Igor Paskual: “Equilibrio Inestable”

Hace más de dos años que pudimos oír por primera vez muchas de las canciones que conforman este “Equilibrio Inestable”- Pop Up Música-, el que es el primer disco en solitario del donostiarra, pero afincado en Gijón, Igor Paskual, y la verdad es que, pese a haberlas podido disfrutar en multitud de ocasiones, no dejamos de sorprendernos a medida que se iban sucediendo las escuchas del álbum.

Principalmente porque por cada poro de este trabajo, del rockero más glam que campea por nuestros escenarios, se respira una sinceridad alejada de cualquier atisbo de pose - no queda rastro ya de aquél componente tan habitual en las canciones que firmaba en sus años capitaneando a Babylon Chat- que por momentos se torna en descarada visceralidad y con la que es muy sencillo sentirse identificado.

La carta de presentación con la que llega bajo el brazo Igor se mueve en una triple vertiente musical, de un lado encontramos temas que se mueven en un terreno cercano al country-folk-rock, un claro ejemplo de ello son canciones como “Bebemos” o “Volver”, una pieza esta última cargada de sensibilidad y añoranza por los buenos momentos que se pierden al vivir, casi de continuo, en la carretera.

Encontramos también instantes en que las guitarras cobran más protagonismo y velocidad, amenazando incluso con afilarse sin llegar a hacerlo en ningún caso. En esta categoría podríamos incluir cortes como “Música para Traicionar”, encargada de abrir el disco, “Chica de Gama Alta” o “La Bahía”, el single de presentación del álbum.

En última instancia nos damos de bruces con una tercera vía a la hora de enfrentarse a las composiciones, en ella el donostiarra se ha permitido ciertas licencias que podríamos calificar como más experimentales. En esta categoría podríamos incluir “El Peor Novio del Mundo”, que contiene un desarrollo sorprendente y unos loops que aportan al tema mucha categoría.

No podemos calificar de menos llamativos a temas como “Automedicación” o “Mis Amigos”, la primera de ellas acaba por convencer con tan solo una escucha, a pesar de su inquietante comienzo donde “El Guaje” se desgañita mientras recita distintos tipos de medicamentos. No así tanto la segunda, que acaba entrando a duras penas, más por ser una reivindicación de la verdadera amistad que por ser una gran melodía o contener una letra memorable, sin duda estamos hablando del tema más flojo de todo este “Equilibrio Inestable”.

Mención aparte merece la que es la verdadera joya de la corona de toda esta colección de canciones. Me refiero, sin lugar a dudas, a “Pierdo la Calma”, poco más de dos minutos sustentados en una preciosa guitarra acústica y una trompeta, un auténtico temazo que destila pura elegancia de aires sureños y fronterizos.

La valoración general del primer disco de Igor Paskual es más que positiva, debido en gran medida a la gran cantidad de buenas composiciones que han logrado reunir, la casi totalidad de los cortes tiene una calidad fuera de toda duda, y a que, además, la producción de este “Equilibrio Inestable”, realizada de una manera casi artesanal, sin grandes estridencias pero repleta de calidad y buen gusto, logra elevarlos sobremanera.

A todo ello, y a modo de confesión íntima, hay que unirle otro dato que habla muy a las claras del estado de forma en que se encuentra nuestro “dandy” favorito. Lejos de agotarse su talento parece no tener fin, ya que sabemos positivamente que se han quedado fuera de este cancionero grandes temas, como es el caso de “Waterloo”, detalle que personalmente no le perdonaré jamás, por temor a que fuera un disco demasiado reposado. Unos, normalmente los indies, metiendo minutaje de relleno, otros, un rockero como él, dejando alegremente buenas canciones en el limbo. Eso es lo que se llama estilo y marca diferencias.

Sinceramente pienso que tenemos artista para rato y además viviendo su mejor etapa, tanto personal como profesional. Todo un lujo para nuestros oídos señores que el próximo miércoles paseará su directo por la madrileña sala “El Sol”. Anímense y disfrutémoslo juntos.

Por Javier González.