Por: Txema Mañeru.
Para mí, “London Calling” está, claramente, en el podio de los mejores discos de la historia. El caso es que ninguno de esos álbumes está todavía en la recomendable “Colección Elepé”, de la editorial Efe Eme., también porque la mayoría de los 18 volúmenes aparecidos hasta la fecha son de discos y artistas nacionales. Tan solo cuatro están dedicados a artistas internacionales y, en concreto, los anteriores fueron Fleetwood Mac (“Rumours”), Bob Dylan (sorprendentemente con “Slow Train Coming”) y Elvis Presley en directo.
“London Calling” fue mucho más que un disco clave, ya que casi se convirtió en fenómeno social. Un disco doble a precio sencillo, publicado por la multinacional CBS, que luego tendría una nueva apuesta, de tres por uno, con “Sandinista”. Se trata de 19 canciones de todos los estilos, 19 singles. Aunque partían del punk de su debut con “The Clash”, espectacular, también, allí ya en asomaba también el reggae, un género que en este trabajo que revolucionó la música a partir de los 80, y en décadas posteriores, tenía mucho poso, al igual que el soul, ska, rock clásico, pop y hasta algo de rockabilly. Luego llegaría el dub, presente en el tema más largo del disco, "Revolution Rock".
En principio se iba a titular “El Nuevo Testamento”, y no hubiera sido una gran fantasmada, dada su trascendencia durante la década de los ochenta, aunque fuera publicado poco antes de llegar a esa fecha. Algo parecido a lo que sucedió con otro magistral doble casi simultáneo como fue el “The River” de Bruce Springsteen & The E Street Band. Por ciertom que el tema "London Calling" ha sido tocado en directo en más de una ocasión, tanto por parte de Bruce Springsteen, como por parte de Bob Dylan, que no suelen ser precisamente artistas que toquen temas de músicos más jóvenes que ellos.
Como suele ser habitual en la colección de Efe Eme, nos cuentan la historia completa de la banda, aunque se centran más en la gestación de su obra clave. Especial mención para el amplio capítulo, “Las Canciones”, en las que se habla y se analizan una por una, añadiendo muchas anécdotas y datos al respecto de las mismas. Por destacar alguna, es muy buena la de "Jimmy Jazz", relacionándola con el 40 cumpleaños de Joe con un músico callejero y Jesús Arias (TNT) cerca. En "The Guns Of Brixton" se recuerda cómo fue la primera composición de Simonon y cómo Strummer le animó a cantarla él mismo. Estaban en su mejor momento musical y también personal y en cuanto a amistad entre ellos. Molan también las referencias cinematográficas a “Casablanca” y “La Noche del Cazador” en "Death Or Glory". Por último, aunque ya conocida, la historia del "Train In Vain", un final sin acreditar que se convirtió en éxito en los USA. Además, nos recuerda que Mick Jones se inspiró en su novia, Viv Albertine, para componerla.
Por supuesto en el libro no faltan un montón de guapas fotos, algunas más conocidas que otras que todavía no habíamos visto antes. Tenemos otros detalles como ese espacio para “El Punto de Locura de Guy Stevens”, hombre clave en la creación de esta obra clave. Con él les pasó de todo, pero hubieran repetido con él si no hubiera muerto muy prematuramente por sus múltiples vicios. También se entra en la significación de su portada como icono cultural y en cómo la eligieron casi de casualidad.
La verdad es que disco y banda fueron claves en mucho de lo que vendría después comenzando por todo lo que entró en la amplia etiqueta mestizaje. Kortatu, Amparanoia, Manic Street Preachers, 091, Rancid o Mano Negra están entre sus muchos deudores. De hecho Strummer produjo a los Cero cuando anduvo de locura perdido por Granada buscando a Lorca. Ahora mismo los destacados Biznaga se notan también herederos de ellos hasta en su look.
Ya en el “Epílogo”, tras 230 páginas, se habla de ese posible regreso que se rumoreó en los 90 y estuvo a punto de realizarse poco antes de morir Strummer a los 50 años. Colofón para lo que supone el debut literario del periodista Fernando Ballesteros, aunque llevaba ya varias décadas en las ondas radiofónicas y la última década escribiendo en los Cuadernos Efe Eme. Aunque algunos hayan acusado a la banda a menudo de panfletarios la verdad es que fueron unos revolucionarios que rompieron con muchas barreras y prejuicios, aunque también tuvieran sus contradicciones ideológicas y/o de comportamiento. En cualquier caso debiera ser de escucha obligada, con traducción de letras incluida, para cualquier joven menor de edad con inquietudes culturales y/o sociales. El gran Greil Marcus recuerda cómo es un disco que no sufre el desgaste del tiempo, algo que sólo sucede con las mejores obras maestras.
Ya casi el final de este libro me encanta esta frase: “Unos dicen que fueron el último grupo de rock and roll que pudo cambiar el mundo, y muchos sostienen que les cambió la vida”. Yo soy uno de esos a los que se la cambió cuando les vi en directo el 2 de mayo de 1981 en su única gira aquí y al escuchar sus discos hasta el “Combat Rock”. El libro se lee igual de fácil que es volver a escuchar el disco. ¡Una de las bandas claves de la historia y su disco más esencial, imperecedero e influyente!



