Entrevista: Futuro Terror


“Creo que todas nuestras canciones tienen un mensaje político” 

Por: Javier González

Demasiado tiempo se ha hecho esperar “Sangre”, el cuarto disco de los siempre geniales Futuro Terror. Un trabajo que llega tras casi tres años sin material nuevo en los que la banda ha tenido tiempo de mudarse de ciudad, sufrir cambios internos y sobrevivir como medio mundo a una pandemia que ha dificultado aún su retorno. 

Regresan combativos, fieles a su doctrina e ideario, con un disco capaz de lanzar mensajes ardientes, repletos de política incorrecta en una nube de acordes donde la frontera entre pop, punk y after-punk se difuminan en diez canciones adictivas ante las que no queda más remedio que pensar y disfrutar. 

Semanas atrás nos pusimos en contacto con José Pazos, cantante y guitarrista de la banda, para mantener una más que interesante charla sobre los postulados éticos y estéticos de una de las grandes formaciones de nuestra música. Una de esas que no es apta para todos los públicos. Mejor. Ellos se lo pierden. 

¿Qué tal habéis pasado todo este infierno? ¿Cómo habéis llevado y estáis llevando este verano? 

José: Bueno el confinamiento lo pasamos cada uno de una manera distinta. Óscar con su madre en un piso, Néstor se quedó encerrado en Valencia, una ciudad nueva para él, sin poder conocer la ciudad ni poder salir de su habitación alquilada. A mí me pilló en Valencia, pero la madre de mi pareja se puso mala con la Covid y no lo pasamos nada bien. Ha sido todo bastante loco para los tres. La realidad es que se cayeron muchas cosas que teníamos entre manos y estamos en un proceso de asimilar la realidad en la que estamos. Es una permanente nueva realidad, ni sabemos qué va a deparar el futuro más cercano, ni qué va a ocurrir más a corto plazo. A ratos ha dado la sensación que parecía olvidarse lo vivido, pero ahora vuelve a haber muchos brotes. El otro día un amigo me decía que ponerse la mascarilla es acordarnos de todo lo malo que está pasando. Estamos en un momento de asimilación del nuevo momento en que nos movemos. 

Vaya un momento para haber sacado nuevo disco después de tres años de silencio desde la edición de “Precipicio”. ¿A qué se ha debido semejante parón?

José: Ha sido realmente por las circunstancias personales de cada uno. Tras habernos movido mucho por ahí, Héctor, nuestro batería, dejó el grupo porque quería dedicarse a otros proyectos. Personalmente, antes de su marcha, me mudé a Valencia, pero Néstor y Héctor seguían viviendo en Alicante. Más tarde, tras su marcha, tuvimos que buscar un sustituto que fue Óscar Mezquita, afincado en Valencia. Todo ha contribuido a retrasar mucho el funcionamiento de la banda, desde ensayar con asiduidad hasta el hecho de estar rodados, retrasando también el proceso creativo. Primero hubo que readaptarse como banda y luego hemos tardado más porque estábamos en ciudades diferentes. Cuando Néstor se mudó a Valencia para darle más caña a la banda nos encerraron a todos. Ha sido un proceso muy loco. 

“Sangre” es vuestro nuevo trabajo, lo primero en lo que pensé al ver el título era en la canción de Parálisis Permanente, aunque imagino que no tendrá nada que ver… 

José: No, no tenía nada que ver, aunque ese tema me flipa. De hecho, hay una canción del primer disco que se llama “Sangre”. Hemos titulado el disco así de forma inconsciente. Es una palabra que aparece en la mayoría. Un compañero de otro medio me preguntó si era un disco conceptual porque la palabra sangre aparece en casi todas. Fue algo inconsciente. No había un nombre elegido previo a la grabación, ni un plan establecido más allá de que queríamos que fuera un disco antifascista. Decidimos llamarlo así porque englobaba muchas cosas. 

El disco se mueve en lo musical entre el pop y el punk, con un final que tiene bastante de político… 

José: Sí, sí. Nosotros venimos los tres del punk. Oscar Mezquita viene más todavía de la escena Hardcore Punk de Valencia. Luego todos hemos oído pop, incluso creo que ahora escuchamos más pop que punk. El anterior disco pienso que era más melódico, en este caso hay casi una paridad entre el pop y el punk. Incluso los temas más punks son más melódicos. Siempre nos ha molado mucho todo el punk del 77, el rollo más irlandés de Belfast tipo Undertones. Es cierto que es un trabajo más político, más buscado por el momento en que estamos, debido al auge de Vox y todo el rollo de la bandera de España. Creemos que hacerlo así era un deber moral incluso. En este país ha habido mucha tradición de antifascismo cultural, creemos que es algo a recuperar. Independientemente del signo político que se sea, da igual que seas anarquista, comunista, socialdemócrata o liberal incluso. Está buscado. 

“Frío” parece una canción que le canta a la distopia y a un mundo en ruinas.

José: Da la sensación que hayamos hecho el disco tras la pandemia. Realmente Futuro Terror, desde nuestro nombre juega ya con el concepto de la distopia y con paisajes particulares. Hay canciones como “Matar/ Dejar Morir” que parece estar escrita pensando en cómo Occidente deja morir a la gente, pero eso no se llama matar. Parece que esté hecha para la pandemia. Ahora en el primer mundo se toman decisiones de dejar morir a gente, haciendo equilibrismo con la mecánica del capitalismo. 

Escuchando vuestra música siempre se me han venido a la cabeza los míticos Décima Víctima.

José: Sí, lo hemos escuchado mogollón. Óscar y yo somos super fans por lo que algo tiene que haber. Realmente escuchamos mucha música y nos suele dejar un poso todo lo que oímos. Aunque luego somos muy distintos en nuestros gustos. En el fondo, somos una banda casi de power pop, mientras que Décima Víctima son muy bajones y dark. Quizás como elementos comunes esté el pesimismo en las letras, también cosas melódicas y de la voz que puede que vengan de ahí. 

Sin embargo, cortes del tipo “Armen” nos parece retrotraer a unos fenomenales TNT e incluso Lagartija Nick. 

José: Ostras. Bueno, es curioso. Son dos grupos que yo no hubiera relacionado con esa canción. Me gusta cuando veis otras cosas, me hacen verlas desde otro prisma. A mí me sonaba a Fugazi, pero quizás tampoco se parezca a eso. Es una canción de guitarras cortantes. Es distinta a otros discos. No sé muy bien qué más decirte al respecto. (Risas) 

“Territorio Devastado” y “Consejo Obrero” muestran bastante a las claras una posición ideológica determinada. 

José: Es una canción interpretable de muchas maneras, habla de las ciudades y su pérdida de identidad, es algo que está ocurriendo en todas las ciudades e incluso las medianas. Todo parece lo mismo por efectos de la globalización y gentrificación. Antes uno viaja al norte o sur, viendo en cada bar una identidad cultural diversa. Ahora todo son gastrobares con decoración pseudo industrial donde no hay identidad, tienen una uniformidad que asusta. Va desapareciendo la vida de los barrios e incluso los núcleos obreros se van desplazando a un extrarradio. Se están devastando ciudades en pos del turismo. Ahora nos damos cuenta que las vamos a pasar muy canutas con la caída del turismo. En “Consejo Obrero” hablo directamente de lucha de clases. Esta quizás tenga un mensaje político más estricto, aunque creo que todas lo tienen.

En ese aspecto, percibo la existencia de una serie de bandas jóvenes con unos postulados similares. En vuestro caso, os siento cercanos a Biznaga. ¿Lo sentís así? 

José: He escuchado su último disco entero nada más salir y luego un poco más las canciones que tienen video. Creo que el mensaje que transmitimos es distinto, aunque sí tiene que ver con el nuestro. Ellos andan más con la postmodernidad, el no lugar y la pantalla. Son dos ángulos distintos desde los que enfocar que no nos gusta el sistema. Yo vengo del marxismo ortodoxo, pero creo que ellos no. Habría que preguntárselo a Jorge. Nuestra denuncia es parecida, no igual, pero sí, sí tienen que ver. 

¿Crees que podríamos hablar del surgimiento de una escena? 

José: No creo que se esté gestando una escena de pop y punk con un discurso concreto. Hay muchas bandas haciendo de todo y muchas haciéndolo bien, hay muchos más medios cosa que no antes no sucedía. Creo que lo que mola es que hay mucho de todo. Es fácil juntarse y hacer una banda. Hay bandas con un mensaje antisistema que te puede identificar con otras bandas similares. Hay un circuito de gente con quien identificarte y hacer un círculo más grande. Pero no veo una escena como el punk de los ochenta, ni hardcore o rap como la de los noventas. Con dieciséis años viví el surgimiento de escenas de verdad. Quizás ahora hay escena de trap. Como te decía, hay bandas que nos apoyamos y que somos amigos, pero más allá de intentar hacernos fuertes, no hay un momento de escenas como el de antes. 

¿Qué tal has pasado estos meses que estamos dejando atrás?

José: Te diría que han sido una mierda porque me rompí la mano. No podía dormir con la escayola. Al margen de eso venimos de un verano raro por la pandemia. Estamos tratando de asimilar dónde estamos y dónde ha quedado todo lo que teníamos. Queremos relacionarnos y divertirnos, pero debemos hacerlo de forma diferente, cosa que se agradece. Estoy leyendo más que nunca. Hay una cierta sensación común de que hay algo positivo en esta nueva forma de vivir que es detener el frenetismo en que vivíamos. Era necesario y se agradece. Estamos más relajados y leemos más. Eso mola mucho. Por otro lado, hay un proceso de asimilación de todo lo que tenemos y viene nuevo que te sumerge en una tristeza extraña que no sé muy bien qué es, ni sé cómo me ha afectado. Imagino que le ha ocurrido a todo el mundo. 

¿Qué te parece la indefensión que está sufriendo la cultura desde un gobierno de izquierdas como éste?

José: Es complicado. Tenemos un gobierno socialdemócrata, yo no lo llamaría de izquierdas. Menos mal que no nos ha pillado con un gobierno del PP. El problema es que hay que hacer malabarismos entre la seguridad de la gente y la economía. No queda otra. Soy comunista y vivo en el puto capitalismo. Es complicado paralizar la economía, lo reconozco. Igual muere más gente todavía si haces eso. En nuestro caso, que damos conciertos de punk en los que el público es una parte importante del mismo, todo ha cambiado demasiado. Nuestros conciertos no molan tanto por cómo tocamos, ni solo por las canciones, sino por cómo actúa la gente y cómo concibe el concierto con su actitud. Sudando, apretados y compartiendo fluidos. Compartir fluidos no es buena idea actualmente, pero es parte de nuestro arte. No tenemos escapatoria. La culpa de no poder hacerlo así no es de nadie. Tratamos de hacer que los conciertos molen, pero no suelen ser conciertos punk, sino que la gente nos mira cómo tocamos. Es medio concierto de punk, el otro no está. Estamos todos igual. Los Viva Belgrado decían que no sabían si tenían que dejar de tocar o seguir tocando, no sabían qué hacer. Estamos todos igual. De momento hay bolos, pero quizás fuera mejor parar y luego volver con más fuerza que nunca. Tipex, otra banda de punk, más que nosotros sin duda, estaban adaptándose a tocar con un casiotone. Pablo und Destruktion andaba tocando solo con guitarra en casa de gente. Gente con proyectos sólidos, están readaptándose. Es nuestro mundillo. La cultura es tan amplia que no me atrevo que hablar de otros ámbitos que no sean el musical.

Siempre nos quedarán las enseñanzas de Jorge Martínez de Ilegales sobre punk y vida. 

José: Ostras. Me gusta mucho leer a Jorge cuando se pronuncia. 

Muchas gracias por este rato tan agradable. 

José: Muchas gracias. Espero haber hecho terapia de grupo durante esta charla. Todo pasará. Nos readaptaremos a formas culturales más guapas o todo volverá a ser lo que era. Espero que toda la experiencia nos sirva para volver a ser más fuerte políticamente y que evolucionemos.