Entrevista: Juan Mari Montes

“Creo que hay dos tipos de letristas y se nota mucho la diferencia entre ellos: los que leen y los que no leen” 

Por: Javier González 

El nombre de Juan Mari Montes va ligado a cientos de composiciones de nuestro pop-rock, publicadas por artistas de diversa índole y condición. Escritor de textos prolífico, periodista musical, pero sobre todo autor de canciones, noble arte al que lleva dedicándose con esmero y lucidez toda una vida. 

Sus letras están al servicio de toda clase de géneros y músicos, donde sin prejuicios trata de ajustarlas al buen hacer y personalidad de quien se las reclama. Esta faceta le emparenta de igual forma con el rock, personificado en los textos que ha firmado para algunas canciones de Loquillo y Pepe Robles, ex Módulos, pero también para otros mitos como Ana Belén y bandas señeras como Cómplices.

Semejantes credenciales son motivos más que suficientes para decidir contactar con Juan Mari, quien en todo momento se mostró dispuesto a llevar a cabo una charla que nos apetecía sobremanera, ya que no todos los días se nos brinda la posibilidad de conocer más de cerca la labor de un creador de canciones mítico como él. 

En primer lugar dadas las circunstancias en que realizamos esta entrevista. ¿Qué tal llevas el confinamiento? 

Juan Mari: Personalmente, lo llevo bien. Independientemente de esta tormenta que nos ha caído encima, yo la mayor parte de mi tiempo la suelo pasar en casa recluido en una habitación en la que me aíslo para escribir. Y a la hora de colaborar con otros compañeros compositores también es muy sencillo hacerlo online intercambiando archivos de audio y letras. Por ese lado, mi vida no ha cambiado mucho. Son los mismos hábitos de siempre. 

¿En qué momento de tu andadura profesional te encontrabas antes del parón?

Juan Mari: Pues creo que el último trabajo que había terminado eran las letras del próximo disco de Pepe Robles, el ex cantante, guitarrista y compositor de Módulos, aparte de una trayectoria en solitario maravillosa aunque menos conocida desgraciadamente. Con Pepe vengo colaborando desde hace unos quince o veinte años y acabábamos de terminar estos días su nuevo disco, un disco maravilloso de canciones de pop intimista y de jazz cálido muy en esa onda americana de gente como Michael Fraks que yo creo que va a gustar mucho o por lo menos nosotros estamos muy contentos del trabajo. 

¿Cómo de complicado es escribir canciones en momentos tan trágicos como el actual? 

Juan Mari: Escribir canciones siempre es complicado al mismo tiempo que estimulante y gratificante porque es un oficio que amo y que he elegido muy conscientemente. En cuanto a la llegada de esta crisis sanitaria que nos pilló a todos un poco en babia, la verdad es que los primeros días del estado de alarma, estuve varios días tremendamente bloqueado incapaz de concentrarme y escribir una sola línea ante tanta noticia nefasta como llegaba. Con el transcurso de los días, también he aprendido a desconectar y a seguir trabajando y ahora mismo lo estoy haciendo más o menos con la misma habitualidad de siempre. 

¿Te sale alguna letra luminosa y esperanzadora durante estos días?

Juan Mari: Hay de todo, claro, alguna de las últimas sí que tiene ese tono. Estoy pensando, por ejemplo, en “Vendrán tiempos mejores” que acaban de editar Cómplices y que concebimos así con ese espíritu de entregar a la gente algo esperanzador en medio de tanta nube negra. Y lo mismo “Solo tu sonrisa” que acaba de publicar estos días Rosa López con una iniciativa de Cruz Roja para recaudar fondos para las personas más desfavorecidas. 

Eres uno de nuestros autores de canciones más prolíficos, dada la ausencia de consideración que tal condición y la de músico en general tiene en nuestra sociedad. ¿Cuál es el secreto para aguantar toda una vida peleando a la contra? 

Juan Mari: Pues realmente yo no tengo la sensación de que haya falta de consideración hacia el propio oficio de escribir canciones, aunque sí las hay desde luego contra lo de ser un autor muy prolífico. Existe el prejuicio de que si trabajas mucho y a diario tu obra no tiene el mismo valor que si eres un vago y haces sólo una canción cada seis meses. Como si sólo por eso ya esa canción fuera a ser una obra maestra y tuvieran que ser necesariamente malísimas las del que trabajó mucho e hizo cuarenta en ese mismo periodo. Son prejuicios que creo solo existen en este país. Nadie en Francia crítica a Serge Gainsbourg por el hecho de tener un repertorio de más de dos mil canciones o en Italia a Ennio Morricone por ser capaz de firmar en los años sesenta hasta 20 bandas sonoras en un solo año. 

A la hora de escribir una canción. ¿Se trabaja más a menudo sobre una idea o sobre una petición concreta? 

Juan Mari: En general, yo suelo trabajar con bastante libertad casi siempre. Incluso en los casos en que llegan peticiones concretas o encargos de algún grupo o cantante que conoce mi trabajo, buena parte de las veces, más que pedirme que desarrolle alguna idea, me envían una melodía y me piden que escriba lo que esa melodía o esa determinada atmósfera armónica que le envuelve me sugiera. Otras veces yo envío una letra que ya tengo escrita y que surgió a partir de alguna vivencia personal o de una noticia que leí en un periódico o de una película o de una nóvela que acabo de leer y ellos posteriormente la musicalizan, con lo cual es incluso más sencillo. Otras veces y con bastante frecuencia la canción la he terminado con algún amigo y socio compositor y la enviamos acabada a determinado artista al que creamos que pudiera irle bien. En fin, cada canción surge casi de una forma distinta. 

En el caso de una petición concreta. ¿Cómo buscas la inspiración para escribir una canción a medida de un personaje? 

Juan Mari: Bueno, en realidad, en el caso de que surja esa petición concreta de alguien que conozco, es simplemente tener bien presente que historias pueden resultar creíbles, interesantes y si puede ser emocionantes en esa voz de una persona que tiene una edad determinada, que tiene una trayectoria que puede estar muy definida, que utiliza un léxico determinado, que es una mujer o que es un hombre… en fin… también es un poco jugar a meterte en piel ajena como si fueras un actor pero sin perder de vista que tiene que sonar para ser válida sincera y creíble. 

A veces debes sentirte como un auténtico sastre de la palabra, ¿verdad? 

Juan Mari: Sí, algo parecido. Desde luego, la palabra es el material básico con el que trabajamos los letristas y la elección de unas palabras en lugar de otras es importantísimo también para determinar el estilo de cada cual. 

Dicen que para hacer buenas letras, uno debe haber vivido mucho. ¿Es tu caso? ¿Consideras que eso no es más que un tópico? 

Juan Mari: Bueno, la afirmación puede valerme aún siendo un tópico, siempre que consideremos que lo mismo yo no la he vivido en primerísima persona pero sí lo he observado en la vida de alguien cercano, o se lo has visto sufrir a un personaje de una nóvela o de una película. Finalmente, también está permitido y es legítimo echar mano de la imaginación y la fantasía. Desde luego, es una obviedad que no todas las canciones tienen por qué ser autobiográficas. 

Por nuestra condición de rockeros militantes, nos ha interesado sobre todo tu trabajo en algunas letras de Loquillo. ¿Cómo es hacer una canción para él? 

Juan Mari: El trabajo con Loquillo surge por mi amistad con Gabriel Sopeña que es amigo personal de El Loco. A Gabriel le conozco desde hace muchísimos años y aunque él escribe fantásticamente bien, incluso ha editado poesía, siempre ha tenido la generosidad de considerar mis letras a la hora de componer y siempre ha habido muy buena química entre mis letras y sus melodías. Obviamente también conozco muy bien la trayectoria de Loquillo y él mismo me ha llamado alguna vez personalmente explicándome que quería para un determinado disco, lo cual también ayuda para que esas canciones vayan entrando en su repertorio.

Has sido capaz de firmarle dos canciones tan distintas como “Rock and Roll Actitud” y “La Vida es de los que Arriesgan”. ¿Muestran las dos caras de la moneda de lo que es Loquillo, el rockero y el que se acerca a la poesía?

Juan Mari: Si, son los dos pies en los que asienta la carrera de Loquillo alternando un poco un disco más roquero con otro más intimista o minoritario de musicalización de poemas. Yo creo que las dos cosas las hace fantásticamente bien. 

Si tuvieras que hacer un top cinco de tus mejores canciones. ¿Cuáles seleccionarías y por qué? 

Juan Mari: Uff es muy difícil porque uno a estas alturas ha escrito muchas pero por decirte algunas canciones que fueron especiales por alguna causa te citaría, por ejemplo, “Verdad que sería estupendo” que escribí para Cómplices por ser el primer éxito, y lo emocionante que resultó escucharla a todas horas en todas las emisoras en su día; “Si me nombras” que grabó Ana Belén sencillamente por todo lo que supuso escuchar una de mis letras en una voz que adoraba desde pequeño; “Con las ganas de decirte” que grabó Miguel Bosé, porque me encanta esa canción y cuenta una historia muy personal; “Ven a pervertirme” que grabó Malú porque fue una delicia colocar en las radiofórmulas una canción tan atrevida a pesar del onda de puritanismo que se vivía en ese momento y para terminar, por ejemplo, “Eres” que grabó Sergio Dalma en su último disco de estudio con temas inéditos, por ser una de las últimas y que tuvo bastante repercusión. 

Siendo compositor es curioso ver lo corto de tu discografía. ¿A qué se ha debido este hecho? 

Juan Mari: Mi vocación es la de escribir canciones para otros. Eso, siempre lo he tenido clarísimo. En su día grabé un par de discos, porque me apeteció vivir esa experiencia, incluso canté por escenarios pequeños en la ciudad donde vivo, en Salamanca. Pero la verdad es que siempre me sentí incómodo en el escenario y un poco fuera de sitio. Ahora mismo creo que ya no podría hacerlo. Sólo de pensar que podría haber alguien entre el público grabándome con la cámara del móvil, me muero de vergüenza. 

¿Debemos entender que te encuentras más cómodo en un perfil más bajo? ¿Quizás que tengas más pasión por la composición que por el escenario y el resto de lo que conlleva la farándula? 

Juan Mari: Exactamente, más un enfermizo pánico escénico que se ha ido incrementando con la edad. 

“El streaming debe reportar un salario digno a los creadores, apenas reciben unos céntimos mientras siguen enriqueciéndose las plataformas de las compañías telefónicas con las que la gente contrata internet”

En nuestro caso nos sentimos cercanos y nos declaramos admiradores de Diego Vasallo y Rafael Berrio, tristemente fallecido recientemente, entre otros muchos. ¿Qué artistas a nivel de letras te han marcado e influido? 

Juan Mari: Pues creo que los que más me han influido son los cantautores clásicos tal vez porque son los que más escuchaba casi con obsesión cuando empezaba a escribir. Me gusta muchísimo Víctor Manuel y creo que es el que más me ha influido, por encima de cualquier otro, incluidos Serrat, Silvio, Aute o Sabina que yo creo que nos han influido a todos los que nos dedicamos a este oficio porque todos son grandes con mayúsculas y absolutamente imprescindibles para la canción cantada en nuestro idioma. Pero Víctor Manuel, especialmente el posterior al 78, pienso que además de ser tan bueno como ellos literariamente, tiene un plus de emotividad en todo lo que escribe y yo por eso lo siento más cercano que los demás. En el mundo de pop, me gustaba mucho Alfonso Pérez, letrista de Esclarecidos que con pocas líneas era capaz de contarte una película completa. De esa misma generación de los ochenta me encantaban Coppini o Fernando Márquez, ambos originalísimos. José María Cano de Mecano, también. De la canción melódica siempre me gustó mucho Luis Gómez-Escolar por su versatilidad y la sonoridad que consigue con sus letras. Manuel Alejandro por esa sencillez de frases tan rotundas y tan apasionadas. En el mundo del rock las letras que más me han gustado siempre son las del poeta Luis Alberto de Cuenca que ha trabajado mucho con Loquillo y antes con la Orquesta Mondragón. Me gusta también mucho El Lichis, por el mundo tan especial que crea siempre en sus canciones. Me parece muy interesante también como escribe Santi Balmes de Love of Lesbian, Dolo Beltrán de Pastora, Albert Pla me parece genial. En general, más que estilos determinados, yo creo que hay dos tipos de letristas y se nota mucho la diferencia entre ellos: los que leen y los que no leen. A mí los que más me interesan desde luego, sin despreciar a nadie, son los primeros. 

¿Quién es el artista o banda con el que has trabajado más a gusto? 

Juan Mari: Pues con todos siempre me he sentido cómodo sino seguramente no hubiera trabajado con ellos. Y además me he sentido cómodo trabajando en los más dispares estilos porque me gustan muchos estilos de música y conozco canciones maravillosas prácticamente en cualquier estilo. Se que esto, el escribir para gente tan diferente, como para la que yo escribo también se mira con mucho recelo y aprensión por parte de los fans de unos u otros. ¿Cómo puede ser que alguien que escribe “Rock and roll actitud” para Loquillo firme al mismo tiempo “Míranos” para Alex Ubago? ¿O como alguien que escribe una canción para Sole Giménez escriba otra para José Mercé? ¿O para el Dúo Dinámico y al mismo tiempo para Los Chichos? ¿O para Hilario Camacho y Gemeliers? Pues porque me interesan todas las músicas, no tengo prejuicios de ningún tipo y mi única batalla a la hora de terminar una letra es dejarme los cuernos para que quede lo más maravillosa posible y emocione a la gente que la escuche. Lo veo como quien fabrica zapatos, salvando las distancias, concéntrate en hacer un zapato estupendo y un poco menos en quién te interesa que se lo ponga para que luzca más. 

¿Cómo crees que afectará a los creadores de canciones esta crisis?

Juan Mari: Pues en el terreno de nuestros derechos de autor se acerca un tiempo difícil dentro de que nunca lo hemos tenido muy fácil. Pero una vez que la industria del disco se quedó en mínimos como nuestros derechos llegan fundamentalmente por el capítulo de los derechos de ejecución, es decir, de los conciertos de los artistas que tienen canciones nuestras en su repertorio… si no se pueden celebrar tampoco conciertos imagínate lo que supondrá todo esto para el colectivo de creadores. 

¿De qué manera crees que se podría regular la música en streaming para que una canción genere algo económicamente y no las miserias que generan actualmente?

Juan Mari: Pues no lo sé pero esa debería ser la principal batalla pendiente de las entidades de gestión, tan distraídas y entretenidas con otros luchas internas que no nos llevan a ninguna parte. Es obvio que la gente consume y disfruta del streaming y de plataformas como Spotify, modos de escucha de lo creado con nuestro trabajo y esfuerzo y que han sustituido a la tradicional venta de discos. Eso tiene que reportar un salario digno a los creadores que han creado esas canciones y esos contenidos y que apenas si reciben por ello otra contraprestación que unos céntimos mientras siguen enriqueciéndose a nuestra costa tanto esas plataformas como las distintas compañías telefónicas con las que la gente contrata internet precisamente para entre otras cosas tener acceso a esos contenidos. Algo habrá que regular y legislar en ese terreno donde unos se aprovechan del trabajo ajeno para incrementar sus boyantes beneficios a costa de la precariedad del colectivo de creadores. 

¿Qué planes de futuro manejas a corto y medio plazo? 

Juan Mari: Pues a cortísimo plazo, terminar una canción que tengo a medias y que quisiera entregar esta misma tarde y a medio y largo plazo, me conformo con la suerte de seguir dedicándome algunos años más al oficio que más me gusta del mundo: escribir canciones.