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A este proyecto ambicioso se han sumado una serie de músicos de primera fila: LD Beghtol como productor, cuya colaboración revela esta metamorfosis en cuanto a sonido; Stephin Merritt, Pinky Weitzman (violín para Belle & Sebastian o Nathan Larson), Jon DeRosa (cómplice de Alan de Low) o Julia Kent (chelo de Antony & The Johnsons), capaces de proveer a este trabajo de una gelidez lánguida perfilada con matices anárquicos al más puro estilo lo-fi.
Bajo una influencia reconocida y notable del “69 Love Songs” de The Magnetic Fields, el disco se compone de canciones de una belleza extraña, como “Laurie Allen”, con una esencia noise que nos recuerda a los Velvet Undergound en las canciones “What Goes On”, “White Light, White Heat” o “Beginning To See The Light”.
Percibimos el ritmo marcado de un Rock & roll desganado, como no podía ser de otra manera, en el corte “Elvis Luv”, y una cadencia agitada y desordenada en “Más Allá”.
“Marie” oscila de manera más ordenada, lenta y armoniosa entre el inglés y el castellano.
“Por lo Que Tiene de Romántico”, uno de los temas más resplandecientes del álbum, ostenta una elaboración más ornamentada afilada con arreglos de plañideros violines suplicantes.
‘Hazme una señal y me convertiré en miserable’ reza “Gigante”, título apropiado para una canción fabulosa que de manera etérea y elegante nos hace transitar por insólitas travesías glaciales.
De esta espléndida manera, Remate comienza una nueva aventura que le llevará a adentrarse en territorios inexplorados del pop nacional.
Por: Sara Hohenlohe