Por: Begoña Serralvo.
Tras más de tres décadas en activo y con un estilo que rara vez ha mutado, The Hives regresan en 2025 con "The Hives Forever Forever The Hives", su séptimo álbum de estudio. El disco consolida una fórmula conocida: canciones cortas, guitarras urgentes y un tono irreverente que reafirma la vigencia del quinteto sueco en la escena del garage rock veinticinco años después de su creación.
Producido por Pelle Gunnerfeldt junto a Mike D (Beastie Boys), con aportes de Josh Homme (Queens of the Stone Age), mantiene un sonido crudo pero nítido: guitarras con distorsión precisa, bajos al frente y baterías que sostienen el vértigo sin saturar la mezcla. No hay ornamentos excesivos; la crudeza es intencional. Con 13 pistas en apenas 33 minutos, el disco se consume como un concierto comprimido. Ninguna canción supera los tres minutos y medio, reforzando la sensación del "aquí y ahora", "lo quiero ya" que siempre ha caracterizado al grupo.
Temas como "Enough Is Enough” abre con un riff incendiario que remite al clásico “Hate to Say I Told You So”, marcando un retorno a la esencia garage punk, o la breve “O.C.D.O.D.” que acelera hacia territorios casi hardcore, con un pulso abrasivo que recuerda a Dead Kennedys, son quizás los himnos del álbum, sin olvidar el tema titular, “The Hives Forever Forever The Hives”, que funciona como manifiesto: arrogancia, humor y rock de alta velocidad.
Lejos de reinventar su propuesta, The Hives reafirman aquí su identidad. No buscan sorprender con giros estilísticos, si no defender su posición como una de las últimas grandes bandas de garage rock capaces de transmitir la energía del directo en estudio. En una época donde el rock convive con el pop sintético y la electrónica, este álbum se siente casi como una declaración de resistencia: la guitarra eléctrica aún puede sonar peligrosa.
Podríamos decir que "The Hives Forever Forever The Hives" no es, por tanto, un disco de reinvención, sino de reafirmación. Su fuerza radica en la coherencia: riffs frenéticos, ritmos inmediatos y la voz de Howlin’ Pelle Almqvist al frente con la misma insolencia de siempre. Un álbum que no pretende escribir un nuevo capítulo en la historia del rock, pero sí recordarnos —con estruendo— que The Hives siguen siendo una máquina de energía imparable. Y tendremos el gusto de comprobarlo en directo en noviembre en Madrid, Sala Riviera.