Lo cierto es que en ocasiones las entrevistas aparecen ante ti de una manera casual. Sin buscarlas, sin que nada sea predeterminado, como en esas noches tontas en que sales a tomar una copa y vuelves a la mañana siguiente con una borrachera tremenda, pues igual. El cara a cara que hoy nos ocupa entraría en esa categoría, ya que se fue gestando paso a paso por un cúmulo de casualidades.
La primera de ellas tuvo lugar una tarde de agosto en Arenas de San Pedro, durante un encuentro con Pacho Rodríguez en el Festival Ecopop. Fue allí donde él me preguntó si tenía en mí poder alguna copia del libro de Cooper, “Club 45, 90 Canciones para Mods y Jetsetters”. Le contesté con total sinceridad, que no. Nadie me lo había hecho llegar y mi economía no andaba pasando un momento como para lanzarme a comprarlo. Él cortésmente prometió hacerme llegar una copia del mismo en unas semanas. Detalle que yo agradecí sobremanera. No en vano pensé, “Un libro de Alejandro Diez totalmente gratis”, aquello sonaba interesante.
Con el paso del tiempo y el libro aún por llegar, recibí una de esas noticias que cuesta creer. El destino barajó sus cartas y el azar caprichoso nos puso las cosas en bandeja. La noticia no era otra que el hecho de que Cooper tocaría en un centro comercial de Velilla de San Antonio, un pueblo situado en el extrarradio de Madrid, para todos aquellos que no lo conozcan.
Ese hecho que nada debería tener de particular -las bandas tocan donde se las contrata-, encerraba algo curioso dentro de sí. Esa localidad es el lugar donde algunos de los que hacemos posible esta web hemos pasado gran parte de nuestra infancia y adolescencia. Un lugar donde, por decirlo de modo suave, la música de calidad, lo que nosotros entendemos por calidad, nunca ha sido mayoritaria. Hablaremos claro para que el lector lo entienda. Velilla siempre ha sido una tierra orientada en su mayoría a la música infame. Los géneros que por allí más gustan son el “Bakalao” o ese pseudoproducto al que llaman “Flamenquito”. Casi nada, ¿verdad? Suerte que siempre ha habido excepciones, entre las que por supuesto siempre nos hemos encontrado. Huir de la quema en algunos casos se torna como vital.
Por suerte, desde hace algunos meses parece que allí las cosas están cambiando. Últimamente y a partir de una curiosa iniciativa llamada “Las Tardes de los Madroños”, en ese oscuro panorama parece que empieza a salir el sol. Esta iniciativa consiste en programar mensualmente una serie de conciertos en clave de rock y música de aroma “sixtie” por donde hasta ahora, han ido desfilando parte de lo más granado del panorama underground de la capital. Algunos de los grupos que hasta allí se han acercado a tocar han sido Zombie Valentines o Sally Brown, por citar un par de ejemplos. Dos bandas que son conocidas por los lectores habituales de esta web.
Ante semejante tesitura no encontramos un mejor sitio en el que realizar la entrevista con Cooper. Si no era en Madrid, al menos que fuera en un lugar hacia el que sentimos un gran cariño. Contactamos con Alejandro, quien en todo momento se mostró de lo más receptivo a la hora de ser entrevistado por nosotros. Todo estaba cerrado. Solo faltaba esperar a que llegara la fecha de su actuación.
El momento de la gran cita se produjo hace algunas semanas. Momentos después de la prueba de sonido previa a su directo. Ante la grabadora de “El Giradiscos”, Alejandro Diez.
Poco podemos decir de él que no se haya dicho. Fue líder de Los Flechazos, una de las grandes bandas mod de nuestro país. Actualmente y desde hace unos años defiende sus canciones bajo el nombre de Cooper, uno de los proyectos más interesantes de la música de nuestro país.
Mantuvimos con él una charla a 45 revoluciones por minuto donde nos explicó todos los pormenores de su libro. Un cara a cara en el que nos habló de su música, de su opinión sobre escena mod, de sus planes de futuro, que pasan por la grabación de un nuevo disco y de un montón de cosas más. Media hora muy enriquecedora, en la que nos dejó disfrutar de lo que se siente “Viviendo en la Era Pop”. Con ustedes Alejandro Diez.
Hace unos meses que se publicó “Club 45, 90 Canciones para Mods y Jetsetters”. ¿Cómo surgió la idea de editar el libro?
Tenía la idea rondando en mí cabeza desde hace años. Lo que no tenía era el tiempo necesario, debía poner en orden todo el material que tenía en casa y entre otras cosas, decidir cuales eran las canciones de las que quería hablar. En el momento en que tuve un año sabático me lancé a ello. Esta idea surgió hace quince o veinte años. Data de la época en que hacía fanzines. Siempre fui recopilando la información con la idea de hacer un libro como éste.
Una de las cuestiones que más nos llama la atención es la parcelación y el título de los capítulos. En cada uno de ellos incluyes distintos estilos musicales y has decidido titularnos con nombres que nos resultan muy familiares. ¿Por qué esta clasificación?
Dentro de la evolución de la música en los años sesenta, que fue rápida y muy vertiginosa, hay estilos que no me interesan mucho. Eso me ocurre con el “beat” más “Mersey beat”, de principios de los Beatles y de The Cavern. Grupos del tipo “Liverpool” de la primera hornada. Tampoco me apetecía hablar de lo que vino después de la llegada de ese “alien” que era Jimi Hendrix. Él revolucionó la escena londinense, logró que los grupos abandonaran el “beat” y las armonías vocales. Todo el mundo se dedicó a buscar a los grandes “guitar heroes”, otra vez el retorno del blues, lo que luego fue el “rockandrrollo”. Todo eso no me interesaba. Me centré en los años que a mí más me gustaban. Coincidió que la primera canción es del año sesenta y cuatro. Las últimas son del sesenta y siete o sesenta y ocho. En esos años hay una evolución estilística que fuera de Inglaterra quizás se da más tarde, pero allí aparece con fuerza el “beat”, el rhythm and blues. Después la efervescencia de la era pop, con el pop-art. El sonido pop de los sesenta claramente. Tras ella el final con el soul y la psicodelia. Con todo eso decidí hacer tres capítulos y ponerle títulos de canciones de Los Flechazos. Hay muchos guiños a mí antiguo grupo. También supongo que habrá gente que lea “Club 45” porque estén interesados en ver como he llegado a hacer las canciones que hago. Hay mucha conexión.
¿Cuál ha sido el criterio qué has elegido a la hora de seleccionar las canciones que ibas a incluir en el libro? ¿Acaso no será esta tú sesión musical perfecta?
No, no, en absoluto. La motivación principal para que salga una canción, no fue solo que me gustaran muchísimo, que por otro lado, casi todas me encantan. Era el material gráfico del que disponía. Si tenía una foto brutal de una banda que nadie había visto, la incluía. Personalmente me hacía gracia descubrir que pintas tenías aquellos tíos que en la escena mod llevábamos años escuchando pero que nadie había visto. El libro no tiene un afán completista, ni afán de ser el libro definitivo sobre este tema. Podría haber hecho seis libros iguales, con otras canciones y con otros grupos.
El mero hecho de recopilar todas estas fotografías te habrá supuesto un trabajo tremendo. ¿Cuánto tiempo has tardado en hacerte con semejante catálogo?
Yo soy coleccionista desde hace más de veinte años de memorabilia, revistas musicales, partituras, discos y de hojas promocionales de los grupos, entre otras cosas. Poco a poco te encuentras con el material. Ahora mismo ando detrás de una postal promocional de un grupo de los sesenta llamado The Carnaby, pero no hay manera de conseguirla.
La verdad es que el libro nos ha parecido muy completo. Un trabajo para degustar mientras lees y escuchas, las canciones que nos propones. Personalmente, no me he podido quitar de la cabeza la sensación de que se trata de un libro de fan para otros fans de la música de los sesenta. ¿Era esa la pretensión que tenías?
Sí, es un libro muy de fan, escrito por un fan. No sé si es un libro sólo para seguidores de música de los sesenta o para todo tipo de gente. Creo que es accesible para todo tipo de públicos, porque tiene como diferentes niveles de lectura. De hecho, seguramente, algunos de los más entendidos en música de los sesenta encontrarán pocas novedades que no sepan en los comentarios que yo hago. Con las fotos es distinto, todos mis amigos del extranjero e incluso de aquí me dicen que hay cosas que ellos no conocían. Tampoco pretendía mostrar todo lo que sé. Es más un relato informal con lo que me sugiere cada una de las canciones, en ese sentido para un fan de Los Flechazos que no sea mod, ni le gusten los sesenta, puede que descubra cosas. He intentado no caer en la cascada de datos que considero fuera de lugar. Solo quería citar la esencia del grupo desde la perspectiva del fan. No me veo en un futuro como crítico musical.
Hay un detalle que me ha dejado impactado y es la sinceridad de la que haces gala en el prólogo. En el mismo te planteas por qué sigues siendo mod, reconociendo que no cumples muchos de los “requisitos”. En el fondo vienes a decir que lo que te engancha es la música. Nos ha llamado muchísimo la atención ese arranque tan visceral.
Con el tiempo se verá con una perspectiva diferente el prólogo. Creo que nadie del rollo mod ha dicho eso nunca. Nadie se ha planteado esa autocrítica. El prólogo está dedicado hacia la gente de la escena mod y los mods, para que rebusquen en su interior lo que les ha llevado a serlo. ¿Por qué lo son? Que busquen en su interior las claves, porque hay muchas interpretaciones diferentes. Yo no pretendía levantar polémica. Para mí los mods son mí familia. Intento hablar, descubrir, ver los motivos que me hicieron mod. Es muy sincero, no he pretendido quedar de guay, ni mostrar algo que no soy. ¿Por qué se ha aceptado que lo mod envejece mal? Estoy viendo a gente de mí generación, de sesenta años que siguen siendo mod, cuando se supone que era un culto “teenager”.
Personalmente no me ha parecido una crítica al movimiento mod. Lo he entendido como un planteamiento personal, única y exclusivamente. “Soy mod, aunque no cumpla con lo que se supone que son los requisitos”.
Es así. En el prólogo podría haber entrado al trapo de muchos mitos que existen como dogmas de fe en la escena mod. Podría criticarlos y llevar la contraria, pero son tan aceptados que para que me voy a meter a discutir con nadie. Simplemente digo, “Yo no los cumplo y creo que soy muy mod”. Lo he hecho para que la gente piense.
Nos ha llamado la atención el título del libro “Club 45”, alusión clara al single. Me gustaría saber tu visión personal del hecho de que actualmente sea un formato que esté tan en desuso. Parece que solo los muy amantes de la música compran singles para pinchar en casa o en una sesión.
De hecho son las dos líneas principales de argumentación del libro. La defensa del single y por otra parte la perspectiva del fan, para que la gente disfrute de lo que yo he disfrutado. Son las dos cosas básicas, las que más me importan. Aquí quería reivindicar el formato del sencillo. Me parece un formato muy desperdiciado, aunque entiendo las razones, pero no me gustan.
Salvo contadas excepciones, ya nadie edita singles, al menos de una forma tan cuidada. Sin embargo, es una de esas cosas en la que tú te has centrado durante los últimos años. En 2002 decidiste dejar de editar discos y en 2003 empezaste a editar singles. Después la compañía los ha agrupado y has editado “Retrovisor” y “Aeropuerto”. ¿Por qué decidiste acabar con el formato disco en su día?
Ya no me acuerdo. Fue en 2002, hace ochos años de aquello (Risas). Me harté de aquella rutina. Traté una vez más, sin éxito, darle un toque a la industria musical. Que la gente viera que había otra forma de hacer las cosas. Bueno, lo de sin éxito es relativo. He sido número uno de las lista de ventas de singles en España durante siete semanas seguidas, por encima de gente como Madonna. Es totalmente anecdótico. Se venden muy pocos discos. He intentado que la gente se diera cuenta de que estaba comprando discos, cuando quizás les interesaban una o dos canciones. Había muchas razones que expliqué en su momento y que siguen siendo validas. Yo tengo además la gran suerte de trabajar con unos amigos que tienen un sello discográfico, que son la gente de Elefant. Siempre trato de hacer la vida lo más fácil posible a mis amigos y desgraciadamente editando solo singles, ni tan siquiera un grupo como Cooper es viable. No se venden singles, ni Lp´s, ni nada. Los medios de comunicación generalistas apenas me han dado cancha al editar en singles. Lo han hecho un poco al editar largos. Es una batalla que se ha perdido. No yo, sino la música y toda la gente en general.
¿Es esa una de las razonas por las que has anunciado que tu próximo trabajo será un larga duración?
Sí, es una de las razones. También es verdad que ahora tengo más tiempo. He renunciado a mí plaza de funcionario, cosa que el país me agradecerá. Me voy a dedicar a tocar la guitarra y a pasármelo bien. Tengo tiempo para embarcarme en un proyecto que me haga ilusión. En esta época en que las casas de discos no pueden ni pagar una grabación, yo tengo la suerte de tener el respaldo de Elefant para organizar un proyecto que me apasione, que me interese, con un productor de calidad. Hoy en día es algo importante, por eso no pienso desaprovechar la oportunidad. Estamos trabajando en diez canciones para tener un nuevo álbum.
¿Nos puedes adelantar algo de ese nuevo disco que estás empezando a preparar?
Alguno de los nuevos temas lo hemos tocado en directo pero muy pocas veces. Te puedo hablar de mí intención cuando empecé a preparar el disco. No sé si me va a salir, porque luego la música va por otro lado. Yo quería hacer un disco sin hits. En el sentido de que todas las canciones que hago, no sé por qué, quizás porque llevo escuchando música desde los cuatro años, casi siempre de radiofórmula, hasta la adolescencia. Estamos hablando de una época en que sonaban por ella Suzy Quatro o Status Quo. Hago canciones que se entienden a la primera escucha. Bastante directas. Esa ha sido mí manera de hacer música. Me planteaba como reto hacer un disco que la gente las escuchara y pensaran, “No mola tanto como los anteriores”, pero que en la segunda o tercera escucha creciera. Que la gente se acabara enganchando poco a poco, siempre dentro de mis coordenadas. Yo no soy Yo la tengo, ni Sonic Youth. Quería jugar con la estructura de las canciones, que no hubiera ganchos o estribillos. Que fueran como más oscuras. En cierta manera voy por ese lado, pero de pronto aparece el hit instantáneo en mí cabeza y ¿Cómo lo voy a dejar fuera?... Caeré en la trampa, seguro.
Ahora que estás hablando de tus canciones. Queremos comentarte un detalle que siempre nos ha llamado la atención. Dentro de tu trayectoria es habitual encontrarnos con que tus temas siempre aportan luminosidad, aunque la temática de la letra no siempre sea alegre.
Es curioso porque cuando estábamos mezclando “Fonorama” al llegar a una canción que se llama “Buzo”, el técnico de sonido, un amigo mío que se llama Eugenio Muñoz que ya había trabajado con Los Flechazos me dijo, “A mí me gusta este estilo de música tuyo, tan alegre y efervescente”. Le dije que la escuchara otra vez. Volvió y me dijo, “Joder, no me había dado cuenta”. En el primer Lp de Los Flechazos, hay una letra que habla del suicidio, en el segundo otra. Todo el mundo tiene la idea de que hago música juvenil, pero nada más lejos de la realidad. Quizás musicalmente, las armonías y las melodías que hago, dan cierta sensación de luminosidad. Puede que sea por eso.
Canciones como “Hyde Park” o “Canción de Viernes” tienen ese toque y eso que para nada son canciones alegres. Son más bien melancólicas.
“Canción de Viernes”, está dedicada a mí padre que murió. La gente sigue con la historia de un pop muy alegre, fácil y directo. Yo creo que nadie entiende nada (Risas). He tirado la toalla hace mucho tiempo. Con la música que hago se quedan en la superficie. Hay gente que sí entiende lo que hago, pero en general, creo que no. Leo muchos comentarios en Internet sobre Los Flechazos, simplificando de una manera absurda lo que fuimos, la manera de componer. Creo que es perder el tiempo.
Alejandro tú que eres uno de los mods más veteranos de nuestro país. ¿Qué te parece actualmente el movimiento?
Es una escena que ha cambiado mucho. Todo ha variado desde la época en que estaban Brighton 64 o Los Negativos. Éramos fans, íbamos a los conciertos y allí pegábamos botes. Los mods de alguna manera, se han distanciado de los grupos en directo. Las bandas no son estandartes del movimiento, están como separados de alguna manera. Hay cosas interesantes, pero creo que nadie sale al escenario diciendo, “Hola, somos un grupo mod”, como decíamos Los Flechazos. Igual Blow-Up, pueden decirlo. Actualmente se llevan las cosas de otra manera. No tiene nada que ver con la época dorada de España, el principio de Brighton, Los Negativos, los primeros Elegantes, luego cuando llegaron Sex Museum, todas las bandas de mediados de los ochenta. Después llegó un momento mágico con Dr. Explosión, Los Flechazos, Allnighters. Ahora no tiene nada que ver, está muy de bajón.
Fuiste durante años uno de los responsables de la organización del Purple Weekend. ¿Sabes que va a ocurrir finalmente con la edición de este año?
Hace siete años que no organizo el Purple Weekend. Finalmente se va a celebrar. Lo va a hacer el ayuntamiento, pero yo ese fin de semana me voy a ir de León. Ya no me apetece.
A modo de curiosidad, antes hemos hablado de Brighton 64, ¿Qué te parece la gira de reunión por el 30 aniversario?
Brighton 64 se reunió después de la separación en un Purple Weekend que yo organicé. Tocando con muchas otras bandas de la época. Fue muy apasionante. Es un grupo al que yo tengo mucho cariño. Un grupo de mí juventud. Cuando tienes cuatro o cinco referencias musicales, tú crees que estás haciendo algo nuevo. Luego te das cuenta de que estás copiando esas cosas que ves. Si escuchas el primer disco de Los Flechazos, “Viviendo en la Era Pop”, te das cuenta de que hay mucha influencia de Brighton, de Los Negativos o de Making Time, cuatro o cinco grupos. Luego ya, fuimos por nuestro lado. Les quiero mucho, me encantan. Será una ocasión genial para volver a escuchar sus canciones.
Ha llegado el momento de hacerte la pregunta del millón. ¿Te planteas una hipotética reunión de los Flechazos?
Yo creo que no. No. Brighton será que son nostálgicos, yo no lo soy. No tengo ninguna nostalgia de esa época. Fue la mejor juventud posible. Me sigo llevando muy bien con Elena y con Héctor, sobre todo. Nos vemos, sería muy fácil, lo podríamos hacer, pero no tendría sentido. Además creo que los tres nos hemos cansado de hacer tantos esfuerzos por los demás. Es una cosa fea de decir pero, después de una vida dedicada en su mayor parte a hacer cosas para la gente, programas de radio, organizar conciertos, montar un grupo, escribir canciones, organizar el Purple, escribir un libro para enseñar cosas a los demás y trabajar en programación de eventos, me he cansado. Elena en ser profesora, Héctor en tener una editorial de libros, creo que ahora estamos los tres en una dinámica que nos apetece dedicar nuestra vida a nuestros hijos y nuestras familias, más que a un público flotante que se supone que en una posible reunión de Los Flechazos irían. No queremos entrar en la dinámica de que nuestra alegría dependa de los demás. Cuando dejamos el grupo, lo hicimos de una manera muy amarga. Era la quinta vez que tocábamos en Toledo. Habíamos metido ochenta personas en una sala de puta madre. Llevábamos once años dale que te pego. Al acabar nos metimos en el camerino a hablar sobre el futuro. Se nos fue el tiempo. Cuando abrimos las puertas dos horas después, la discoteca estaba llena. Mil personas bailando “bakalao”. Las chicas preciosas con plataformas y la pobre Elena cargando un amplificador “Marshall”, que pesa un “huevo”, diciendo a la gente, “Perdón, perdón, ¿puedo pasar?”. Los Flechazos acabaron porque la gente no nos hacía caso. Si no nos hicieron caso en su momento por qué volver ahora. Yo sé que hay gente que no nos ha visto y les gustaría pero lo siento. No va a ser posible.
Tras esta breve charla nos despedimos de Alejandro unos minutos para que ultimase los detalles de su actuación en acústico. Verle en directo fue, como siempre, un auténtico gustazo. Casi tanto como haber tenido el placer de hablar con él largo y tendido. Un tipo más que interesante este mod leonés. Ya hay ganas de escuchar ese nuevo trabajo que está empezando a preparar.
Por: Javier González e Iván González.
Fotos: Iván González.
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*Texto y fotografías: Fran Llorente.*
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