Hola a Todo el Mundo H.A.T.E.M.

Hola a todo el mundo nos trae por fin el tan esperado álbum debut (autoeditado y distribuido por Popstock!) tras tres años desde la primera vez que los escuchásemos.

Con arreglos a doce manos de violines, bajos, guitarras, xilófonos, panderetas, acordeones, ukeleles, pianos, baterías y panderos se aprecia el homenaje a Walt Whitman (de cuyo poema nació el nombre del grupo) o Bob Dylan, situando a este grupo cerca de Sufjan Stevens, con un exquisito cuidado en el coro de voces.

Desde el pop de Devendra Banhart hasta la electrónica de Animal Collective, pasando por el folk de toda la vida a lo The Incredible String Band, la herencia del folk estadounidense, y el folk más intimista de Vetiver; y contagiándose de la onda expansiva generada por la grandiosidad del rock Arcade Fire o Architecture In Helsinki, mezclan estilos creando su propio universo de color en el que siempre brilla el sol, y que nos hace querer levantar las manos para cantar y los puños para luchar, resucitando la fusión de inocencia y fuerza, y hacer resurgir esa alegría que guardamos en alguna parte.

No podrían haber elegido un tema mejor para embarcarnos en esta trepidante aventura que el tema “Choose your own adventure, part 1”. Can you should be found in the middle of the sea? ¿Desearíamos hundirnos en el fondo de ese mar cuando aún nos queda tanto por ver? Este positivismo queda reflejado proyectándose en 2 minutos y 41 segundos de duración, recordándonos, cómo no, al ya mencionado Devendra Banhart, a Animal Collective y a los Campesinos, que caracterizan con su voz y su melodía todos los temas del disco.

Le sigue “A movement between these two”, la canción favorita de Josh, el batería del grupo, por la alegría que transmite. Este tema alcanza una duración mayor, rondando los siete minutos con una limpia percusión.

Hatem Prayer Team”, título también del sello de Hola a todo el mundo. In the night I offered you my sound to let you know who is me… Piden ser comprendidos, acompañados y guiados en su viaje por quien ellos llaman my friend durante toda la canción. Una oración esperanzadora.

Making your mum your best friend”, con casi siete minutos y medio de duración, comienza con un toque oriental y conserva las raíces más auténticas del folk americano y el pop, introduciendo al final una preciosa melodía interpretada por el violín. Esta es una de las canciones que nos recuerda a Arcade Fire.

Ahora viene la segunda parte de nuestra aventura, un viaje sin descanso por distintos paisajes y épocas, en el que la realidad y la ficción se fusionan. “Choose your own adventure, part 2”, un tema que podría sonar en el reproductor de nuestro coche, con la mirada más allá de una carretera que parece, sólo parece, no ir a ninguna parte.

La parte instrumental de “Amor Fati”, que abarca dos del total de ocho minutos y medio, bien podría constituir la banda sonora de una película cuya protagonista fuera La Mafia italiana. Me traslado a la antigua Venecia con la melancolía y nostalgia que me transmite este comienzo, para después internarme en las románticas calles parisinas. La eterna París, que, como alguien dijo una vez, sigue albergando a gente soñadora. Impasible, viendo pasar ideales por sus Jardines de Luxemburgo, las mismas parejas, los mismos besos, los mismos gorros de lana y la misma gente que fuma Gauloise. Amor fati es una frase latina acuñada por Nietzsche traducida como "Amor del destino" o "El amor al destino". Se utiliza para describir una actitud en la que uno ve todo lo que sucede en la vida, incluido el sufrimiento y la pérdida. Una de mis favoritas, sin lugar a dudas.

Current road” nos anima a batir palmas acompañando a H.A.T.E.M e “Inuit” nos cuenta la historia de un esquimal y su familia.

Llegamos al noveno y penúltimo tema del álbum con “The past and the son”, encargado de preceder a “Goldie sound”, el sonido dorado que pone fin a nuestro viaje. Hasta la última nota seguimos sintiendo ese intimismo y positivismo de Hola a todo el mundo.

Diez cortes de variada duración equivalentes a diez canciones de inspiración, que constituyen puentes hacia paisajes oscuros o llenos de luz. De cualquier manera, cada segundo es un instante de éxtasis para nuestros sentidos.

Por Paula Rodríguez