Entrevista: "El Drogas"

“Franco no ha muerto, a Franco lo tenemos que matar” 

Por: Sergio Iglesias 

“Sólo quiero brujas en esta noche sin compañía” es la frase de Leopoldo María Panero que da título al nuevo trabajo de Enrique Villareal “El Drogas”. Nada más y nada menos que cinco discos en los que el músico navarro nos muestra sus diferentes caras: del rock al punk, pasando por el tango o el folk… todo tiene sitio en este nuevo trabajo. Una apuesta arriesgada que demuestra que lo sencillo no está hecho para él y que lo suyo es bajarse al barro y buscar nuevos caminos en las selvas más espesas. Así es El Drogas, un tipo que no elude la polémica y cuya premisa es la de no callarse nunca ante la injusticia y ante el oscuro panorama político y social que se nos plantea. Para nosotros ha sido un auténtico placer poder charlar con él durante una hora larga y descubrir a la persona más allá del músico y también más allá de los titulares, una persona íntegra y valiente… al fin y al cabo, ¿cómo no ser valiente cuando se es una leyenda del rock?

¿Un quintuple disco en estos tiempos que corren? ¿Hay que ser un valiente para hacer esto? 

El Drogas: Eso sí que es política anti marketing o algo así ¿eh? (risas). A mí no me interesa para nada entrar en el ritmo de lo que entendemos como “mercado”, o de si la música se escucha de tal o cual manera. Ir aceptando esto, a mí me ha permitido plantearme trabajos que, de otra manera, serían imposibles. Si “La Venganza de la abuela” fue el primer chispazo, a partir de “La tierra esta sorda” con “Demasiado tonto en la corteza” y ahora con este nuevo, he hecho esos discos que me gustan: trabajos densos en los que yo tengo que estar totalmente inmerso en la historia, todo comienza con una teoría en la cabeza y de ahí empiezan a surgir historias y van saliendo cosas que no me espero hasta que veo el currelo completo… para mí todo ese trayecto es acojonante. 

Me hablas de cosas que tienes tú en la cabeza pero, por lo que vemos en este caso en “Europa (Timbre oxidado)”, la actualidad también influye en el proceso creativo ¿no? 

El Drogas: Así es. A todo eso quería darle un enfoque concreto, cuando aparece aquella foto de la pobre criatura ahogada en la arena, mi nieto mayor de 7 años tenía la misma edad que esta personita y eso me marcó. En aquel momento había más cosas que me llamaban la atención de una manera brutal, como la salida de las africanas, cómo pasan por las mafias y son violadas y cómo llegan aquí absolutamente rotas… situaciones demoledoras, como el asesinato de 15 personas en la playa de Tarajal que ahora vuelve a estar de actualidad, o la historia de la manada. Lo que yo quería era reflejar cómo se trata a la mujer de forma generalizada en todo el mundo pero también, y sobre todo, en Europa, como primer mundo. Este tipo de historias estaban allí y, a lo largo del tiempo, iba llegando más información y esto es la hostia porque en este tipo de historias tienes que poner un punto final porque, si no, es eterno. 

¿Con este disco intentaste hacer algo similar a lo que hiciste en el “Matxinada”, en el sentido de que utilizas sonidos más duros y en que la temática está ligada a la actualidad? 

El Drogas: Sí, en “Matxinada” igual hasta era más concreto porque quise que fuera como estar leyendo un periódico de aquel momento. Por eso quise que aparecieran nombres propios, aunque me da igual que en aquel momento fuera la Cospedal y ahora sea Ayuso, Ana Beltrán o Monasterio… realmente lo que son los hechos y el facto de la historia siguen siendo similares. Todas estas cosas que pasan te acaban enfadando y encima ves la propia fagotización de la izquierda que es experta en joderse a sí misma… todo esto ha hecho que mame de aquí y de allá y que esté tan cabreado con lo que nos rodea. 

¿Cómo músico te sientes en la obligación de levantar la voz ante todo esto? 

El Drogas: Para mí esto es tan importante como cuando hablo del amor, del desamor o del Alzheimer porque me toca de manera directa; pero entiendo que no soy yo el único que lo vive, así que siempre, cuando toco un tema, lo intento hacer desde el punto de vista del que forma parte del montón y, como montón, quiero aportar lo que pueda para suavizar situaciones que está pasando otra gente, como me ha pasado a mí cuando he hablado con familias de Alzheimer o cuando he estado metido en otras historias. 

En cuanto al título, “Sólo quiero brujas en esta noche sin compañía”, ¿has estado releyendo a Panero últimamente? 

El Drogas: Qué va, no lo he estado releyendo, sino que Panero siempre está ahí y, si me falta algún libro, no hay problema porque Kutxi aparece con él (risas)… gracias a él yo conocí toda la bibliografía de Panero. Para mí, leer cualquier escrito suyo es maravilloso, lo entiendo igual de poco que la primera vez pero da igual… es el puñetero placer de la lectura. Panero tiene, además, un gran bagaje cultural y eso se nota, te mete en su mundo sin que te preocupe dónde vayas a aparecer, ojala pudiera hacer eso yo. Y en cuanto al título, me apetecía porque quería que fuera contundente y conciso para que la gente cuando fuera a la tienda dijera “hostia ¿cómo se llamaba el disco? ¿Las brujas buscan compañía esta noche…?” (risas); está bien porque es un juego que me apetecía hacer y el término de “brujas” se desvela al abrir el libreto en el texto de Eduardo Galeano: las palabras no cuentan lo que tú quieres, sino lo que ellas quieren… para mí es importante también cómo me he dado cuenta de que, retándome a cuchillo con ellas, nunca voy a ganar y que ese duelo siempre lo ganan ellas; así que, una vez que te das por vencido, te dejas llevar a ese mundo maravilloso que es el que ellas quieran y es una gozada. En ese sentido, Panero es como… ¿cómo era eso que decían de Jesús? ¿el verbo hecho hombre o algo así? pues él es un poco eso… esa palabra en la que te puedes columpiar. 

¿Te sientes cada vez más escritor? 

El Drogas: Sí, el traje de la canción siempre es la música y, realmente, lo que no importa si está vestido o desnudo es lo que escribo; con esto no quiero decir que quite importancia a la música, pero para mí es muy importante lo que digo y me como más el tarro con eso… o igual es que me resulta más complicado llegar a decir lo que quiero. 

¿Pero te comes el tarro con lo que dices o con cómo lo dices? 

El Drogas: Con todo. La estética también me interesa, me gustan la forma y el fondo. Es como actuar, me gustan las lentejuelas y también lo que transmites cuando estás delante de la gente, no es sólo salir de traje, con corbata, con chistera o con una chupa vaquera… lo tengo todo pensado y me gustan esas cosas y, si puedo cambiarme dos veces, mejor… creo que es algo interesante también de cara al público. Siempre he dicho que me gustaba Alice Cooper en los 70 y de ahí he mamado mucha historia teatrera, así que ahora que he podido recoger algo de eso, lo vivo así y los formatos que monto tienen que ver con todo eso. 

En el disco nos encontramos un poco de todo: folk, punk, tango… 

El Drogas: El tango siempre me ha llamado la atención y, cuando fuimos a Argentina me pillé allí algunos discos. Antes de eso ya me atrapaba la historia argentina, no sólo por el tango, sino porque pienso que, culturalmente, nos llevan unos cuantos años de ventaja. 

Me estoy quedando impresionado de todos los escritores y escritoras de Sudamérica que estoy descubriendo cada dos por tres… si ya estaba flipado con Neruda o Cesar Vallejo, por ejemplo, de repente, encontrarme un libraco de cuentos en un mercadillo por 8 euros de Julio Ramón Ribeyro… así que me lo leo y decido basar uno de los discos en una de sus historias, porque es el mejor escritor de cuentos que he leído; me apetecía hablar en las entrevistas de este escritor y que la gente tenga esa curiosidad por leer el libro después de escuchar el disco. 

Con conseguir el pellizco en ciertas historias ya me doy por satisfecho… es lo mismo que me pasó con “La tierra está sorda” que, para mí, fue un reconocimiento de mi propia ignorancia y, al expresarla al público, mucha gente empieza a buscar en su pasado y se enteran de un montón de cosas… todo esto me parece importantísimo: sorprender. A mí ya no me sirve de nada que me digan “¡joder, como suena el disco!”… ¿y los demás? Por supuesto que me gusta que suene bien, y por eso trabajo con gente que sabe de esto mucho más que yo, pero no es eso lo que necesito que me digan, prefiero incluso que me digan “me ha sorprendido… pero para mal”; el día que no consiga sorprender seré un funcionario de los acordes y debería pensar en dejarlo. 

En “Europa”, el disco del que hablábamos anteriormente, creo que has dejado la composición en manos de tu grupo ¿no? 

El Drogas: Así es. En cinco de las canciones de ese disco han compuesto ellos la música sin que yo estuviera presente, me las han pasado y luego he cambiado cosas para buscar melodías incómodas y transmitir esa incomodidad de los propios temas… es un disco muy complicado y ha costado mucho que quede como ha quedado. De alguna manera, me recuerda aquel trabajo que hicimos con Matxinada porque el Brigi componiendo no tiene nada que ver conmigo y yo le suelo decir: “con una canción tuya yo ya tengo un disco” (risas). Los otros cuatro temas los compongo yo, pero luego pasan por ellos, porque el grupo siempre hace más grande mi trabajo. 

Hablando de otro de los discos, en este caso “Timbre fundido”, parece que has querido continuar con aquel proyecto de La Venganza de la Abuela, que hiciste ya hace 20 años… 

El Drogas: Sí, este Timbre fundido tiene algo de eso, es donde más barro metí y, a la vez, donde más desarrollado está mi gusto por Nine Inch Nails: una melodía de piano muy naif, muy siniestro en algunas, otras con un toque a lo Lucky Luke para transmitir esa imagen del charlatán, el vendedor de crecepelo… ha sido un trabajo muy basado en ese tipo de ambientaciones. Ese disco lo vi claro porque, según iba componiendo, veía que me faltaba ese “timbre fundido”, ese punto más industrial, como dices tú de segunda parte de La Venganza de la abuela y que, además, ahora me va a dar pie para recuperar alguna de esas canciones para el directo.

En cuanto a La Venganza de la Abuela, con aquel disco pasó algo similar a “La leyenda del tiempo” de Camarón, que fueron discos incomprendidos en su momento; sin embargo, ahora, 20 años después, no sorprende que hayas hecho este “Timbre fundido”, con un sonido muy similar a aquél… ¿crees que la gente está musicalmente más preparada hoy que entonces? 

El Drogas: Con La Venganza yo llegaba a los pueblos a la prueba de sonido y estaba la plaza hasta arriba y luego por la noche, en los bolos, no había ni Dios (risas). Pero la verdad es que yo me lo pasé muy bien con aquel proyecto y, artísticamente, me aportó muchísimo. 

Otra diferencia respecto a aquella época es que yo ahora tampoco estoy como en aquel momento, cuando todo lo que hacía fuera de Barricada parecía que tenía una fecha de finalización, porque tenía que volver con el grupo. Sin embargo, para mí fue un trabajo de la hostia, siete años de escuchar, aprender esa música y entrar en ese tipo de composiciones porque quería reflejar en lo que estaba metido en aquel momento, pero ya te digo que recibí hostias hasta de mi socia (risas). 

Ahora, mi intención era continuar con eso porque, desde el momento que escucho Nine Inch Nails por primera vez, dejo de escuchar la música como lo hacía, que era desguazándola y sacando todo de las canciones… a partir de ahí, empiezo a leer poesía, empiezo a escuchar lo que hacía Patti Smith al principio, Tom Waits… pero, a la vez, todavía me gusta encontrarme de vez en cuando con una hostia en el estómago como cuando escucho grupos como Belako, Agoraphobia o Meridian. 

Cuéntanos cómo van a ser los conciertos de presentación de “Sólo quiero brujas en esta noche sin compañía 

El Drogas: Empezaremos a partir del 22 de noviembre y en esos bolos tocaremos los tres primeros discos de “Sólo quiero brujas…” más 15 canciones de trabajos anteriores para llegar a las 40. Luego, a finales del 2020 o principios del 2021, intentaremos hacer el mismo circuito de salas pero con los otros dos discos y, como ahí está el industrial, eso me sirve para recuperar los temas de La venganza de la abuela.

Otro de los proyectos en los que estás metido es la gira de reencuentro de La Polla Records, que ha sido recibida por parte de sus fans con cierta polémica, ¿entiendes que, después de una carrera como la de Evaristo, todavía se le critique y se le acuse de falta de integridad por haber hecho estos conciertos? 

El Drogas: Hombre… en un país donde el nivel de imbecilidad es bastante alto ¿cómo no lo voy a entender? Pues bueno, es como toda la gente que habla de fútbol o de otras cosas sin tener ni idea… no digo que haya que hablar sólo de lo que se entiende, pero me parece flipante que sea ahora cuando se critica, y no cuando les han estado robando económicamente durante tantos años… y no sólo a ellos, a todos los grupos que pululábamos por ahí y que vivimos aquel desbarajuste; entiendo que éramos muy tontos y que estábamos a lo nuestro, pero hubo mucho espabilado y estaría muy bien que fueran saliendo nombres de los que estaban en todas esas historias. Ahora, muchos años después, Evaristo ha tenido la suerte de que le han propuesto esto y, por medio de la oficina que le lleva estas cosas, llega a recuperar una historia de la que yo me alegro porque, si en el mundo hay una persona buena, esa es Evaristo.

¿Y por qué te han elegido a ti como telonero? 

El Drogas: No lo sé, pero yo encantadísimo, cuando me lo propusieron respondí que sí antes de que acabaran la frase por si acaso (risas). 

En estos bolos estoy haciendo un repertorio muy relacionado con lo que pueden ser este tipo de festivales y, de 20 canciones, el 50% son de la época de Barricada de los 80 y principios de los 90. La gente va desde el primer minuto y es de agradecer, aunque yo estaría preparado para tocar a muerte eso mismo con cuatro personas delante. 

En otro orden de cosas y teniendo en cuenta que, aparte de músico, eres una persona que siempre ha manifestado sus opiniones sobre ciertos temas, ¿vas a votar el próximo 10 de Noviembre? 

El Drogas: Pues no lo sé, pero si lo hago supongo que votaré a Podemos a los que, como he dicho en otras entrevistas, considero la cataplasma de la tranquilidad… no me gustan demasiado, pero es que todo lo demás ya es extrema derecha, unos más y otros menos. 

También me gusta lo peleona que es Bel, una de las amas de Altsasu, así que tengo dudas porque siempre me ha gustado quedarme con el trabajo de las personas, como siempre he dicho de Uxue Barkos; lo que me jode es que luego, la estructura de los partidos termine tragándose ese humanismo que trasladan estas personas de las que hablo. 

No sé si es la postura más adecuada en esta situación, pero yo soy más de no votar, realmente soy partidario de reventar las urnas, porque ese puto sistema que llaman democrático es el que utilizan para tenernos pillados. Hace poco vi una pintada en Iruña en la que ponía “Si el voto fuese útil estaría prohibido”… ¿para qué votar si luego va a ser la banca o la CEOE los que van a decir cómo se van a hacer las cosas? 

¿Cómo ves el tema de la exhumación del dictador, teniendo en cuenta todo lo que tú has trabajado por la memoria histórica? 

El Drogas: Creo que, si realmente hubieran querido, eso ya estaba finiquitado hace mucho tiempo. Yo lo que pienso es que Franco no ha muerto, que a Franco lo tenemos que matar, no puede ser que un tipo como Ortega Smith diga lo que dijo sobre las trece rosas en una televisión pública y no se levante el presentador y le deje ahí solo… ¿como que no hay terrorismo machista? ¡Fuera! no vuelves a tener un puto medio a tu disposición; pero claro, luego ves lo que hay en las tertulias, ves a gente como Inda o Marhuenda, que ya me dirás que pueden aportar con ese nivel intelectual que tienen… ¿y los políticos? que llegue a ser alcalde de una gran capital europea como Madrid un tipo como este, o Ayuso con lo de las iglesias… ¿por qué tenemos que aguantar todo eso? Pues yo ya no me callo: claro que sí, vamos a quemar las iglesias de una puta vez.

Este país es una vergüenza y lo único que hacen todos es esconderse en la puta bandera… que se metan la puta bandera de España por el orto, como la guardia civil y la legión, que son cuerpos que tenían que estar ya disueltos; ¿por qué a los bomberos se les ve con buenos ojos allá donde van y a la guardia civil no?... pues, si vas a algunos pueblos de Euskal Herria se entienden muchas cosas: ¿qué va a salir si mezclas tricornio y alcohol? ¡Pues Altsasu!, pero aquí ha habido más “Altsasus” que el copón… 

Altsasu, un tema muy grave y del que ningún partido ni ningún medio habla ¿no? 

El Drogas: Pues no, ni tampoco nadie habla de lo que pasó con Egin y Egunkaria; Nadie dice ni mu, ni los medios que se llaman progresistas como la Sexta… todo esto me parece de vergüenza y por eso digo lo que me parece sobre la monarquía, la puta iglesia, la educación católica en un país laico…

Hablando de la monarquía, ¿no es un poco raro que un partido que se supone republicano y de izquierdas como el PSOE defienda la figura del rey? 

El Drogas: Hombre, el que no sepa ya lo que es el PSOE es que no se quiere enterar, porque anda que no tiene cosas como, por ejemplo, a nivel de Euskal Herria, el tema del GAL… yo nunca he sido partidario de ETA, por supuesto, pero si hay que hablar de terrorismo, pongamos todo encima de la mesa, no unos en la cárcel y otros con condecoraciones como los de Intxaurrondo, que todos sabemos lo que hicieron con el jaco en los 80… nosotros hemos vivido aquella época y hemos visto el percal, así que no nos van a enseñar cómo son las cosas.

Relacionado con aquellos años 80 y la generación perdida de jóvenes por culpa de la heroína, ¿no crees que lo que está sucediendo ahora con las casas de apuestas se parece bastante a lo que sucedió entonces? 

El Drogas: Sí, es muy parecido, pero vestido de una legalidad que todavía es más peligrosa… Yo cuando oía aquello de “murió por sobredosis de heroína…” ¡mentira! de heroína había un 5%; la mierda te llevaba a un gueto en el que comprabas absoluta porquería a precio de diamante y a llevar una vida que no se le puede desear ni a tu peor enemigo. 

¿Y a quién ha beneficiado todo eso? a las mafias… ¿y quién son las mafias? pues preguntémosles a los gobiernos, que saben de eso más que nosotros. Creo que, si queremos, todos podemos saber cómo metían mano en esto porque se ven cosas como que por donde iba el tráfico de drogas, también iba el tráfico de armas y el de seres humanos… al final, la multinacional que mejor funciona es el hambre; yo soy más tonto que el copón, pero, mirando un poco, me doy cuenta de un montón de cosas. Con observar un poco se ve todo y creo que muchos lo vemos, el problema es que no somos de los que metemos ruido y dejamos que lo hagan los más estúpidos, con los que deberíamos estar todos los días a tortazo limpio… ¿y eso es violencia? pues no, es más humillante todavía: un tortazo con la mano abierta.

¿Crees que, en los últimos tiempos, la derecha está haciéndose con la calle que, históricamente había pertenecido a la izquierda? 

El Drogas: Pues sí, nos estamos dejando quitar la calle y eso es muy representativo. Así que por eso yo soy partidario de la acción y si, por ejemplo, hay que reventar las casas de apuestas… pues se hace, porque ya hemos visto que por las buenas no cambia nada. 

También hay que replantearse el método de autodefensa de cada colectivo, todos sabemos escribir, leer y pensar y, por eso, cada colectivo debe buscar sus referentes; en el tema ecologista debemos aprender de estas tribus milenarias de Sudamérica que resisten a pesar de los ataques constantes, o el movimiento feminista que debería aprender de la lucha de las mujeres negras o de las mujeres en España en la segunda república. Como muestra de lo que digo, ahí tienes el ejemplo de los pensionistas, que vienen de atrás con lecciones aprendidas… y aprehendidas, que han conocido la lucha y lo que es la solidaridad en los trabajos, algo que ya no se da. 

Aquí hemos tenido los movimientos de los insumisos y el movimiento okupa, hay mucho que aprender de todo aquello y hay que poner en marcha todo esto. De todas formas, todo esto se aprende en la lucha y hace falta un poso que sirva de base para tus convicciones porque, si no, acaba convirtiéndose en mero folkclore.