Da igual el traje que se ponga Oli Stewart, más conocido por su álter ego como productor de Casbah 73: él lo que quiere es poner a bailar al personal. Con The Jade, el nuevo proyecto que capitanea y en el que se rodea de una corte de intérpretes absolutamente bestial, impone nuevos diálogos en torno a músicas que van desde el soul más luminoso a la música cubana, el brillo góspel, el funk brasileño, el dub alienígena o la música disco más contemporánea.
Así queda patente en "Love Harder", un ejercicio discográfico en el que establece diálogos sonoros junto a diversos intérpretes, con vocalistas que van desde Josh Hoyer a Nia Martin, Deborah Ayo, Angela Gooden o Ale Gutiérrez, pero también armando un monolito sonoro especialmente exuberante junto a Chavi Ontoria a las teclas, David Salvador al bajo, los metales de Josué García y Dani Herrera y la guitarra de Nico Ibarburu. Un dream team que consigue que el debut de The Jade suene realmente brillante.
El sonido de The Jade no está sujeto a la tiranía de las pistas de baile modernas. Es soul crudo, disco íntimo, libertad sin límites, jazz-dance afrolatino y funk ibérico, todo en uno, enraizado en la emoción y con una buena dosis de groovismo. Géneros que se mezclan y se integran siguiendo una idea sencilla: el valor de las canciones y el poder expresivo de la instrumentación en directo.
En "Love Harder", que ve la luz en formato digital y en vinilo a través de Lovemonk Discos Buenos, todo gira alrededor de las personas: músicos estableciendo un diálogo, dando forma a ritmos y melodías, interpretando canciones desde el corazón, ese pulso compartido basado en un vocabulario musical atemporal.