos llegando al final. A priori solo quedan dos cartas en la manga. Suena, “En mi garganta”, con una intro de bandurria por parte de Jesús. En ella Sidonie gritan al viento una y otra vez, “Te quiero”. Es increíble ver la facilidad que tienen para hablarnos de amor sin pudor ninguno. Nos encanta.
Llega el momento de cantarnos “El Adiós”, pieza que cierra el disco. Tiene una potente base, apoyada en los trallazos de guitarra, que marcan el compás. Una canción que a modo de homenaje hace un breve repaso por las distintas tomas que componen este magnifico “Incendio”.
Tras ella agradecieron nuestra atención y abandonaron el escenario. En un amago de despedida. Sin embargo, este no fue el final de la noche.
Aún hubo tiempo para más. Volvieron a aparecer en escena para interpretar “Nuestro baile del Viernes” y “Feelin´ Down”, tras la cual dieron por finalizada su actuación. Ante una cerrada ovación. Ellos habían Incendiado El Sol, nosotros habíamos sobrevivido. Los daños colaterales eran evidentes, una renovada convicción en que el amor siempre triunfa. Como también los hicieron Sidonie.
Tan solo unos instantes más tarde la sala comenzó a vaciarse. Ya no éramos 400 los que estábamos allí, quizás no superáramos en ningún caso las 150 personas.
“El Giradiscos” fiel a sus compromisos siguió saludando a amigos, compañeros y conocidos. También, porque no decirlo, continúo trabajando en preparar una pequeña sorpresa para nuestros lectores. Una idea que ronda por nuestras cabezas desde hace tiempo y que pretendemos convertir en realidad. Pronto tendréis más noticias al respecto.
Texto:Javier González. “Javi”
Fotos:Jorge Bravo "Gurú"
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